HISTORIA DE LAS IDEAS ÉTICAS: EL RENACIMIENTO
LA EDAD MODERNA: EL RENACIMIENTO
La Escuela de Atenas (La Scuola di Atene) (1510-1511) de Rafael Sanzio
BREVE RECAPITULACIÓN
Hasta ahora hemos
visto dentro de la Historia de las Teorías Éticas -que sirve de introducción a
la Filosofía de 1º y 2º de Bachillerato- , los siguientes autores, temas y
periodos: 1º) Sócrates (470-399 a.C.) y el intelectualismo moral; 2º) Buddha y el
Dharma: El Budismo; 3º) Las Escuelas Morales del Helenismo (epicureísmo, cinismo, estoicismo, escepticismo) 4º) El Cristianismo: Santo Tomás (1224-1274): las Cinco Vías
para la Demostración de la Existencia de Dios y la Ley Natural.
LA EDAD MODERNA
Se conoce como edad
moderna o modernidad al periodo
histórico que comienza en el siglo XV y termina en el XVIII (ambos incluídos).
Edad moderna es lo contrario de edad antigua o antigüedad que corresponde a la cultura greco-romana desde el siglo
V ó VI a.C. hasta el siglo V d.C. (aproximadamente; hay otras cronologías). La
edad moderna -cuyos últimos descendientes somos nosotros- y el Renacimiento, se oponen a la edad media o medievo: las largas centurias que van
desde el siglo V d.C., -división y declive del imperio romano, invasiones
bárbaras, hegemonía del cristianismo- hasta el siglo XV y la fecha emblemática
de 1492 ("descubrimiento" de América; conquista de Granada; invención
de la imprenta de Gutenberg).
Es
decir, lo que re-nace es la
antigüedad clásica -y su ideal humanista- tras el eclipse de los Siglos Oscuros
o medievales. - Fueron los renacentistas mismos los que acuñaron estos
términos: Desde el 400 d.C. hasta el 1400 mil años de tinieblas o de inter-medio.
Se
puede decir que Sócrates y el Buddha
pertenecen a la época antigua mientras que santo Tomás es de la edad media. Los
autores y rasgos que vamos a ver ahora son modernos.
Hombre de Vitruvio de Leonardo con notas en escritura de espejo
EL RENACIMIENTO: GALILEO Y MAQUIAVELO.
La ciencia se
independiza de la religión con GALILEO Galilei (1564-1642), uno de los fundadores de la Física moderna.
Al
mismo tiempo que la política se independiza de la religión con Nicolás
MAQUIAVELO (1469-1527), secretario y embajador florentino cuya obra El Príncipe va a revolucionar la forma
de ver el arte de gobernar.
GALILEO
Tras
largas centurias de cosmología aristotélica -la Tierra en el centro del
universo, el Sol y los cielos girando a su alrededor, Dios moviendo mediante el
Amor la maquinaria del mundo-, en el siglo XV un clérigo polaco, Nicolás
COPÉRNICO (1473-1543), se atreverá a proponer una visión heliocéntrica del
mundo donde nuestro planeta gira sobre sí mismo y alrededor del astro rey.
Galileo
sigue esta teoría copernicana y la defiende con argumentos basados en la
observación -así las fases de Venus registradas mediante el invento del
telescopio que el mismo Galileo construyó y ayudó a difundir.- Sin embargo sus
ideas topan con el muro contra-reformista de la Iglesia católica: El Papa -antes
amigo y admirador ferviente del físico (había llegado a componer un poema en su
honor)- le insta a retractarse: Si no confiesa públicamente su error y declara
que es el Sol el que gira en torno a nosotros, le pueden cortar la lengua, las
manos, sacarle los ojos o simplemente quemarle vivo en la hoguera, como a
Giordano BRUNO (†1600, mártir de la ciencia y de la filosofía, igual que muchos
otros).
Las
prácticas de torturas, amputaciones y ejecuciones eran habituales para la
Inquisición. - Galileo cedió y estuvo preso el resto de su vida, pero se dice
que ,tras retractarse, aún murmuró acariciando a su perro: "Eppur si muove" ("Y sin
embargo, se mueve"). Frase que constantemente citada ha pasado a
significar: "Tengo que obedecer y
manifestar en público algo falso porque si no, las autoridades me matan; pero
la verdad sigue siendo la verdad".
Galileo ante el Santo Oficio (Inquisición) por Robert-Fleury
Sin
embargo el anciano y hundido Galileo continuó investigando en su presidio de
Florencia y aunque estaba bajo detención domiciliaria, ciego, enfermo y había
muerto su hija, consiguió publicar en Holanda -un país más libre que Italia;
sin Inquisición porque no eran papistas-
El Diálogo de los dos Máximos Sistemas
del Mundo, libro de enorme repercusión que sentará las bases de la ciencia moderna a través de
Kepler, Descartes, Newton y otros.
Lo
curioso del caso es que Galileo nunca rechazó a la Iglesia ni dejó de ser
católico ni de creer en la autoridad sagrada de las Escrituras. Según él, la
Biblia es necesario interpretarla y no tomarla al pie de la letra como si fuese
un texto de Física. De modo que cuando dice, por ejemplo, que Dios detuvo el
Sol para que el día durase más durante una batalla que estaban ganando sus
partidarios; esto no hay que entenderlo literalmente. Y por tanto no significa
que el Sol estuviese moviéndose y que Él lo parase. Con la misma facilidad
habría podido detener a la Tierra para que no siguiera girando y hubiese en la
misma jornada más horas de luz solar.
Pero
esto significaba que la ciencia ya no podía ser esclavizada por la Escritura y
por los teólogos: Una nueva generación de investigadores sin hábito ni sotana
preferían observar la realidad por sí mismos y diseñar máquinas útiles, que
seguir recitando las mismas letanías de la Biblia y la autoridad de los Padres
de la Iglesia (santo Tomás) y Aristóteles.
La
ciencia debía ser independiente de la religión. Este punto fue el que marcó el
desarrollo de Europa en contraste con la hegemonía de la religión o teocracia
de otras culturas avanzadas como la china, la india, Egipto, Persia o el Islam.
MAQUIAVELO
Casi
en la misma época y también en Italia y en Florencia -sin duda la capital y el
emblema del Rinascimento- Niccolò di
Bernardo dei Machiavelli -o simplemente: MAQUIAVELO- amigo del Divino Leonardo
da Vinci -con quien solía conversar dando largos paseos-, torturado en varias
ocasiones por los Médici, admirador del condottiero
César Borgia -hermano de Lucrezia Borgia e hijo del Papa de Alejandro VI-, estadista y
escritor que también sufre destierro en su finca como Galileo, en sus escritos El Príncipe tanto como en El Arte de la Guerra -que escribe en el
campo cuando queda privado de sus cargos públicos- Maquiavelo separa la
política de la religión.
El
gobernante debe aprender por encima de todo a ser no-bueno (Maquiavelo no
utiliza la palabra "malo"). Es decir, a infringir los diez
mandamientos uno por uno en aras del bienestar de la Nación. La razón es obvia:
Los hombres en general son perversos y olvidan antes el asesinato de sus padres
que la confiscación de sus bienes (la comparación es de Maquiavelo). Por eso
hay que tratarlos con mano de hierro para que no se subleven. Si te pones en
plan buenazo, en plan de cordero, se te suben a las barbas, son unos lobos; no
se puede ir de bueno sino a riesgo de perder toda autoridad y labrar tu propia
ruina. A veces tendrás que ahorcar a una docena de inocentes a la vista de todo
el mundo; o tal vez mejor: que tu lugarteniente lo haga por ti para meter miedo
a la población en una zona recién conquistada; luego llegas tú y le ahorcas a
él que no ha hecho más que seguir tus órdenes; así te presentas como el
salvador del pueblo una vez que el otro les ha sometido (también esta historia,
-real pues sucedió en la Italia de su tiempo- la cuenta el propio Maquiavelo,
lleno de admiración).-
Por
supuesto el buen gobernante tendrá
que mentir, hacer falsas promesas, conspirar, extorsionar, robar..., en fin, cometer todos los pecados mortales
para salvar a la ciudad. Si hay que elegir entre salvar a la ciudad o salvar la
propia alma, si no es posible ser a la vez un buen príncipe y un buen cristiano,
el buen gobernante sacrificará la salud de su alma por la salvación de la
ciudad, será un gran pecador pero un
administrador estupendo.
Este
tipo de razonamientos han creado en torno al nombre de Maquiavelo una especie
de aura maldita: Como si ser maquiavélico significase ser malvado y retorcido.
Como si Maquiavelo dijese que "El fin justifica los medios" (cosa que
nunca dijo ni escribió pero que se le atribuye con frecuencia). Como si
defendiera y aconsejara un cinismo total, en el sentido de una falta de
escrúpulos total en los políticos. -Pero no es eso lo que realmente pensaba:
Maquiavelo
observa que la Iglesia ha castrado de algún modo a los italianos privándoles de
las virtudes más "viriles" o saludables de los antiguos romanos. El
cristianismo ha reblandecido y subyugado a los hombres. Es necesario un nuevo
ideal de hombre no reprimido por los mandatos morales. Mentir o asesinar puede
ser lícito en ciertos contextos si con ello se logra mayor bienestar para la mayoría.
El objetivo de Maquiavelo fue unificar Italia y soñaba con un capitán de
ejércitos -como su admirado Fernando el Católico de España- que fingiera ser un
príncipe piadoso y caritativo pero que arrasase ciudades con dos cañones, fuese
implacable con sus enemigos y tuviera más ardides que un mago. Tras los rigores
y hasta crueldades que llevaría a cabo para asentarse en el poder, su designio
no sería otro que el de favorecer la prosperidad de la república o del reino.
Primero habría de ser malo, para luego ser bueno.
Caterina Sforza en el video-juego de Assasins Creed: el tiempo de Maquiavelo
-
(Todos, creo, estaríamos de acuerdo en el uso de medios ilícitos para llegar a
un fin socialmente útil: asesinar a Hitler para evitar el holocausto judío, por
ejemplo.- Esto parece ser todo lo que encierra la famosa frase falsamente atribuida
al filósofo toscano).-
Es
oportuno señalar que Maquiavelo no solo hizo teoría; participó durante toda su
vida en su entorno social y político, primero como Secretario de su ciudad,
espía y otros cargos bajo diversos gobiernos y en medio de los avatares y
tumultos de la Italia de Leonardo, de Miguel Ángel y de Ludovico Sforza. No
solo lo pensó; sino que lo vivió y llegó por ello a sentir en sus carnes el
potro de tortura en varias ocasiones; el destierro, la soledad, y también la
gloria. Una de las grandes diversiones -junto con la música- de Maquiavelo y de
sus amigos era seducir mujeres y entregarse al amor. Aunque estuviera
católicamente casado. No parece que se hiciera por ello ningún problema de
conciencia. Estos rasgos llevan a sus biógrafos a calificarlo de pagano.
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