TEORÍAS ÉTICAS: EL BUDISMO


EL BUDISMO

 



El Gandara Buda, una estatua datada entre los siglos I y II d.C. procedente del territorio del actual Pakistán con estilo griego, ejemplo del proceso de helenización que alcanzó a India tras Alejandro Magno. (wikipedia)

 

 

 

 

VIDA DE BUDDHA.

 

            La palabra sánscrita Buddha significa "El Despierto, el Iluminado". No hay un solo Buda sino que con este término se designa al que ha alcanzado una completa realización espiritual. Los budistas reconocen una lista de 28 Budas y esperan a Maitreya el Buda del porvenir.

 

Buddha Maitreya

 
 
 El Príncipe Siddharta("meta de los perfectos" o "meta perfecta")  Sakyamuny Gautama - el llamado  "Buda histórico"- nace en Kapilavastu (Terai nepalés pero en India, cerca de los Himalayas) entre 560-480 (contemporáneo de Heráclito, Pitágoras y Pericles) o 460-380 (la época de los  sofistas, Platón y del declive de Atenas).

 

            Hijo de Suddhodana (un reyezuelo local) y de Maya, pertenece al clan de los Sakya (de ahí, Sakyamuni: el sabio de los Sakya).

            "Según la tradición, poco después de su nacimiento fue visitado por el brahmán Asita, un asceta de gran reputación por su sabiduría y por sus dotes para interpretar presagios. El sabio brahmán profetizó que Siddharta llegaría a ser un gran gobernante o un gran maestro religioso, lo que consternó a Śuddhodana, que quería que su hijo siguiera sus mismos pasos y que un día le sucediera en el trono. Por ello su padre lo protegió de la dureza de la vida, fuera de palacio, para evitar que el hijo desarrollara su tendencia hacia lo espiritual. Pensó que el mejor modo de evitarle la tendencia a la religiosidad consistía en impedirle toda experiencia con el lado amargo de la vida, de modo que creó en torno de él una vida llena de placeres y con el menor contacto posible con el sufrimiento de la realidad.

"Dice la leyenda que Maia fue fecundada por un pequeño y bello elefante provisto de seis colmillos que hirió delicadamente su regazo sin causarle dolor. Al nacer, el pequeño Siddharta habría aparecido ante su madre sobre un loto mientras una suave lluvia de pétalos caía sobre ambos, y dijo: «Triunfaré sobre el nacimiento y la muerte y venceré a todos los demonios que hostigan al humano».

"Según otra versión, Maia soñó una noche que un pequeño elefante con seis cuernos y cabeza de color rojo rubí bajaba del cielo y entraba en su vientre por el lado derecho. Ocho sacerdotes le explicaron a su esposo que el niño sería santo y alcanzaría la sabiduría perfecta. Más tarde ella salió al jardín con sus sirvientas y caminó bajo un árbol sala, el cual se inclinó. La reina se colgó de una rama y miró a los cielos. En ese momento Siddharta surgió de su lado" (wikipedia: Buda)


Imagen de "El Pequeño Buda"(1993) dirigida por Bernardo Bertolucci e interpretada por Keanu Reeves. La escena corresponde a su vida en palacio antes de buscar la Iluminación

 

            A los 16 años contrae matrimonio con Yasodhara y hasta la edad de 29 vive recluido en palacio de acuerdo con la voluntad de sus padres: "Puesto que ellos deseaban un soberano y no un artista o un renunciante, procedieron con rapidez. Rodearon al príncipe en su crecimiento de todo aquello que un hombre joven y sano desea: 500 mujeres bellas, posibilidades para practicar deportes, el arte de la lucha y la recreación, y las mejores condiciones para su educación intelectual. Rápidamente lo dominó todo, y lo que adicionalmente deseaba, lo obtenía con solo señalarlo. Como su subconsciente no contenía nada perturbador de vidas anteriores, tampoco había nada desagradable que pudiera madurar en él. Y así durante 29 años solo experimentó niveles cambiantes de alegría. Pero después su mundo se puso de cabeza" (Lama Ole NYDAHL Las Cosas como son. Una Introducción Contemporánea a las Enseñanzas del Buda (2012), p. 18).

 

 

            Durante tres salidas consecutivas del palacio descubre las realidades de la  vejez, la enfermedad y la muerte. Esta experiencia le arrebata la tranquilidad pues se da cuenta de que él también habrá de sufrir estos males, y por otra parte no puede ofrecer  a sus seres queridos ningún refugio:

 

            " Cuando el bodhisattva pasaba por un pueblo de campesinos, no lejos de Kapilavastu, un viejo decrépito, de cuerpo encorvado que se apoyaba en un bastón, sin dientes y con el pelo grisáceo, apareció en el camino.

 

            "Los caballos relincharon espantados cuando Chandaka [el cochero] tiró de las riendas para que no atropellaran al tambaleante anciano.

 

            " -¡Chandaka! -exclamó el príncipe asombrado-. ¿Qué tipo de hombre es ése? ¡Nunca antes había visto a nadie en una condición tan deplorable!

 

            "- Es un anciano, amo -contestó Chandaka-. Un hombre que ha visto llegar e irse muchos años.

 

            "-Pero su rostro... ¡mira qué arrugado está! ¿Nació en ese estado desfortunado?

 

            "- No, amo, en otro tiempo fue joven y floreciente como tú lo eres ahora.

           

            "- ¿Hay muchos más ancianos como éste en el mundo?

 

            "- Sí, amo. Es el curso de la naturaleza que todos los que nacen deben envejecer y debilitarse en caso de que no mueran jóvenes.

 

            "- ¿También yo Chandaka?

 

"Chandaka bajó la cabeza como deferencia al bodhisattva.

 

            "- También tú, amo.

 

            "El ardor de la juventud escapó enseguida del príncipe.

 

            "- ¡Es una vergüenza el nacimiento, puesto que todo el que nace debe llegar a la vejez! ¡Vuelve al palacio, Chandaka!"( Robert Allen MITCHELL, Buda, ed. EDAF, 1990, p.39)

 

            El cuarto día ve a un  sannyasin (renunciante; persona religiosa) en estado de meditación:

 

            "- Chandaka, ¿quién es ese hombre que va vestido con una simple túnica amarilla, que lleva la cabeza rasurada y cuyo rostro irradia paz y alegría?

 

            "- Ese hombre es un monje, que ha abandonado la vida del mundo y vive de los alimentos que mediga -contestó el conductor del carro-. Él se siente completo en la vida religiosa, en la vida pacífica, en las buenas acciones, en la conducta meritoria, en la ausencia de daño, en la amabilidad para con todos los seres vivos.

 

            "-¡Un monje! -exclamó el bodhisattva- ¡Nunca antes había visto tal felicidad y paz onterior brillando en ele rostros de un hombre! ¿Es posible, amigo Chandaka, que yo también encuentre el embeleso y la paz mental abandonando el mundo, volviéndome como él y comiendo de la comida que mendigue?" (MITCHELL, obra citada, p. 41)

 

Siddartha comprende que el monje es feliz, por lo que decide renunciar a su vida cortesana y emprender la búsqueda espiritual, es decir el camino hacia una realidad no condicionada ni transitoria.

 

            Tras el nacimiento de su hijo  Rahula (Obstáculo) huye una noche del palacio a los bosques de la India. Durante años convive con los anacoretas y aprende de los maestros más eminentes, sobrepasándolos de forma rápida.

 

 Sus austeridades  están a punto de costarle la vida: "Una versión mítica de esta etapa de su vida nos dice que Siddharta, en sus extremas prácticas de ascetismo, después de algunos días sin comer ni beber agua, pocos minutos antes de su muerte, escuchó a un maestro que estaba enseñándole a una niña a tocar el sitar. Dicho maestro le dijo que si la cuerda estaba muy floja no sonaría, pero si la cuerda del sitar se encontraba muy tensa se rompería: la cuerda debía estar en su justa tensión para que pudiera dar música y armonía. En ese momento Siddharta comprendió el camino del medio: tanto el ascetismo extremo como la vida de placeres del palacio eran dos extremos, y la verdad se hallaría en la justa medida entre el placer exacerbado y el ascetismo extremo" (wikipedia).

 


Buddha en los extremos del ascetismo

            Al final de su búsqueda Siddharta caminó a un lugar llamado Bodhgaya, en el estado indio Bihar, hasta sentarse bajo la sombra de un árbol llamado bo o bodhi (ficus religiosa), considerado el árbol de la sabiduría. En la  noche de la luna llena de mayo -fecha de su cumpleaños que también será la de su muerte 45 años después-  "decidió no levantarse hasta que hallara la respuesta al sufrimiento. Pasó varias semanas debajo de este árbol. Como empezó una terrible tormenta, de debajo de las raíces del árbol surgió Muchilinda, el rey de los nagas (serpientes), se enroscó alrededor de Gautama y lo cubrió con su caperuza. Finalmente Gautama tomó conciencia de que ya se había liberado definitivamente. Comprendió las Cuatro Nobles Verdades. Ya no pesaba sobre él la ilusión del falso yo: su verdadero ser estaba más allá de las dualidades del aferramiento y la repulsión; había trascendido el espacio y el tiempo, la vida y la muerte. Comprendió que nunca más volvería a renacer, que había roto el eterno girar de la rueda del samsara. Esto es el nirvana.

"Contando para entonces 35 años, según la leyenda, Siddharta despertó de sus meditaciones como un Buda (‘despierto’, ‘iluminado’) y siguió sentado bajo el árbol bodhi durante cierto tiempo, disfrutando de la dicha de la renunciación, de la liberación. Después empezó a enseñar sobre el nirvana a quien le oyera; fundando lo que en la India se conoce como buddha-dharma (la religión de Buda); en Occidente se conoce más comúnmente como budismo" (wikipedia: artículo citado).

            Según algunas fuentes, al final de su vida en la Tierra, Buda, elogia la belleza del "continente de la India" ante Ananda, su discípulo favorito, y afirma que si alguien se lo pidiera  accedería a quedarse en este mundo durante un periodo cósmico pero por tres veces Ananda no responde. Buda le pide que se retire. Entonces aparece Mara- la Muerte- y le recuerda su promesa de desaparecer en cuanto la comunidad (sangha) se halle establecida. Buda le contesta al Maligno que no habrá de esperar mucho , renuncia a lo que le queda de vida y se produce un temblor de tierra. Regresa  Ananda y pregunta la causa del movimiento sísmico y al saberla le suplica que no muera pero Buda no podía dejar de cumplir su compromiso con Mara.- (Mircea ELIADE -Historia de las Ideas y Creencias Religiosas, volumen II- señala que este episodio ha sido con toda probabilidad inventado para explicar la muerte de Buda)

 

            A los 80 años, poco después de haber enfermado de una grave disentería,  acepta una invitación del herrero Chunda a comer. Se sirve  un "placer de puerco" (plato vegetariano) en mal estado. Buda  es consciente de las consecuencias de ingerir este manjar, pero no quiere desairar a su anfitrión aunque protege a los demás para que no se intoxiquen. La comida le provoca una diarrea sangrante, una recaída en la disentería de la que acababa de sanar. Sin embargo se pone en camino de acuerdo con su costumbre de recorrer el país durante la estación seca predicando el Dharma (la Ley o Doctrina). Al llegar a Kuṡinagara (capital de los Malla)  se siente exhausto y se acuesta sobre su costado derecho, la cabeza hacia el norte y la pierna izquierda extendida sobre la derecha, tal como numerosas estatuas y pinturas lo representan en el parinirvana (liberación del ciclo de nacimientos o nirvana final que solo se alcanza si la persona ha llegado a la Iluminación).

 
Buddha en el parinirvana

 

            Se dice que sus últimas palabras fueron: "La caducidad es la ley de las cosas. Esforzaos con diligencia por la liberación"

 

LAS CUATRO NOBLES VERDADES.

 

1ª TODO ES SUFRIMIENTO.

 

            Nacer es sufrimiento, envejecer es sufrimiento , la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, así como la lamentación y la desesperación. El contacto con lo desagradable o la separación de lo placentero, el deseo insatisfecho son sufrimiento. En resumen, la mente y el cuerpo que producen deseos son sufrimiento. Algunos budistas interpretan que en comparación con la Iluminación, todo lo demás es sufrimiento, toda experiencia pasajera es estrecha.

 

¿Estás de acuerdo con Buddha? ¿Por qué? Compara con las ideas de Sócrates, Aristóteles y Epicuro.

 

 

2º LAS CAUSAS DEL SUFRIMIENTO SON EL DESEO Y LA IGNORANCIA.

 

"Deseos que causan el renacimiento y están acompañados por el placer sensual, buscando la satisfacción ahora aquí, y ahora allí". Es el apetito, la sed o el ansia lo que determina las reencarnaciones. Este deseo busca continuamente nuevos placeres. Se distinguen el deseo de los goces de los sentidos, el deseo de perpetuarse y el deseo de extinguirse o auto-aniquilación (este último, que puede llevar al suicidio, se condena junto a los restantes). La causa del dolor es "la ignorancia fundamental de la mente no iluminada" (Ole NYDHAL, obra citada, p. 31). La mente ignora que el que ve, lo visto y el ver están mutuamente condicionados y así surge la dualidad. La incapacidad de la mente para reconocerse a sí misma es la causa de todo sufrimiento. Separa el espacio entre un yo y un tú lo que a su vez conduce a dos sentimientos fundamentales: el apego (a lo agradable) y la aversión ( a lo desagradable). De ahí surgen respectivamente la avaricia y la envidia. La ignorancia conduce al orgullo (para quien toma por reales sus condiciones temporales de vida). Estas seis emociones básicas y sus combinaciones nos involucran y nos crean problemas. Nos arrastran al samsara: la rueda de la existencia condicionada que no reconoce la conciencia intemporal detrás de los acontecimientos. En resumen  el deseo, el ego y la ignorancia son las causas del dolor.

 

¿Cuáles son en tu opinión las causas del sufrimiento?

¿Por qué según Aristóteles y Sócrates no somos felices? Compara su punto de vista con el budista.

 

3º EL CESE DEL SUFRIMIENTO:

 

"La ausencia de pasión, la destrucción completa de ese ansia de placeres sensuales, de llegar a ser, y de la aniquilación; el abandono de ese ansia, el no albergarla ya más". La tercera noble verdad proclama que hay un final para el sufrimiento: la extinción del deseo. No se trata de hacer la guerra a los deseos para ser santo: esto también implicaría un deseo y por tanto dolor. Sino de que el ansia de placeres desaparezca, sea abandonado.

"El camino hacia la liberación del sufrimiento empieza como un estado mental, capaz de percibir claramente la relación causal existente entre el apego a los deseos, por un lado y el sufrimiento, por otro lado. En ningún caso se debe tratar esta verdad –tampoco ninguna otra, claro está- como si la misma fuera un dogma que debe ser aceptado a través de la fe ciega. Antes bien, la misma debe convertirse en una experiencia personal basada en una perspicaz observación del mundo y de uno mismo. Las técnicas de meditación que el budismo desarrolló como su principal actividad espiritual, podrían ayudar a cumplir con este objetivo, pero de igual manera, cada uno de nosotros debería aprender a observar de qué manera el apego a las cosas materiales, a las ideas que defendemos muchas veces con excesiva vehemencia, las actitudes o las costumbres ocasionan el sufrimiento.

"Cuando descubrimos que todos los objetos de nuestro aprecio terrenal conllevan consigo el inconfundible sello de la insatisfacción e impermanencia, nuestro apego puede verse disminuido y con ello, también el sufrimiento. Todos nuestros placeres tienen carácter finito: todo lo que vemos, escuchamos, tocamos, probamos, pensamos o sentimos es finito, pasajero y perecedero; en otras palabras, está destinado a desaparecer, a morir. En este sentido, podría decirse que cuando abrazamos dichos placeres abrazamos la muerte y si no lo contemplamos con suficiente perspicacia o no lo entendemos, entonces llegamos a una situación absurda, en la cual pretendemos ser verdaderamente felices mediante cosas que sólo pueden ofrecernos desilusión, desesperación y decepción.

"Una de la principales metas de la meditación budista es permitir que aquellos sentimientos que anteriormente tratábamos de ocultar o esconder en lo más recóndito de nuestra mente, ahora afloren con toda la claridad: si estamos desesperados o angustiados por las cosas materiales, si sentimos el temor del fracaso profesional, el odio o el rencor hacia personas más exitosas, etc., pues no huyamos más de semejantes sentimientos, sino más bien, estemos clara y perfectamente conscientes de ellos. Este camino, a primera vista, no parece muy atractivo debido a que, generalmente, estamos acostumbrados a estándares espirituales muy elevados: el hecho de sentir envidia, irritación u odio, desearle a alguien mal, simplemente no debería ocurrir a una persona “buena”, la cual nos consideramos. Pero el hecho de estar conscientes de lo que nos pasa, es sólo la mitad del camino: la segunda mitad consiste en no permitir que todo lo anterior nos envuelva en un sentimiento de culpa, sino más bien en observar cómo dichos sentimientos se originan, se desarrollan y finalmente, cesan sin que haya algo que nos permita identificarlos como nuestra propia esencia. Es como convertirse en un testigo imparcial de todo lo que pasa en nuestro alrededor y dentro nuestro. Ser un testigo imparcial que todo lo observa, sin juzgar ni alabar nada. Finalmente, esta actitud nos permitirá apegarse cada vez menos a nuestros deseos, verlos cada vez más como algo extraño y distante; a la larga, va a disminuir nuestro sufrimiento o, quizá por qué no, va a cesar por completo.

 

"Por último, debemos hacer en este momento una clara advertencia, que consiste en lo siguiente: es mucho más fácil comprender intelectualmente lo expresado anteriormente que descubrirlo y experimentarlo en la práctica. Es precisamente por eso, que hay que avistar el camino de meditación budista no como una solución instantánea y milagrosa, realizada mediante alguna poderosa fuerza externa, sino como un lento y paciente aprendizaje, capaz de desarrollar el potencial escondido en cada uno de nosotros para autoayudarnos y liberarnos de culpa y pena." (http://www.bosquetheravada.org/index.php?option=com_k2&view=item&id=518:la-tercera-noble-verdad).

 

 

De nuevo se trata de renunciar a la pasión, que es también el abandono del ego, del apego y de la ignorancia. El abandono del deseo intenso y  compulsivo.

 

            Hay sufrimiento en el no aceptarse, en el querer convertirse, en la ambición, incluso en el anhelo de autoperfección.

 

            No se habla de abandonar cualquier clase de deseo pues ninguna figura modélica, ningún Iluminado (Cristo, Krishna, Buda) es vegetativo o abúlico sino activo y emprendedor pero a la vez desapegado, desinteresado, ascético, no codicioso, no ambicioso.

 

Abandono no significa lucha y conflicto con la pasión pero ¿cómo lograrlo?

 

¿Crees que Buddha defiende la represión de los deseos e instintos?

¿Cómo se detiene el sufrimiento (se es feliz) según Epicuro y otros autores, y según tú?

 

 

4º EL CAMINO QUE CONDUCE AL CESE DEL SUFRIMIENTO: EL NOBLE SENDERO ÓCTUPLE:
 
Rueda del dharma donde cada brazo representa un elemento del camino óctuple
 

            Tras describir la enfermedad del ser humano,  diagnosticar su causa y decidir suprimirla, el Buda prescribe el remedio. Es la cuarta verdad, también conocida como "camino intermedio" pues evita dos extremos: la búsqueda de la felicidad mediante los placeres sensuales y los rigores de la renuncia a todo goce (ascetismo). Son una serie de reglas o métodos basados en el amor universal o compasión hacia todos los seres vivientes, la conducta ética, la sabiduría y la práctica de la meditación y de la atención: amor, ética, sabiduría y meditación se nutren de una raíz común. La tradición nos transmite un camino de ocho miembros:

 

1.     Visión recta  o sabiduría: conciencia de la impermanencia o transitoriedad de todo.

 

2.     Pensamiento recto o recta intención : no-sensualidad, no-crueldad, no mala voluntad. Para ello es necesario examinar de continuo nuestras actitudes y motivos ocultos. Se trata de conocerse a sí mismo sin juicio ni remordimiento.

 

3.     Lenguaje recto: no-engaño, no-malicia, no-insulto, no-estupidez. "Las palabras tienen mucho poder. Se cuenta que un día cierto maestro trataba de explicar esta verdad a un grupo de personas. Mientras hablaba, se levantó de pronto un oyente y dijo: “perdone Usted, pero me parece que lo que está diciendo aquí es un montón de sandeces: ¿cómo podrá Usted creer que las palabras en sí mismas tendrán algún poder?” “¡Cállese, maldito imbécil!”, le respondió el maestro. El hombre quedó estupefacto y dijo: “¿Cómo puede ser que Usted se crea un maestro espiritual e insulta la gente? ¡Esto es una vergüenza!”. “Bueno, perdóneme -dijo en tono reconciliador el maestro- es que me excedí en palabras; le ruego, por favor, que no se enoje”. El hombre se tranquilizó y, una vez sentado escuchó estas palabras: “¿Se da Usted cuenta? Tres palabras mías le pusieron furioso y seguidamente unas otras pocas palabras le devolvieron la calma. ¿Y luego seguirá Usted negando que las palabras tengan poder?”.

"Tradicionalmente, en el budismo el correcto hablar significa no mentir, no utilizar un lenguaje violento capaz de producir daño en las personas, no divulgar chismes y abstenerse de charlas frívolas o ligeras. Pero esto tiene también su lado positivo: el de convertir el lenguaje en un vehículo de amor y comunión. No se trata solamente de no mentir, sino decir la verdad de manera amable y cuidadosa. Sabemos bien que la llamada “cruda verdad” muchas veces es mal intencionada y dañina, cuando se la pronuncia de manera incorrecta.

"Algunos maestros, prefieren traducir el correcto hablar como “hablar desde el corazón”, porque ellos creen que “hablar con la verdad significa poder tocar el corazón del que oye(Kornfield, 1995:37). ." (http://www.bosquetheravada.org/index.php?option=com_k2&view=item&id=518:la-tercera-noble-verdad).


4.     Acción recta:  Abstenerse de matar y de hacer daño; de robar y de tomar algo de forma indebida; de cometer  adulterio o tener conductas sexuales ilícitas; de mentir y de hablar de forma violenta; de bebidas  intoxicantes y de drogas. - Los maestros budistas subrayan que no se trata de mandamientos u órdenes establecidos por revelación sino de reglas que conducen a la felicidad.

 

5.     Vida recta: ganarse la vida por medios rectos lo que excluye ocupaciones como la adivinación,  el engaño, la usura, el comercio con armas, la matanza o  daño de seres vivos, o el comercio con intoxicantes y  venenos.

 

6.     Recto esfuerzo o mantenerse siempre consciente de lo que hacemos, decimos, sentimos y pensamos.

 

7.     Recta atención:  Estar en el aquí y en el ahora sin prestar atención a fantasías de futuro o ensoñaciones del pasado. "Dicen que el Buda intentó practicar toda espiritualidad, toda forma de ascetismo, toda disciplina de cuantas se practicaban en la India de su época, en un esfuerzo por alcanzar la iluminación. Y que todo fue en vano. Por último se sentó un día bajo un árbol que le dicen “bodhi” y allí recibió la iluminación. Más tarde transmitió el secreto de la iluminación a sus discípulos con palabras que pueden parecer enigmáticas a los no iniciados, especialmente a los que se entretienen con sus pensamientos: “Cuando respiréis profundamente, queridos monjes, sed conscientes de que estáis respirando profundamente. Y cuando respiréis superficialmente, sed conscientes de que estáis respirando superficialmente. Y cuando respiréis ni muy profunda ni muy superficialmente, queridos monjes, sed conscientes de que estáis respirando ni muy profunda ni muy superficialmente”. Consciencia. Atención. Absorción. Nada más. (Anthony De Mello, Los Bambúes,  2003:32-33 (citado en http://www.bosquetheravada.org/index.php?option=com_k2&view=item&id=518:la-tercera-noble-verdad).

      

 8.  Recta meditación: práctica de la concentración en alguna sensación (como la respiración o distintos centros energéticos del cuerpo) u objeto (la luz de una vela, una pared en blanco, etc.) asociada con un sentimiento de paz o calma. Existen numerosas definiciones de meditación: volver la mirada hacia dentro en vez de hacia lo exterior, alcanzar el vacío mental, dejar de hacer para centrarse en el ser, o incluso mantenerse inmóvil y en silencio. -Es obvio que meditar consiste en intentar meditar y que cada cual lo hace a su manera pues posee un lado creativo o experimental. No se trata de una técnica. Por otro lado, todo el mundo posee una noción al menos intuitiva de en qué consiste esto de aquietarse y ponerse en contacto con el propio corazón y la propia mente.

 

Indica cómo entiendes o en qué medida has experimentado los 8 métodos o miembros del camino que conduce al cese del sufrimiento.

Opina sobre los mismos.

 
Flor de loto, símbolo del nirvana
 

ALGUNOS CONCEPTOS BUDISTAS FUNDAMENTALES:

·       Boddhisattva.

·       Buddha.

·       Claridad.

·       Dharma.

·       Estado de Gozo.

·       Estado de Verdad.

·       Gurú Rinpoche = Padmasambava (sánscrito)

·       Gurú Yoga

·       Impermanencia o transitoriedad.

·       Karma.

·       Karmapa.

·       Lama.

·       Liberación.

·       Mandala.

·       Mamtram.

·       Meditación.

·       Refugio.

·       Retiro.

·       Samsara.

·       Sangha.

·       Vacuidad o vacío.

 

* Vocabulario extraído de: Lama Ole NYDAHL Las Cosas como son. Una Introducción Contemporánea a las Enseñanzas del Buda (2012)


  ADDENDUM
Raimon PANIKKAR, El Silencio del Buddha. Una Introducción al Ateísmo Religioso,  ediciones  Siruela, 1996.

 
Raimon Panikkar (1918-2010)
 
 

          INTRODUCCIÓN PERSONAL


          Este libro saltó desde mi estantería hasta mí recientemente y no tuve más remedio que releerlo pensando en vosotros, alumnos de Ética.  No es la primera vez que me ocurre. Cuando duermo en mi antigua habitación de casa de mi madre los volúmenes me miran y de repente alguno se lanza desde los anaqueles. No son meros trozos de papel y tinta sino recuerdos impregnados del aroma de mis juventudes y búsquedas, jirones de mí mismo.-  En este caso no solo de mí sino también de mi mamá pues ella  compartió esta obra conmigo hace casi 20 años. Ahora ella ya no puede leer salvo audiolibros y apenas recuerda casi nada de Panikkar. El Silencio del Buddha se abalanzó sobre mí una noche poco antes de Navidad y hube de recogerlo. - Cuando lo abrí, al reparar en su contenido, me di cuenta de que no eran imaginaciones mías: Tal vez uno no escoge los libros sino que ellos nos eligen a nosotros.

 

          "Raimon Panikkar, doctor en Filosofía, Ciencias (Química) y Teología, dejó Europa en 1954 para ir a la India, donde fue investigador en las universidades de Mysore y Varanasi. En 1966 fue nombrado profesor de la universidad de Harvard y durante dos décadas dividió su tiempo entre la India y Estados Unidos. Es autor de más de cuarenta libros en diversos idiomas, entre los cuales cabe destacar: The Cosmotheandric Experience (1993) , Myth, Faith and Hermeneutics (1970) o The Vedic Experience (1977)" (nota biográfica en la contraportada). Hijo de una catalana y de un hindú, yo recordaba a Panikkar -hermano de Salvador Pániker, también escritor y pensador pero tal vez más mundano- como a un erudito que había leído todo el canon buddhista así como toda la teología y la filosofía occidental. Citaba los textos en francés, en inglés, en alemán, en latín, en griego y en sánscrito. Fue sacerdote y perteneció al Opus Dei. Había vivido en la India y en América, había pasado por las universidades más eminentes pero terminó sus días en Tavertet, un pueblecito barcelonés de un centenar de habitantes  alzado sobre un peñasco y al borde de un precipicio con vistas a los pantanos de Sau y Susqueda y a las montañas del Montseny. Era el perfecto sabio que tras haber  estudiado a fondo las Escrituras de Oriente y Occidente, abandona cualquier Iglesia, cualquier doctrina, se casa y se refugia en el campo como un filósofo antiguo o un saddhu del siglo XXI.

 

          Lo que encontré aquella noche al abrir las páginas que se habían volcado sobre mí, lo que me pareció un mensaje fue lo siguiente. " El ego [yo] sofoca y el aliud [otro] enajena; el ateísmo asfixia y el teísmo enloquece" (op.cit. p.39; Introducción).

 

          No es fácil explicar el sentido de esta frase pero de repente supe que volvería a hacerme cargo de Panikkar y de su compleja síntesis entre cristianismo, hinduísmo, y demás teísmos -religiones que defienden un Dios personal-, por una parte, y el ateísmo moderno por otra a través de la vía media del buddhismo  que ni niega la existencia de un Dios personal ni lo afirma sino que guarda silencio acerca de este tema. -En el momento en que El Silencio del Buddha se precipitó sobre mí, me hallaba aún bajo el efecto de la desesperanzadora filosofía de U.G. KRISHNAMURTI para quien no solo Dios sino la mente son mitos. Asfixiado por este ateísmo y sin poder dejar de reconocer sus razones, llegaba Panikkar a decirme que era normal que como hombre de mi tiempo me pareciesen absurdas y mitológicas las cosas que se dicen del Ser Supremo y las reglas que se deben cumplir para agradarle. Pero que al mismo tiempo también era natural que siguiera buscando alguna forma de espiritualidad. Esta espiritualidad, esta relación con el Absoluto no puede ser racional sino mística. De ahí que el Buddhha guardara silencio sobre los temas metafísicos.

 

          Debido a estas circunstancias personales he creído conveniente tomar algunas anotaciones de esta obra así como de wikipedia que enriquezcan el tema de Ética sobre buddhismo y compartirlas con vosotros según iban surgiendo.

 

INTRODUCCIÓN: Autos. Bios. Grafía.

 

          Panikkar presenta su obra como un auto-bio-grafía intelectual: El sujeto de la misma no es solo el autor sino ese número cada vez mayor de contemporáneos que tanto en Oriente como en Occidente parecen haber perdido "el mito unificador de la vida": "Ya no podemos seguir aceptando o creyendo confiada e ingenuamente las enseñanzas de nuestros mayores. Pero tampoco podemos dejar de creer en algo, aunque este algo sea una nada. En pocas palabras: lo antiguo está en descomposición y lo nuevo carece de fundamento" (ibidem, pp.36 y 37).

 

          Panikkar observa que esta crisis de la civilización contemporánea cuestiona los 6000 últimos años de experiencia humana (Cfr. Agonía  del Patriarcado en Claudio NARANJO). Antes cuando una civilización se derrumbaba podía aparecer otra para recoger su herencia. Pero en un mundo globalizado como el de hoy en día esto ya no será posible. De ahí la necesidad de una síntesis o fecundación mutua entre las tres grandes tradiciones religiosas del mundo actual: a) la teísta (hinduísmo, cristianismo, islam), b) la no-teísta (buddhista), c)  la secular y atea (filosofía y ciencia contemporáneas). Para hacer compatibles estas tres grandes fuerzas, las tres deben ser superadas.

 

          Por un lado, para muchos, Dios resulta superfluo o al menos sordo pues permite todo tipo de injusticias y sufrimientos. Los teólogos de diversas confesiones dicen que no se puede hablar de Dios porque es un misterio. Por otro lado, la necesidad de trascendencia se hace cada día más apremiante y a la vez más imposible. Se ha desmoronado la estructura jerárquica de la sociedad donde la esposa consideraba a su esposo como un Dios, los alumnos aceptaban a sus maestros como superiores y los trabajadores a sus patronos como sus jefes naturales. "Sabemos demasiada psicología, sociología e historia para no percibir los errores e incluso las hipocresías de nuestros `superiores´" (op.cit. p. 43). Incluso la promesa del futuro como realización de una verdadera sociedad humana -tal como sugería el marxismo- parece haberse desvanecido.

 

          Frente a otras teologías como la védica o la cristiana en las que lo divino forma parte de la realidad, Buddha renuncia a toda afirmación sobre la divinidad. Y no porque sea indecible o impensable sino porque no hay nada que comprender ni que expresar. El Buddha se niega a dejarse encerrar en ningún sistema pues ninguno puede abarcar el misterio de la realidad. "El Buddha nos enseña que debemos renunciar a la sed (...) tanto de existencia como de no existencia, que debemos prescindir de la salvación, del nirvâņa . (...)`El ser primordial es voluntad´, resumiendo en una sola frase toda la historia espiritual de Occidente" (op. cit. p. 45).

 

          La salvación no se puede desear ni buscar; sólo se puede esperar. Y esa esperanza no es mera espera ni tampoco deseo sino un don, una ofrenda, una gracia o, tal vez, la gracia misma de la existencia.

 

           El objetivo de El Silencio del Buddha es superar ese dilema, hallar una vía media entre agnosticismo y absolutismo gracias a la interpretación del mensaje de Gautama. Esa vía media también es la manera de ir más allá de la tensión entre países pobres y ricos, mundos islámicos y judeo-cristianos; lo que sería otra forma de decir: teístas y ateos ya que, según Panikkar no se puede separar política y teología.

 

 

           Apofatismo o teología negativa: el silencio del Buddha no se debería a a la imperfección de nuestro conocimiento ni al carácter misterioso de la realidad sino al hecho mismo de que la realidad suprema no es: Dios es tan inefable, tan inexpresable, tan incomunicable, tan transcendente que se puede negar incluso su carácter de Ser pues todo lo que pertenece al campo del ser ya no puede ser sino manifestación y no la última realidad; de ahí que tras encontrarse con Brahma, según la leyenda, Buddha tomase la resolución de hablar del camino para alcanzar la meta pero no de las más elevadas verdades sobre lo que el nirvana sea. "La última realidad, por el hecho mismo de ser última, no necesita ni de nuestra manifestación, ni de nuestro cuidado, ni que nos preocupemos de ella" (p.66). Si la tratamos como un algo la convertimos en algo intramundano, caemos en una especie de idolatría.

 

          La religiosidad buddhista-: Mientras que para el ateísmo existencialista de SARTRE la negación de Dios se encuentra al final, para Buddha el ateísmo se encuentra al principio. Solo han puesto en duda que el buddhismo sea una religión, los que confunden religión con una determinada doctrina u ortodoxia. Pero -como indica la parábola del hombre herido por la flecha- para Buddha el mismo hecho de cultivar la especulación demuestra que no se ha alcanzado la meta.- Las cuatro nobles verdades-: La vía media se sitúa entre la búsqueda de los placeres de los sentidos y la búsqueda de la mortificación, caminos ambos "innobles y sin provecho". La noble verdad del dolor, la noble verdad del origen del dolor (" la sed que conduce a nacer de nuevo, con su pasión y deseo, buscando satisfacción acá y acullá, a saber: la sed de placeres sensuales, la sed de volver a nacer, la sed de terminar la existencia") (op.cit. p. 70), la noble verdad de la cesación del dolor ("la supresión completa de esta sed, su destrucción, abandonándola, renunciando a ella, liberándose y desasiéndose de ella") (p.71) , la noble verdad de la vía que conduce a la cesación del dolor o camino óctuple (recta visión, recta intención, recto discurso, recta conducta, rectos medios de vida, recto esfuerzo, recta memoria y recta concentración) (la misma traducción de "recto" se podría sustituir por "perfecto, equilibrado, completo o puro"; otras versiones alternativas podrían ser: "valoración perfecta, pensar perfecto, palabra perfecta, acción perfecta, vida perfecta, disciplina perfecta, lucidez perfecta, espiritualidad perfecta" ; o bien: "fe pura, voluntad pura, lenguaje puro, acción pura, medios de subsistencia puros, aplicación pura, memoria pura, meditación pura" , traducción de FOUCHER seguida por LAMOTTE) (op.cit. p. 304)

          Panikkar observa que el texto respira un clima de salvación aunque no se mencione a Dios por ninguna parte. Aunque hubiera un objeto absoluto (lo que sería contradictorio) el problema fundamental del hombre seguiría siendo el dolor, la eliminación de la contingencia. Este sufrimiento es inherente a la existencia humana.

 

 

          Nairâtmyavâda-: La negación del âtman o yo substancial: De acuerdo con una interpretación,  Buddha habría enseñado que no hay alma ni un sí-mismo ni substancia. Pero al mismo tiempo tampoco defiende el anâtman (negación del alma). Es decir, se distancia tanto del eternalismo -la creencia en una substancia imperecedera e inmortal, sujeto de los cambios y finalidad del auto-perfeccionamiento- como del nihilismo. No hay substancias por un lado y accidentes por otro sino que todo lo que experimentamos es pasajero e inestable. Ni siquiera hay cambio sino solo cosas cambiantes. Tampoco hay un sujeto inmutable del cambio. Ni el cuerpo ni las sensaciones ni las percepciones ni las tendencias mentales ni la conciencia misma son el âtman pues no son permanentes, son susceptibles de enfermedad y no tenemos poder sobre ellos. Al des-identificarnos  de estas formaciones que parecen constituir nuestra individualidad, al sentir repulsión por el cuerpo, las sensaciones y todo lo demás, nos liberamos de toda pasión y emerge el conocimiento que destruye cualquier renacimiento.- Por otra parte el âtman no puede ser identificado pues a) si lo consideramos como sintiente no podemos equipararlo a las sensaciones ya que estas son impermanentes y b) si lo consideramos como insintiente se plantea la pregunta "Si tú no tienes sensaciones, ¿puedes decir `yo existo´?".- En realidad el Yo, el âtman no es más que un simple nombre, un mero sonido hueco como ilustra el texto que lo compara con un carruaje que no es ni el eje ni las ruedas ni la carrocería ni ninguna otra parte sino una manera de llamar al conjunto de todas ellas; del mismo modo el âtman , el alma, el ego no es sino una designación conveniente que no se confunde con las sensaciones ni con el cuerpo ni con la conciencia ni tampoco es algo aparte de esos elementos. -Texto que recuerda a la crítica de David HUME  a la idea de identidad personal.- Otro fragmento se interroga sobre si permanecemos los mismos a lo largo de la vida o nos volvemos otros para negar ambas posibilidades: por un lado ya no soy el niño que fui, soy otro; pero a la vez puede defenderse que sí soy el mismo pues "a través de la continuidad del cuerpo todos los estados de la vida se mantienen conjuntamente" (p. 94), lo que se compara con una lámpara que quema varias llamas a lo largo de una noche: hay continuidad pero no hay nada subsistente como el âtman.- Del mismo modo aunque no hay nada que transmigre, existe el renacimiento: cuando se enciende una lámpara con otra, no se puede decir que la llama transmigre de un lugar a otro pero la luz se mantiene.

 

 

          Nirvâna-: El nirvâna es el corazón del buddhismo. Pero también es el nirvana lo que se ha prestado a interpretaciones más discrepantes: traducido por diversos autores como: aniquilación, inmortalidad, santidad, renacimiento trascendente, estado de ausencia distinto a la nada, agnosticismo perfecto o "despiración" en Dios (como lo contrario de la creación o respiración de Dios).

 

          La etimología de la palabra resulta sugerente: el verbo nirvâ significa en sánscrito "apagarse" o "consumirse" por sí mismo, no por acción humana. Está relacionado con el viento (como las palabras spiritus y pneuma) y asimismo con el calor, de ahí que nirvana quiera decir también "refrescante" o "placentero". Otros especialistas sugieren que el término  pâli  nibbâna no derivaría del sánscrito nirvâna: nibbâna no significaría tanto "aniquilación" como "recubrimiento".

 

          Sin embargo el nirvana no es el resultado de la extinción de nada, no es el efecto de "la falta de combustible" ni tampoco la causa de nada ni la meta o finalidad de la vida. Concebirlo así sería convertirlo en algo condicionado mientras que el nirvana es transcendencia pura. Más bien se trata de "la extinción de la existencia considerada como negativa y contingente, la consumación de la temporalidad, la muerte de todo lo mortal, esto es, de lo que puede (aún) nacer (..) el a-no-nada-miento de la mística española, la destrucción de aquella nonada que uno `es´" (p.98). Pero nirvana también significa santidad: "La aniquilación de la concupiscencia, la aniquilación del odio, la aniquilación del error, he aquí, amigo, lo que se llama nibbâna" (texto budista citado por Panikkar, p. 99).

 

          Nirvana es lo no construido, lo no elaborado y aun lo no creado, como sinónimos de lo perfecto (a diferencia del hinduísmo, donde lo perfecto es lo creado). "Por eso los hombres no debemos preocuparnos por él, ni por salvarlo o por definirlo, y tampoco podemos pretender manejarlo, por mucho respeto que pongamos en ello. Para el Buddha la verdadera fe está en lo transcendente, en lo incondicionado, en lo que no `es´ bajo ningún aspecto" (p. 100). Por ello nirvana es regresar a la unidad originaria, al estado inicial. En el brahmanismo y en el cristianismo hay una tensión entre lo transcendente y lo mundano y se busca un puente o un punto de contacto mediante el sacrificio cósmico o la figura mediadora de Cristo; en el buddhismo por el contrario no hay ningún puente posible. "El samsâra tiene que desaparecer del todo en el nirvâna" (p.102). No son ni manifestaciones o aspectos de una misma cosa ni dos cosas distintas. El budismo no pretende como los panteístas ni absolutizar lo relativo ni como los nihilistas o ateos relativizar lo absoluto. Nirvâna y samsâra son inconmensurables precisamente porque no son dos cosas; el paso de uno a otro -si es que existe- se da en la acción y no en la teoría. Para quien cree -los racionales- que el pensamiento puede descubrir el ser, el nirvana, lo impensable, será una quimera; para los místicos, lo que no se puede concebir ni expresar, será en cambio  la máxima realidad.

 

          "Sólo el sufrimiento (dukkha) existe, no el que sufre; no hay actor, sino sólo actos; el nibbâna es, pero no quien lo busca; el camino (magga) está ahí, pero no el caminante" (p. 103).

 

          Los textos comparan el nirvana con un gran fuego que se ha extinguido: del mismo modo el Buddha ha entrado en un estado de nibbâna sin remanente alguno, ha dejado de existir, ha vuelto a su lugar de origen, no se puede decir que esté aquí o allá, solo queda el dharma que él enseñó.

 

          Otro texto atribuye al Buddha la siguiente descripción (o tal vez sugerencia): "Existe, ¡oh bhikkhu!, aquel dominio en que no se dan ni la tierra ni las aguas ni el fuego ni el aire ni el dominio de la infinitud del espacio ni el dominio de la infinitud de la conciencia ni el dominio de la nada ni el dominio del conocimiento y del no-conocimiento ni este mundo ni el otro ni el sol ni la luna. Yo os digo, ¡oh bhikkhu!, que ahí no se entra, que de ahí no se sale, que ahí no se permanece, que de ahí no se decae y que de ahí no se renace. Carece de fundamento, carece de actividad, no puede ser objeto del pensamiento. Es el fin del sufrimiento" (citado por Panikkar, p. 105).

 

          Otro documento subraya la trascendencia  absoluta del nirvâna: "Lo que no puede ser extinguido, ni tampoco nunca alcanzado,/ lo que no es ni aniquilación, ni tampoco perennidad,/ lo que no es limitado, ni ha sido creado,/ esto es nirvâņa. Escapa a toda determinación (...) Ni como existencia ni como no-existencia,/ se ha de concebir el nirvâņa." (...) ¿Qué es el Señor después de su desaparición? /Existe o no existe? No podemos concebirlo./  ¿O ambas cosas a la vez, o ninguna de ellas?/ No podemos concebirlo". (...) "No hay diferencia alguna/ entre nirvâņa  y samsâra. /No hay diferencia alguna/ entre samsâra y nirvâņa" (...) "La beatitud consiste en la cesación/ de todo pensamiento,/ en el apaciguamiento de la pluralidad./ Ninguna doctrina sobre el dharma fue enseñada por el Buddha,/ en ninguna parte y nunca" (Citado por Panikkar, pp. 108 y 109).

 

          El Lankâvatâra Sútra (s.I d.C.) diferencia cuatro formas de entender el nirvâņa según quién lo conciba:  a) los que sufren y temen el sufrimiento lo ven como una liberación y una recompensa; b) los filósofos sostienen varias opiniones argumentadas: para unos consiste en la simple aniquilación o vacuidad, para otros  en alcanzar el paraíso.- Se desechan  todas porque caen en el error de imaginarse el nirvana de manera dualista y hacerlo consecuencia de alguna causa; pero nada de esto es lógico ni aceptable para el sabio; c) los discípulos y maestros apegados todavía a la noción de un yo propio lo consideran una eternidad de felicidad pero como no pueden olvidar todavía la felicidad del samâdhi para sí mismos, no pueden realizar el gran cambio ni se libran de la mente pensante ni de las energías acumuladas; d) por último está el nirvana de los buddha que ya no viven para sí mismos sino en la vida universal de los Perfectos en sus distintas manifestaciones, "el bodhisattva expone que para los buddha no hay nirvâna" (citado por Panikkar p.113). este último es el auténtico nirvana y surge allí donde se reconoce que no hay más que la propia mente y por tanto no se desea más, desaparece la sed y el apego a ninguna cosa exterior, hasta la noción de verdad resulta indiferente por la confusión que causa, cuando la compasión por los otros va más allá que cualquier pensamiento sobre sí mismo: nirvana es amor perfecto para todos y para todo. El mismo texto observa que algunos bodhisattva se mantienen fuera del nirvana  porque han hecho el voto de no alcanzarlo hasta que no lleguen a él todos los seres. Pero "un día u otro, todos y cada uno serán beneficiados por la Sabiduría y el Amor de los tathâgata y por la transformación, de manera que empezarán a acumular méritos y a ascender por los diferentes estadios. Pero si lo realizasen, estarían ipso facto en el   nirvâņa, porque en la Noble Sabiduría, todas las cosas están en el  nirvâņa ya desde el principio" (citado por Panikkar, p. 115).

 

          Por último un texto chino del siglo VII establece que el nirvana no tiene ni sujeto ni objeto: Se niega explícitamente que exista un cuerpo esencial que goce de la felicidad cuando muere el cuerpo físico: "Ni por un momento, nirvâņa puede ser considerado como los fenómenos del devenir y de la cesación. El  nirvâņa es la perfecta manifestación de la calma y de la cesación del cambio, considerando empero, que en el momento de de la manifestación, no hay tal cosa que se manifieste. Se llama goce perdurable, porque no hay quien goce de él, ni quien no goce (...) Estoy intentando describir algo que es intrínsecamente inefable, a fin de que te liberes de tus opiniones falaces. Si no me tomas demasiado al `pie de la letra, acaso puedas conocer una migaja del nirvâņa" (El Sutra del Sexto Patriarca, citado por Panikkar, pp. 116-117).

 

EL NIRVANA EN EL BUDISMO


(wikipedia: Nirvana)

""Siddhartha Gautama se refería al nirvana de la siguiente manera:

«Hay, monjes, una condición donde no hay tierra, ni agua, ni aire, ni luz, ni espacio, ni límites, ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas, ni falta de ideas, ni este mundo, ni aquel mundo, ni sol ni luna. A eso, monjes, yo lo denomino ni ir ni venir, ni un levantarse ni un fenecer, ni muerte, ni nacimiento ni efecto, ni cambio, ni detenimiento: ese es el fin del sufrimiento.» (Udana, VIII, 2)

"Como no se puede definir el nirvana con palabras, se lo suele delimitar por lo que no es:

  • No es la existencia común a la que está sujeto el ser humano.
  • No tiene principio ni fin (no se encuentra dentro del tiempo medible).
  • No se puede generar o fabricar.
  • No tiene dualidad, por lo que no puede ser descrito con palabras.
  • No es un estado subjetivo de conciencia.
  • No está condicionado a nada o por nada.
  • No es ningún tipo de desarrollo o conversión.
  • No tiene partes o etapas que se puedan distinguir unas de otras.

"Buda Gautama redefinió la consecución del nirvana presente en el hinduismo mediante un proceso de meditación en el que se analiza el cuerpo y la mente como carentes de una individualidad intrínseca. En ese proceso existe un vacío de individualidad (śūnyatā) de todo lo presente en el cuerpo y mente del sujeto. Esta falta de una individualidad es también común en todos los fenómenos del universo.

"Al igual que en el hinduismo, la realización del nirvana budista implica la liberación definitiva del sufrimiento de la existencia o de los diferentes estados de reencarnación a los que todos los seres están sujetos. Pero en el budismo esta idea será llevada hasta sus últimas consecuencias. La diferencia en el contexto hinduista es que esto ocurre por la unión a un absoluto (Brahman) a semejanza de lo que expone la mística de las religiones teístas occidentales.

"La afirmación de que el budismo considera el nirvana como lo opuesto al samsāra (el mundo tal como lo vivimos ahora) no es correcta desde el punto de vista de la doctrina budista, toda vez que dioses y hombres están sujetos al karma y Buda expresó la liberación final de dioses y hombres en medio del mundo de los fenómenos. Por lo tanto, se distanció de ese estado de absorción en la divinidad o unión a un absoluto como vía de liberación definitiva tal como estaba presente en el hinduismo."

 

          Pratîtyasamutpâda-: Traducido como "existencia dependientemente coordinada", "originación dependiente", "producción en consecución", "producción en dependencia", "generación condicionada" o "surgimiento condicionado", es uno de los conceptos clave del budismo. Se relaciona con lo impermanente, con el sufrimiento y con el vacío  pues "todo lo que está sujeto a nacimiento está sujeto también a desaparecer" (citado por Panikkar, p. 120). Es decir, todo es contingente. Si hubiese algo realmente independiente, no se podría hablar de ello. Pero precisamente descubrir la contingencia irremediable del hombre y del mundo, es la salvación que conduce a la vacuidad y al nirvana. El nirvana es lo que se encuentra al margen de la concatenación universal de causas y efectos. Para algunas escuelas el nirvana no es otra cosa que el samsara pero visto cuando se han rasgado los velos de la ignorancia. Todo depende de todo, cada ser depende de los demás . A la pregunta "¿de qué depende el todo?", el Buddha responde con su silencio.


PRATĪTYASAMUTPĀDA


(De Wikipedia, la enciclopedia libre)

"Pratītyasamutpāda es un concepto budista fundamental y común a todas las escuelas budistas. Declara que todos los fenómenos se originan de manera dependiente entre sí por relaciones de causa y efecto.

"Explica además cómo los seres están atrapados por la ignorancia en un ciclo sin fin de sufrimiento (Samsara) que hace que constantemente perciban la realidad de manera incorrecta. Este proceso se refiere a la duración de todas las vidas pasadas y la vida actual; el común funcionamiento de la mente instante tras instante.

"El ciclo tiene varias fases:

  1. Ignorancia Avidya
  2. Impresiones o Samskara
  3. Consciencia o Vijñāna
  4. Organismo (cuerpo-mente) o Nāma Rūpa
  5. Seis sentidos o Ṣaḍāyatana
  6. Contacto sensorial o Sparśa
  7. Experiencia sensorial o Vedanā
  8. Deseo, querer, anhelo, antojo o Trisna
  9. Aferramiento mental o Upadana
  10. Voluntad de manifestación (nacer, ser) o Bhava
  11. Renacimiento o Jāti
  12. Sufrimiento o Jarā-maraņa.

"Así, Buda Gautama explica el común funcionamiento de esta cadena de la siguiente manera:

  • Del nombre y la forma como condición requerida surge la consciencia.
  • De la consciencia como condición requerida surge el contacto.
  • Del contacto como condición requerida surge la sensación.
  • De la sensación como condición requerida surge el deseo o ansia.
  • Del anhelo como condición requerida surge el aferramiento.
  • Del aferramiento como condición requerida surge el devenir.
  • Del devenir como condición requerida surge el nacimiento.
  • Del nacimiento como condición requerida surge la vejez, la muerte, el llanto, el lamento, el dolor y la desesperación.

"Tal es el origen de esta entera masa de angustia y sufrimiento.

Digha Nikaya 15

"Todo Yo es el fruto (Vipāka) de una acción voluntaria. Cuando este Yo muere se crean las causas para el renacimiento de un nuevo yo condicionado por los anteriores. La ruptura de este proceso se da solamente al comprender el nirvana.

Otras definiciones y traducciones


"Tiene varias traducciones: "surgimiento condicionado", "originación dependiente", "génesis condicionada", "co-surgimiento dependiente" o "surgimiento interdependiente".

"En pāḷi: Paticca-samuppāda Generación Dependiente. Co-surgimiento Interser. La Cadena de los Doce Eslabones. Las Doce Causas Concatenadas. Co-producción Condicionada. Génesis Condicionada. Surgimiento Interdependiente. Sánscrito: प्रतीत्यसमुत्पाद), Paticcasamuppāda (Pāli: पतिचसमुपादा; Tibetano: rten.cing.'brel.bar.'byung.ba; Chino:緣起

Contexto


"El Surgimiento Condicionado es expuesto en el Maha-nidana Sutta o "Discurso de las causas". Constituye una formulación elaborada del proceso del karman, que es la fuerza que une cada uno de los eslabones, y es el equivalente dinámico a la enseñanza de la Insustancialidad y de los Cinco agregados."

 

Karma


De Wikipedia, la enciclopedia libre

"Según varias religiones dhármicas, el karma (En sánscrito: कर्म) sería una energía trascendente (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de las personas.

"Según las leyes del karma cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. Es una creencia central en las doctrinas del budismo, hinduismo, jainismo,[1] el ayyavazhi y espiritismo.

"Aunque estas religiones expresan diferencias en el significado mismo de la palabra karma, tienen una base común de interpretación. Generalmente el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto. Se refiere al concepto de «acción» o «acto» entendido como aquello que causa el comienzo del ciclo de causa y efecto.

"El karma está en contraposición con las doctrinas abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islamismo). El karma explica los dramas humanos como la reacción a las acciones buenas o malas realizadas en el pasado más o menos inmediato. Según el hinduismo, la reacción correspondiente es generada por el dios Iama, en cambio en el budismo y el jainismo ―donde no existe ningún dios controlador― esa reacción es generada como una ley de la Naturaleza (como la gravedad, que no tiene ningún dios asociado).

"En las creencias indias, los efectos del karma de todos los hechos son vistos como experiencias activamente cambiantes en el pasado, presente y futuro.[2]

"Según esta doctrina, las personas tienen la libertad para elegir entre hacer el bien y el mal, pero tienen que asumir las consecuencias derivadas.

Etimología


"Proviene de la raíz kri: ‘hacer’ (según el Unadi-sutra 4.144).[3]

"Es errónea la etimología karaṇa: ‘causa’ y manas: ‘mente’, en boga en Occidente. La letra n final de karman (que no es una ) indica que se trata de un sustantivo neutro. Para analizar sus raíces habría que usar solo el término kar-ma (no kar-ma).

"En pali se dice kamma y en birmano kan.

Karma: no implica solamente las acciones físicas


"Tanto para el hinduismo como para el budismo, el karma no implica solamente las acciones físicas, sino habría tres factores que generan reacciones como:

  • los actos
  • las palabras
  • los pensamientos.

"Tanto el budismo como el hinduismo creen que mediante la práctica de esas respectivas religiones, las personas pueden escapar del condicionamiento del karma y así liberarse de los cuatro sufrimientos (que se enumeran igual en ambas religiones): 1) nacimiento
2) enfermedad
3) vejez
4) muerte.


Karma y reencarnación


"Usualmente se asocia el karma con la reencarnación, ya que una sola vida humana no alcanzaría para experimentar todos los efectos de las acciones realizadas («cobrar» todo el bien que se ha hecho o «pagar» todo el mal que se ha realizado en vida).

"En religiones teístas (como el hinduismo o el cristianismo) existe el concepto de alma. Bajo el punto de vista del karma, la reencarnación sería la nueva encarnación del alma en un nuevo cuerpo físico, en tiempo futuro, en el útero de una nueva madre.

"En el hinduismo, el concepto de alma individual, o yiva-atman, es una chispa del Espíritu Divino (Atman) que todos tenemos, a diferencia del budismo, en que el objeto de la reencarnación corresponde a un registro de la mente.

"Se entiende que existe un estado de pureza y sabiduría original, latente pero dormido, en la vida de todos los seres humanos. En el concepto oriental, el ser humano olvida su naturaleza superior y se identifica erróneamente con el cuerpo en cada nuevo nacimiento.

"La reencarnación ―o transmigración de las almas― es el paso hacia la siguiente existencia física. El karma determina las condiciones bajo las cuales el individuo vuelve a la vida. Sin embargo, el estado de pureza y sabiduría latente sigue intacto y desarrollándose lenta y progresivamente vida tras vida, en una especie de evolución espiritual del alma/cuerpo astral a través de numerosos cuerpos físicos y personajes, un largo viaje desde nuestra naturaleza inferior o animal hasta nuestra naturaleza superior o divina.

Recuerdo de vidas anteriores

"El gurú Paramahansa Yogananda creía que todos los seres realizados (entre quienes contaba a Jesucristo o Buda Gautama) podrían recordar sus vidas. Afirmaba también que él podía recordar a voluntad sus vidas anteriores. En cambio, al ser humano común no le ayudaría recordarlas, debido al peso emocional que le acarrearía. Por lo tanto, el recuerdo de esas vidas está oculto, pero guardado en la «memoria del alma» o en la mente hasta que la persona esté preparada para recordarlas sin daño emocional.

"La mayoría de las escuelas budistas enseñan que mediante la meditación se puede llegar a un estado de superconciencia llamado nirvana (samadhi en yoga), que es el fin de la existencia condicionada por el karma. Por lo tanto, la práctica budista intenta que las personas alcancen un estado de paz y felicidad absoluta en esta misma vida. Algunas corrientes minoritarias, como la del budismo nichiren, entienden que no es posible escapar al ciclo de la reencarnación.

Los niños prodigio

"El karma y la reencarnación serían la manera en que los orientales trataban de explicar el fenómeno de los niños prodigio, que serían resultado de muchas vidas de práctica en ese don particular.

Esos niños serían almas que de alguna manera podían aprovechar el talento aprendido en vidas anteriores, que estaría almacenado en una inaccesible memoria astral o registros akáshicos (listas de actividades que quedan escritas en el éter, el cual es una sustancia mítica invisible, más sutil que el aire)." (...)

Samsara


De Wikipedia, la enciclopedia libre


Pintura tibetana o Thanka mostrando la rueda de la vida y los reinos del saṃsāra.

"Saṃsāra (en sánscrito: संसार) es el ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación (renacimiento en el budismo) en las tradiciones filosóficas de la India; hinduismo, budismo, jainismo, bön, sijismo y también en otras como el gnosticismo, los Rosacruces y otras religiones filosóficas antiguas del mundo.

"Según estas religiones en el transcurso de cada vida, el Dharma (acciones hechas para bien) y el Karma (consecuencia de lo realizado/decidido) determinan el destino futuro de cada ser en "el proceso del llegar a ser" (evolución o involución). Este proceso cíclico termina con el logro del moksha (union con Dios) .

Etimología


"Saṃsāra deriva del sánscrito saṃsārí, que significa 'fluir junto', 'pasar a través de diferentes estados', 'vagabundear'. "Samsara" es la raíz de la palabra Malay "sengsara" que significa sufrimiento. La persona sujeta al saṃsāra se llama saṃsāri.

"Los orígenes históricos del concepto del ciclo de repetición, reencarnación, no están claros, pero la idea aparece frecuentemente en textos religiosos y filosóficos de la antigua Grecia e India durante la primera mitad del primer milenio A.C.Orfismo, Platonismo, Jainismo y Budismo discuten sobre la transmigración de los seres de una vida a otra. En India el concepto parece haberse originado en la religión védica por la heterogenia cultura shramanica. "El Budismo y el Jainismo son la continuación de esta tradición. También el movimiento temprano de los Upanishad fue influenciado por él. La reencarnación fue adoptada por el brahmanismo védico ortodoxo. Los branmanes escribieron por primera vez estas ideas en los primeros Upanishad.

Ciclo de nacimientos y muertes


"Samsara es el ciclo de nacimientos, muertes y renacimientos en la mayoría de las tradiciones filosóficas de la India incluyendo hinduismo, budismo y jainismo. Se asume como un hecho irrefutable de la naturaleza. Estas tradiciones difieren en la terminología con la que describen al proceso y cómo es interpretado.

"La mayoría de estas religiones, consideran al samsara negativamente, como un estado de sufrimiento del que hay que escapar. Algunos como los advaitas, consideran que el mundo y la participación en el samsara es fundamentalmente maya (ilusión).

En el hinduismo


"En el hinduismo samsara es visto como mera ignorancia de la verdadera naturaleza del ser: no hay diferencia entre el alma (el yo) y Brahman (lo divino). Debido a avidya ('ignorancia', lo contrario de vidya) el alma cree en la realidad del mundo temporal y fenoménico, lo que lleva a la confusión de creer que el cuerpo es el yo. Ese estado de ilusión es conocido como māyā.

"Según el hinduismo personalista el samsara es generado por el deseo del alma de disfrutar aparte de la Divinidad y sus allegados.

Liberación del saṃsāra

"El hinduismo tiene varios términos para referirse al estado de liberación de la materia, como mokṣa, mukti, nirvana, samādhi o mahasamadhi.

"Las tradiciones de yoga sostienen creencias diferentes. Mokṣa o liberación se puede alcanzar mediante:

  • el karma ioga o el sendero de la acción altruista, que subvierte el ego y obliga a la comprensión de la unidad de todo.
  • el gñāna ioga (o yoga del conocimiento) mediante la discriminación entre lo que es real y lo que es maia, por medio de una intensa contemplación y del estudio de las Escrituras védicas.
  • el rāja yoga (meditación) parte del cual implica la práctica del hatha yoga.
  • el bhakti yoga camino espiritual o sendero de lo Divino.

En el jainismo


"En el jainismo, karma, anuva (ego) y el velo de māiā son considerados puntos centrales de sus creencias.

"En el jainismo, la única liberación del samsara se llama mokṣa o mukti. El Saṅsāra es la existencia mundana caracterizada por los continuos renacimientos y reencarnaciones en varias formas de existencia. Se describe como una existencia llena de sufrimiento y miseria a la que, por tanto, merece la pena renunciar. El Saṃsāra está con todos los seres ya que el alma está atada al Karma desde siempre, sin ni siquiera un comienzo temporal.

En el budismo


"Se corresponde con el sufrimiento, propio del mundo material, del que los seres humanos son los únicos seres reencarnados capaces de distanciarse, mediante la liberación, y, posteriormente, de separarse, mediante el nirvana. El tiempo necesario para liberarse del samsara depende de las prácticas espirituales y del karma acumulado en vidas anteriores.

En el budismo Mahāyāna

"Los budistas mahayana utilizan el término para referirse a uno de los cinco skandhas o estratos que forman la personalidad humana."

 

Avyâkŗtavastûni-: Buddha se negó a dar respuesta a cuatro problemas fundamentales. 1) la eternidad del mundo, 2) su finitud, 3) la existencia después de la muerte, 4) la identidad de alma y cuerpo. Entre ellos no se menciona la existencia de Dios porque, según Panikkar, lo problemático para la mente india no es la existencia de lo Absoluto sino de lo relativo. Por otra parte para Buddha y sus discípulos la existencia de dioses, de deva, de seres superiores al hombre como ángeles, apsaras, asura, etc. era una realidad tan evidente como la de los árboles pero la existencia de un Ser Supremo, de una Realidad Última, del Dios de los monoteístas es otra cuestión y es  ese Dios de los filósofos y teólogos sobre el que Buddha guarda silencio. Considera la personificación de Dios como adecuada solo para los principiantes y los mundanos,  mientras que quien ha visto que el mundo depende de causas y condiciones ya no se apoya en los dioses.

 

(...)

 

          El silencio del Buddha: - Las estatuas del Buddha, que solo aparecieron en la India por influencia de los griegos, sonríen apacibles, ven sin mirar y congelan nuestras preguntas, lo envuelven todo en un clima de intranscendencia. "No es solamente que el Buddha calle, sino que acalla cualquier ansia y perplejidad, haciendo descubrir su nihilidad. Cuando uno se acerca con respeto a Gautama, el Buddha, parece como si ya no existiera la cuestión que nos había impelido a dirigirnos a él" (p. 255).- El acallamiento de la pregunta-: Tanto en la India pre o extra-buddhista como en Occidente desde Platón a Kant se consideró que plantearse el sentido de la existencia era un signo de nuestro grado de civilización y que la religión daba la respuesta. Pero Buddha mantiene hacia estas cuestiones una actitud de "santa indiferencia". Si Dios y la vida ultraterrena existen no ofrecerían duda ni habría tantas posturas enfrentadas. Por su parte el ateísmo moderno defiende que se puede vivir sin recurrir a la hipótesis de Dios. Pero según Panikkar esto no se sostiene pues sin Dios el hombre cae en la inmoralidad, en la explotación de sus semejantes y en la "exasperación de la vida". El descubrimiento del Buddha sería eliminar la contingencia y no reabsorberla en ningún Dios. Para él la pregunta por Dios es superflua (la preocupación por estos problemas no lleva a solucionarlos y hasta cuando se cree haber encontrado la respuesta, persiste el desosiego al encontrarnos con otro semejante que tiene otra solución provocando dudas o lucha), es vacía y es nada, como si el hombre quisiera saltar por encima de su propia sombra. El pensar en Dios no es Dios, el desear a Dios no tiene por qué conducirnos a Él. Tal cuestión "no puede precisar su propio contorno".- La vía media-: Sin embargo no se puede decir que el buddhismo no haya dejado una vía que lleve a descubrir el sentido de la vida: es un camino medio no solo entre los dos extremos horizontales de la mortificación y la sensualidad sino porque "se para en medio del camino" y no pretende llevarnos a ninguna cumbre que sería una proyección de nuestra mente. "La vía media buddhista consiste, pues, en no llevar nada hasta el extremo, en no perseguir nada hasta un fin solo pensado o deseado, porque cualquier idolatría, también la del pensamiento, es nefasta" (p. 260). Pero igual de erróneo sería despreciar las exigencias de la razón. El gran pecado religioso es absolutizar cualquier cosa. Se trata de comprender simplemente la impermanencia de todo lo que existe, aventurar el silencio, estar dispuesto a perder la vida totalmente, prescindir de todo objeto y dejar caer el sujeto. Por eso el mismo Buddha desparecerá de la tierra para que los demás venzan su pereza y sigan el camino por cuenta propia. Como ayuda deja el dharma y el sangha. Cristo, Buddha o el Profeta representarían un obstáculo: " Mata a aquel que encuentres en tu camino. Si encuentras al Buddha, mata al Buddha; si encuentras a los Patriarcas, mata a los Patriarcas; si encuentras a los Arhat, mátalos también" (Taishö citado por Panikkar, p. 262).- El silencio meditativo-: De los tres tipos de silencio -el del cuerpo, el de la voz y el del pensamiento- el más importante es el mental y el buddhismo es una escuela de meditación, de contemplación interior: "En rigor, no se puede hablar del buddhismo,hay que meditarlo" (p. 263). En la literatura védica, la aceptación del silencio dentro de los ritos de sacrificio supone que la mística ha entrado en el culto brahmánico, con la retención de la palabra el poder se transfiere al interior del individuo. El silencio es más que un medio, es el mismo fin. Por eso ninguna religión puede prescindir del silencio (ni siquiera la judeocristiana donde la alabanza ocupa la parte predominante del rito) cuando se entra en contacto directo con Dios. El silencio pertenece al misterio y supera al pensamiento.

 

 

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la liberación-: Tres puntos pueden resumir la lección del Buddha para el hombre contemporáneo:

 

1) No hay un Monarca Sobrenatural,  un Ente Supremo, proyección de la ideología imperial; Buddha no es monoteísta.

 

 2) Tampoco Dios es el todo; Buddha no es panteísta.

 

 3) Hay una dimensión de misterio y de transcendencia que solo se descubre en la realidad del dolor: Buddha no es ateo.

 

           En resumen, no podemos colocar a Dios en ninguna categoría; se escapa al pensar. "pero sí, al parecer, podemos creer en él. Sí podemos dirigirle o incluso darle el corazón (...) Y podemos ser conscientes de este movimiento de corazón, sin convertirlo en objeto de nuestra mente o de nuestra voluntad. La fe no tiene objeto. Sería idolatría" (p.289).

 

          Estas son las conclusiones de la hermenéutica de Panikkar. Buddha en cambio se contenta con callar y centrar todo el problema en el dolor humano y en el camino a la liberación. El destino del hombre queda en sus propias manos aunque guiadas por el ejemplo del Buddha, de la comunidad (sangha) y la recta conducta (dharma). Ni siquiera hay que preocuparse del nirvana. Pero la práctica de las tres joyas no es infecunda: Basta seguir el dharma, escuchar al Buddha y vivir en comunidad monástica (en "solidaridad recíproca", versionea Panikkar). No  afirma a Dios pero tampoco lo niega. Más bien nos libera de Él y de la heteronomía igual que de la apoteosis del Hombre y su autonomía. Su mensaje es hacernos libres de todo, incluso de un Dios objetivado o de una Humanidad idealizada.

 


 

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