LA ÉTICA DE ARISTÓTELES
LA ÉTICA DE ARISTÓTELES
Aristóteles
(384-322 a.C.)
1. Introducción: Discípulo de Platón durante veinte años y
preceptor de Alejandro Magno, Aristóteles no solo es El Filósofo por
antonomasia durante toda la Edad Media sino la base del conocimiento científico
hasta la Edad Moderna, cuando Galileo y otros destronen su visión del mundo.
Creador del Liceo -un centro de estudios superiores con una clara orientación
empírica (es decir atenta a la experiencia y a la recopilación de datos)- , a
la muerte de Alejandro, se desencadena una reacción anti-macedónica y
Aristóteles se exiliará de Atenas para que la ciudad no peque por segunda vez
contra la Filosofía. Entre sus obras de carácter enciclopédico que tratan de
forma sistemática casi todas las materias posibles -Lógica, Física, Metafísica,
Retórica, Poética, Política.- destacan las dedicadas a la Historia Natural o
Biología.
2. Contra el
intelectualismo moral de Sócrates y Platón: "Amigo de Platón
pero más amigo de la verdad", Aristóteles observa que -en contra de
Sócrates y de su discípulo- conocer el bien no basta para realizarlo. No es
suficiente saber definir las justicia para ser justo. También hace falta
voluntad y hábito. Para adquirir una virtud, igual que para contraer un vicio,
es necesario acostumbrarse a cierto tipo de acciones hasta que estas se
conviertan en una segunda naturaleza. Así uno se vuelve justo o moderado a
través de la práctica repetida de conductas de ese tipo. O bien se convierte en
una persona cruel y desenfrenada a lo largo de su vida si persiste en
comportarse de esa manera. Con ello destaca la importancia de la práctica y
critica el intelectualismo: la excesiva importancia dada por Sócrates a la
inteligencia y a la comprensión racional de las virtudes.
3. Los
fines (teleología): Toda acción se hace con vistas a un fin. El objetivo de
la medicina será la salud, el del arte de la guerra (estrategia) la victoria en
la batalla y el de la escultura la creación de formas bellas. Estos ejemplos se
refieren a acciones que buscan un resultado o un fin exterior: saberes
productivos o técnicos. Pero también existen acciones que tienen valor por sí
mismas como ser justos o tener coraje: son el objeto de los saberes prácticos
como la ética y la política. Pero si todo lo que hacemos, lo hacemos buscando
alguna meta, habrá que preguntarse cuál es la meta última o fin de los fines.
4. La
felicidad como fin último: La felicidad es sin duda este fin principal pues
todo el mundo la busca y es deseada por sí misma, no como medio para alcanzar
otra cosa. Sin embargo no todos estarán de acuerdo acerca de su contenido. Para
algunos consiste en los placeres, para otros en la riqueza, para otros en los
honores, para otros en la vida contemplativa. Pero si acaso existe la eudaimonía
(felicidad) esta debe alcanzarse desarrollando la propia naturaleza: un animal
salvaje no estará contento si se le enjaula ni una persona que haya nacido con
talento para la música será feliz en una fábrica. Si nos preguntamos cuál es en
general la naturaleza o esencia del ser humano, resulta evidente que el hombre
es un animal racional y que dedicarse al cultivo de la razón (ciencias y
filosofía) es la máxima felicidad.
5. La
virtud: “La virtud
es un hábito selectivo consistente en un término medio relativo a nosotros,
determinado por la razón y según
lo decidiría un hombre prudente” (Ética
a Nicómaco II, 6). La areté (perfección o excelencia) es
un hábito o segunda naturaleza que consiste en escoger el justo medio o punto de equilibrio entre dos extremos
defectuosos, uno por exceso y otro por defecto. Así entre el derroche y la
tacañería un término medio de generosidad. O entre la gula o la inapetencia, la
frugalidad (el hábito de comer lo justo). Pero este término medio no puede
establecerse en abstracto ni de manera absoluta (por ejemplo, señalando qué
número de calorías en la comida es adecuado que consuma todo el mundo o cuánto dinero es normal que
nos gastemos en un regalo de cumpleaños) sino que dependerá de las
circunstancias y del agente: no se puede
exigir, por ejemplo, la misma valentía a un niño que a un adulto. Por eso Aristóteles dice que es la
razón la que nos indica dónde está ese punto de equilibrio
virtuoso en cada caso. Un hombre con sentido común entenderá que no se le puede
dar la misma alimentación a un atleta de dos metros que a un anciano
octogenario: lo que para el deportista es una ración mínima quizás es un exceso
para el anciano. Por otra parte, como ya se ha señalado, no
basta con determinar la virtud sino que
debe ser practicada a lo largo de toda la vida hasta acostumbrase a
ella.
6. Las virtudes intelectuales y la felicidad: La perfección o virtud
del saber técnico es la pericia o
eficacia: decimos de un albañil que realiza bien su función, cuando alcanza
con maestría el resultado deseado. La perfección o virtud del saber
teórico es poseer la ciencia:
decimos de un matemático que es un buen matemático cuando sabe resolver un
problema y hace demostraciones. Puesto que saber técnico y saberes teóricos son
cuestiones de inteligencia, la pericia y la ciencia serán virtudes
intelectuales (dianoéticas).
En relación a los saberes prácticos (ética y política) la virtud
correspondiente es la prudencia, que
es una virtud moral, es decir que tiene relación -como hemos visto- con la
voluntad y el hábito y no solo con la inteligencia.
Sin embargo Aristóteles cree que el grado más elevado de virtud sería
una mezcla de ciencia y de prudencia: la sabiduría
(sophía): El sabio sería el que diferencia lo verdadero de lo falso (ciencia) y a la vez el que determina el
bien y el mal y el término medio relativo a cada uno y a cada situación (prudencia). Para este sabio ideal, saber
decidir no es más que simplemente saber. Para el que conoce el bien como tal,
elegir no es más que una cuestión de conocimiento.
Pero esto sería un ideal demasiado elevado pues el ser humano igual que
no es totalmente sabio tampoco es totalmente bueno ni totalmente feliz. De modo
que Aristóteles menciona algunos bienes externos -como buena cuna, amigos,
vejez tranquila, belleza, salud, riqueza y otros- que no son la felicidad misma
pero sí parte de ella o factores que contribuyen a fomentarla. A una persona
que cultive su razón, su naturaleza propia como ser humano, que viva
equilibrado eligiendo el justo término medio virtuoso y que además se vea
beneficiado por algunos bienes externos, ¿hay algo que nos impida considerarle
feliz dentro de las limitaciones humanas?
7. La ética y la política: La ética es la búsqueda de la felicidad
individual; la política la búsqueda de la felicidad colectiva. Por eso es más
importante la política que la ética: "El
bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo; pero se
reviste de un carácter más bello y más divino cuando interesa a un pueblo y a
un Estado entero" (Ética a
Nicómaco I, 2). De hecho según Aristóteles solamente en la pólis (ciudad-estado) el hombre puede
realizarse, ser feliz, llevar una buena vida. En otros tipos de comunidades
humanas como la pareja o la aldea solamente cubrimos nuestras necesidades
básicas, es decir, sobrevivimos
meramente.
ACTIVIDADES
1. Busca una información de un párrafo sobre Aristóteles y un mapa de las conquistas de Alejandro.
2. Razona si estás más de acuerdo con el intelectualismo moral de Sócrates y Platón o con la postura de Aristóteles.
3. Busca tres ejemplos de acciones que se realicen con vistas a un fin.
4. ¿Estás de acuerdo en que la felicidad es el fin último y que cada ser es feliz realizando su función propia? Razona la respuesta.
5. Señala cuál sería el justo término medio, el exceso y el defecto en relación a diferentes acciones como hablar, ser sincero, ser valiente, trabajar, disfrutar o ser sociable. Explica por qué la virtud es relativa en cada caso según el agente (por ejemplo, un niño o un adulto) o las circunstancias (tiempos de guerra o de paz).
6. Resume en un esquema las diferencias entre virtudes éticas e intelectuales. ¿Crees como Aristóteles que la felicidad es una mezcla de sabiduría, virtud y bienes externos? Razona la respuesta. ¿Qué consideras necesario para ser feliz?
7. Comenta las afirmaciones de Aristóteles de que el bien común es más importante que el individual y que solamente en la ciudad el ser humano puede realizarse plenamente.
Comentarios
Publicar un comentario