TEMA 11B EL EMPIRISMO




T11b. EL EMPIRISMO: LOCKE. HUME. BERKELEY


1. EMPIRISMO Y  RACIONALISMO.

RACIONALISMO: Etiqueta tradicional para el pensamiento de DESCARTES, SPINOZA Y LEIBNITZ (los tres continentales= europeos no británicos); en general cualquier teoría filosófica o actitud que defienda la prioridad del conocimiento racional (sobre otros como el conocimiento sensible, el emotivo o el místico).

EMPIRISMO: Corriente filosófica de los siglos XVII y XVIII cuyos representantes son John LOCKE, George BERKELEY y David HUME (los tres británicos: inglés, irlandés y escocés respectivamente); en general cualquier doctrina filosófica -como por ejemplo la de Aristóteles o la del Neopositivismo o Neoempirismo Lógico (s. XX)-  que defienda la prioridad de la empiria (experiencia: conocimiento observacional).


EMPIRISMO
RACIONALISMO


1.   Todas nuestras ideas son adquiridas.

2.   La experiencia: única fuente de conocimiento.

3.   Criterio de verdad: la evidencia sensible.

4.   Los conceptos universales no tienen valor objetivo.

5.   El conocimiento es relativo.


6.   El modelo de la filosofía son las ciencias empíricas.

7.   La filosofía debe partir de los datos de la conciencia (ideas).




1.     Hay ideas innatas.

2.     Razón sin límites (¿)


3.     Criterio de verdad: Fidelidad a un método, evidencia intelectual.

4.     Hay universales y se pueden conocer


5.     Aspiración a un saber deductivo y absoluto.

6.     El modelo de la filosofia son las Matemáticas.

7.     La filosofía debe partir de la razón (sensaciones).




Empirismo procede del término griego empeiría que significa "experiencia". Constituye el segundo gran movimiento de la filosofía moderna opuesto al racionalismo de Descartes, Leibnitz, Malebranche y Spinoza.

 Según los empiristas el origen y valor de nuestros conocimientos depende de la experiencia. Para ellos no existen ideas innatas o a priori (anteriores a la experiencia) sino que todas son a posteriori (adquiridas). Todos nuestros conocimientos son aprendidos, todo es aprendido. "No hay nada en el entendimiento que antes no estuviera en los sentidos" (Escolástica). Nuestra mente al nacer es como una página en blanco. Este punto les separa de los racionalistas.

Los empiristas son anti-metafísicos. Es decir, critican ciertos conceptos de la Escolástica como el de sustancia o la demostrabilidad de Dios pero también rechazan la metafísica racionalista por mantener el método deductivo y la aspiración a un saber universal y absoluto. El modelo para la filosofía ya no serán las Matemáticas sino las ciencias experimentales como la Física.

Sí coinciden ambas corrientes en algo: La filosofía debe investigar los contenidos de la conciencia (ideas o sensaciones).

Antecedentes del empirismo británico de los siglos XVII y XVIII, se pueden considerar: a los aristotélicos y a los atomistas de la Antigüedad, a los naturalistas de la Edad Media como Roger BACON, a OCKHAM y a sus seguidores, a Francis BACON y a Thomas HOBBES.

Los tres principales representantes del movimiento que estudiamos, el empirismo británico de los siglos XVII y XVIII son John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1776).



2. LA EXPERIENCIA COMO ORIGEN Y LÍMITE  DEL CONOCIMIENTO EN LOCKE (1632-1704)-

John Locke fue tal vez el primer filósofo que se dedicó a estudiar los límites y el alcance del conocimiento humano. Al parecer, en el curso de una discusión con unos amigos -médicos como el mismo Locke-  se dio cuenta de que no podrían profundizar en los temas tratados, de índole meta-física,  hasta que no examinaran las posibilidades de la inteligencia. Así nace su obra Essay concerning Human Understanding  (Ensayo sobre el Entendimiento Humano) (1690) donde se propone "inquirir sobre el origen, certeza y alcance del conocimiento humano, así como sobre los fundamentos y grados de la confianza, la opinión y el asentimiento". Es decir su objetivo consiste en investigar qué es lo que podemos conocer y con qué grado de seguridad.

Locke  niega las ideas innatas: Todas nuestras ideas (contenidos de conciencia, no confundir con los modelos objetivos de Platón) se basan en la experiencia, sea directamente de la sensación o de la reflexión o de manera indirecta. La sensación es la función de conciencia que permite captar impresiones venidas del mundo exterior. La reflexión es el acto mediante el cual el espíritu conoce sus propias operaciones mentales. El auténtico conocimiento se reduce a fenómenos observables de cualquiera de estos dos tipos.

Las ideas que recibimos pasivamente, las que se imponen a la conciencia sin que el espíritu sea su causa productora son ideas simples (p.ej. la idea de amarillo o de raciocinio). Combinando las anteriores, juntándolas o separándolas el espíritu forma ideas complejas (p.ej. las de asesinato, triángulo o gratitud). Es decir, las simples las recibimos, las otras las fabricamos.

Las simples a su vez pueden ser de sensación (de un solo sentido: blancura- o de varios: forma, reposo, movimiento), de reflexión (percepción, pensamiento, voluntad) o de sensación y reflexión (placer, pena, gozo, existencia, unidad).

Todo lo que hay en la mente son ideas simples y complejas. Lo que llamamos conocimiento intelectual no es más que la percepción de la conexión o del desacuerdo entre nuestras ideas.

Nuestras representaciones mentales o ideas corresponde a cualidades que se encuentran en los cuerpos externos (Locke no es idealista sino realista). Al igual que Galileo distingue dos clase de virtudes o potencias que tienen los objetos de producir sensaciones en nosotros:

a) Cualidades primarias: como extensión, figura, solidez, movimiento o reposo. Estas las captamos por varios sentidos, están realmente en los objetos materiales, las cosas las presentan en todas las circunstancias, son objetivas.

b) Cualidades secundarias: como color, sabor, sonido. "No son nada en los objetos mismos sino potencias para producir en nosotros diversas sensaciones por medio de sus cualidades primarias". Las captamos por un solo sentido. No existe nada igual al contenido de las ideas a que dan lugar, en los propios cuerpos. Son pues subjetivas como la cualidad de hacer cosquillas de una pluma.

¿Cómo distinguir entre cualidades primarias y secundaria? Si solo conocemos representaciones de las cosas (ideas) ¿cómo estar seguros de que reflejan la realidad? Locke lo justifica recurriendo a la causalidad: algo debe haber que produzca nuestras sensaciones.

Sin embargo Locke reconoce que eso que da lugar a nuestras sensaciones (la sustancia) no se percibe. Lo que en realidad captamos es que ciertas agrupaciones de características aparecen siempre juntas: Por ejemplo, siempre que vemos lo que llamamos "oro" encontramos color amarillo, -peso elevado, ductibilidad, fusibilidad, etc. y entonces nos acostumbramos a suponer que esas cualidades pertenecen a un sustrato desconocido que sería la sustancia o esencial real del oro. Una noción oscura de un noséqué, "una suposición que no se conoce, que sirve de soporte a tales cualidades que son capaces de producir ideas en nosotros". Pero de hecho la sustancia carece de apoyo en la experiencia sensible: solo conocemos accidentes.

No conocemos la sustancia. No sabemos por ejemplo qué es el oro sino solamente las propiedades constantes del oro. Debe haber una estructura en ese tipo de materia que haga que siempre presente esas cualidades y no otras. Pero esa estructura nos es desconocida. Por tanto no conocemos el ser de las cosas sino sólo lo que la experiencia nos muestra (el fenómeno): una colección de cualidades sensibles. La experiencia es pues el origen pero también el límite o el fin de nuestro conocimiento.

 
George Berkeley

3. LAS COSAS SON IDEAS: BERKELEY (1685-1753).

George BERKELEY  descubrirá una contradicción en el planteamiento de Locke acerca de la idea de substancia: Si solo conocemos directamente ideas, ¿cómo podemos saber que representan una realidad exterior? Locke había contestado que algo debía producirlas en nosotros aunque no se sabía qué (el hecho de disponer de un nombre como sustancia o cosa no significa nada). Si comparamos nuestras ideas con cuadros es evidente que no podemos tener un cuadro del original que a la vez no sea un cuadro.

Locke por un lado afirmaba que solo conocemos ideas y por otro que nuestras ideas son representaciones. Esto resulta tan incoherente como decir que los cuadros copian cosas cuando nunca hemos podido ver cosas.

Berkeley negará que nuestras ideas copien a una realidad material exterior. A esta doctrina se la ha llamado solipsismo o inmaterialismo. "Podéis pensar que es posible que un objeto sensible exista sin ser percibido. Pero tratad de imaginar uno que exista sin ser percibido (p.ej. una isla desierta). Lo que haréis -todo lo que podéis hacer- es imaginaros percibiéndolo". Esse est percipi = Ser es ser percibido.

Vemos cosas. Conocemos solamente las propiedades de las cosas. Las cosas son propiedades. Las propiedades son ideas. Luego las cosas son ideas.

Vemos un anillo de oro. Es decir un conjunto de cualidades. Las cualidades son mentales. Luego el oro -como cualquier otro objeto- es mental.

Locke había dicho que las cualidades secundarias son subjetivas. Berkeley añade que también lo son las primarias puesto que no hay forma de demostrar que la solidez, la figura o el movimiento correspondan a una materia exterior distinta de nuestros contenidos de conciencia. El calor intenso es doloroso pero nadie aceptaría que el dolor está en el objeto; el dolor es una impresión nuestra; pero al quemarnos no sentimos dos sensaciones, una objetiva de calor y otra subjetiva de dolor sino una sola, por tanto el calor intenso es una sensación subjetiva. Y así ocurre con todas las cualidades. Su ser se reduce a ser percibidas.

No hay pues una realidad material distinta de nuestras sensaciones. ¿De dónde proceden estas entonces según Berkeley? No puede ser que nosotros produzcamos toda la realidad como una enorme y continua alucinación puesto que al fin y al cabo distinguimos los recuerdos y fantasías de nuestras percepciones por la mayor vivacidad y constancia de las últimas.

Para asegurar la diferenciación entre lo real y lo imaginario Berkeley recurre al mismo expediente que Descartes: Dios. Es un espíritu infinito el que produce en nosotros las ideas de sensación. Así, asegura también la existencia de realidades que ningún ser humano perciba: no hay ninguna isla totalmente desierta puesto que Dios siempre lo percibe todo. Dios causa todas nuestras sensaciones.

En resumen para Berkeley no existe la sustancia material desconocida de Locke sino tan solo espíritus finitos (nosotros los humanos), nuestras ideas (sensaciones) e imágenes (recuerdos e imaginaciones) y un espíritu infinito o Dios.

 
David Hume

4. CRÍTICA AL INNATISMO Y AL CONCEPTO DE CAUSA (HUME) (1711-1776).

Locke, en el primer libro del Essay, critica la teoría de las ideas innatas diciendo que si existiera acuerdo universal acerca de algún principio podría explicarse por otras causas y no por el innatismo. Pero es que además, no se da tal consenso. De este rechazo arranca el principio empirista: todas nuestras ideas proceden de la experiencia.

También HUME afirmará que "todos los materiales del pensar se derivan de nuestra percepción interna o externa". Lo que hay en nuestra mente son percepciones (contenidos de conciencia en general). Estas pueden ser de dos tipos: (a) Datos inmediatos de la experiencia tanto de sensación como de reflexión = impresiones; y (b) copias de las impresiones en el pensamiento = ideas.

Las impresiones se distinguen de las ideas por su mayor fuerza y vivacidad: "Nuestras percepciones más intensas: cuando vemos u oímos, o sentimos o amamos u odiamos o deseamos o queremos". No las define pues en relación al contacto directo o indirecto con el objeto pues no hay tal contacto inmediato nunca; siempre se da a través de imágenes.

Las ideas son copias de las impresiones: "nos es imposible pensar algo que no hemos sentido previamente con nuestros sentidos internos o externos". No hay ideas innatas.

De aquí deduce Hume su criterio de discriminación: "Cuando nos asalte alguna sospecha de que un término filosófico se emplea sin ningún significado o idea (como sucede con frecuencia) sólo necesitamos preguntarnos ¿de qué impresión deriva esta supuesta idea? Y si es imposible asignarle alguna esto confirmará nuestra sospecha". A este procedimiento para examinar los conceptos sospechosos de insignificancia se le ha llamado "el tenedor de Hume".

Todos los objetos de la razón humana pueden dividirse en relaciones de ideas y cuestiones de hecho.

Las relaciones de ideas son todas las afirmaciones que son ciertas de modo intuitivo o demostrativo. Son necesarias y su opuesto es imposible. Son tautologías y suelen emplearse sobre todo en geometría, álgebra y aritmética. P.ej. El cuadrado de la hipotenusa es igual al cuadrado de los dos lados. El pensamiento las descubre con independencia de lo que pueda existir en cualquier parte del universo.

Las cuestiones de hecho son afirmaciones que se refieren a sucesos de la realidad y por tanto se comprueban contrastándolas con ella. Lo contrario de cualquier cuestión de hecho siempre es posible, no implica contradicción: "El sol no saldrá mañana". Son las usadas en las ciencias empíricas.

Esta distinción entre verdades de razón y verdades de hecho sirve como piedra de toque: Si un libro no contiene razonamientos sobre la cantidad y el número ni tampoco descripciones de hechos, podemos tranquilamente arrojarlo al fuego seguros de que no propala más que sofisterías y engaños.

Crítica al concepto de causalidad. Todas las ciencias experimentales se basan en el concepto de causa. Las impresiones y la memoria bastan para asegurar la realidad del presente y del pasado pero no del futuro.

La idea de causa se basa en la de contigüidad (un fenómeno junto al otro) y prioridad temporal (la causa primero y luego el efecto). Pero también en la de conexión necesaria es decir, que siempre que se produce esta causa se sigue necesariamente ese efecto. Sin embargo de esta última idea no tenemos ninguna impresión correspondiente.

Lo que llamamos causa no es más que un fenómeno que precede a otro de un modo constante. Ateniéndonos a la experiencia solamente vemos dos hechos seguidos: por ejemplo, el fuego y la quemadura. "El efecto es totalmente distinto de la causa y por tanto no se puede descubrir en ella". Examinando una cosa en sí misma nunca llegaríamos a saber qué efectos tiene. Se descubren pues no por la razón sino por la experiencia.

Pero nosotros por el hábito creemos que el curso de la naturaleza es uniforme, que el futuro será igual al pasado. Pero este principio no se basa en la razón porque no puede demostrarse. Sólo se basa en la costumbre, en el hábito de pasar de un objeto al que suele acompañarle. Es una creencia.

Así Hume concluye en un escepticismo moderado, consciente de la falta de confianza que pueden merecernos nuestras facultades mentales. Reduce el papel de la razón -que ni siquiera es capaz de fundamentar el principio más importante de la ciencia- y realza el de la creencia, "guía de la vida humana".


5. EL EMOTIVISMO MORAL EN HUME.


          "Cuando un hombre denomina a otro su enemigo, su rival, su antagonista, su adversario, se entiende que habla el lenguaje del egoísmo y que expresa sentimientos que le son peculiares y que surgen de su propia situación y de circunstancias particulares. Pero cuando otorga a cualquier hombre los epítetos de vicioso, odioso o depravado, habla entonces otro lenguaje, y expresa sentimientos con los que espera que todo su auditorio estará de acuerdo. Por lo tanto, aquí debe apartarse de su situación privada y particular, y debe escoger un punto de vista que sea común a él y a los demás. Debe mover algún principio universal de la constitución humana y pulsar una cuerda en la que toda la humanidad esté de acuerdo y en armonía. Si, por tanto, quiere decir que este hombre posee cualidades cuya tendencia es perniciosa para la sociedad, ha escogido este punto de vista común, y ha tocado el principio de humanidad en el que todos los hombres concurren en cierto grado." David  HUME, Investigación sobre los principios de la moral, Sección IX, 1. Trad. de Gerardo López Sastre. Madrid, Austral, 199, pp. 144-145) (Texto PAU)

La  ética del ilustrado David Hume  es emotivista (lo contrario del intelectualismo o racionalismo moral de Sócrates, Platón,  o el budismo): La moralidad no se basa en la razón sino en el sentimiento: "Se siente más que se juzga". La razón por sí sola nunca puede motivar un acto de voluntad.

Las distinciones morales como virtud y vicio, bien y mal no son ni cuestiones de hechos ni relaciones de ideas- "Las distinciones morales no se derivan de la razón". Se derivan de la emoción, es decir de la aversión o la atracción hacia lo que nos causa dolor o placer. La razón no es más que un instrumento de la pasión. "La razón es, y debe ser, la esclava de las pasiones y no puede pretender otra función que la de servirlas y obedecerlas". Por eso Hume rechaza las éticas que derivan del ser (de lo que el hombre es, de su naturaleza) el deber ser (lo moral o lo inmoral). "Nada es menos filosófico que esos sistemas filosóficos según los cuales la virtud es igual a lo natural y el vicio a lo no natural". Esto es lo que denomina falacia naturalista y en ella habrían incurrido, por ejemplo, los estoicos o santo Tomás con su ley natural .

"Las acciones pueden ser laudables (=dignas de elogio) o censurables pero no razonables o irrazonables. Por tanto laudable o censurable no es lo mismo que razonable o irrazonable (...) La razón es totalmente inactiva, por lo que nunca puede ser origen de un principio tan activo como lo es la conciencia o sentimiento moral".

Si examinamos un hecho nunca encontramos en él el carácter de vicio o virtud: El hecho físico de matar es el mismo en el caso de un asesinato o de un homicidio. Solo lo hallamos volviéndonos sobre nosotros mismos y descubriendo en nuestro interior -en nuestra alma- un sentimiento de aprobación o de desaprobación: el sentimiento moral.

La virtud suscita un sentimiento de aprobación desinteresado, una impresión agradable de una clase especial hacia ciertas acciones, cualidades y caracteres.

La existencia de este sentimiento no implica relativismo pues ese sentimiento moral es común a todos los hombres y se da un acuerdo en el funcionamiento de tales sentimientos. Lo que lo despierta es la utilidad de las acciones para la mayoría. "Todo lo que contribuye al bienestar de la sociedad merece nuestra aprobación". La ética de Hume es emotivista y también utilitarista (doctrina que identifica lo bueno con lo útil; será desarrollada en el siglo XIX por los británicos Jeremy BENTHAM -en cuyas teorías se basará la Constitución de Cádiz de 1812- y STUART-MILL).

Esta manera de concebir la moral es contraria al intelectualismo de Sócrates, a la science des moeurs (ciencia moral) de Descartes, a la ética demostrada según el modo geométrico, de Spinoza. También se opone de alguna manera a la razón práctica y al imperativo categórico de KANT, según el cual hay acciones razonables o irrazonables.

En cuanto a su vigencia o actualidad: El emotivismo de Hume presagia el irracionalismo de finales del XIX y del XX: Vitalismo de NIETZSCHE (1844-1900), de ORTEGA Y GASSET (188...-195...) y de FREUD (la Vida, lo Irracional o Inconsciente es más poderoso que el conocimiento o la razón). A través del romanticismo ilustrado y libertario de ROUSSEAU (1712-1778) y del romanticismo idealista del Sturm und Drang : FICHTE, SCHELLING y HEGEL (1770 -1831)  (vide tema 14 de Historia de la Filosofía en este blog: HEGEL Y MARX: IDEALISMO ABSOLUTO Y MATERIALISMO HISTÓRICO)


6.  LOCKE: LA  CARTA SOBRE LA TOLERANCIA (1690).

"No es la diversidad de opiniones (lo que no puede evitarse), sino la negativa a tolerar a aquellos que son de opinión diferente (que podría ser permitida) lo que ha producido todos los conflictos y guerras que ha habido en el Cristianismo a causa de la religión. La cabeza y los jefes de la Iglesia, movidos por la avaricia y el deseo insaciable de dominar a todos, utilizando la ambición sin límites de las autoridades políticas y la crédula superstición de multitudes atolondradas, han levantado, en contra de lo que dice el Evangelio y la caridad, a las autoridades y a las masas en contra de los que tienen ideas diferentes en religión, predicando que los cismáticos y los herejes debe ser expoliados de sus posesiones y destruidos. Y así han mezclado y confundido dos cosas que son en sí mismas completamente diferentes, la Iglesia y el Estado".

 

JOHN LOCKE Y EL CONCEPTO DE TOLERANCIA.


"John Locke nació en Wrington, cerca de Bristol, el 29 de agosto de 1632. Hijo de un funcionario de justicia, recibió sus primeras enseñanzas en su domicilio hasta 1646 en que, a la edad de 14 años, ingresará en la escuela de Westminster, (que ejerció una gran influencia en la vida intelectual del siglo XVII), en la que permanecerá 6 años. Finalizados sus estudios en dicha escuela, ingresará en el Christ Church, por entonces el más importante "college" de la Universidad de Oxford, en el otoño de 1652. La educación en Oxford estaba entonces bajo el predominio de la escolástica aristotelizante, lo que no resultaba del agrado de Locke, (lo que tampoco había resultado del agrado, anteriormente, de Hobbes). Allí, además de estudiar filosofía, (fundamentalmente lógica y metafísica), profundizará sus estudios de las lenguas clásicas, pero también se interesará por la física y la química, (entrando en contacto con R. Boyle[1] y su círculo), así como por la medicina, en la que se iniciará con T. Sydenham, aunque no obtendrá la titulación hasta 1674.
"Una vez finalizados sus estudios permanecerá en Oxford, impartiendo clases como Lector de griego en el Christ Church desde 1660,y también de Retórica desde 1663. En 1667 entrará al servicio de Lord Ashley (futuro Conde de Shaftesbury), representante del naciente partido "whig", con quien compartirá las variables vicisitudes políticas sufridas por aquél durante la monarquía de los Estuardo, desempeñando varios cargos de responsabilidad a su servicio. La caída política de Shaftesbury y, en parte, su delicada salud, le llevaron primero a Oxford, donde terminó sus estudios de Medicina y obtuvo la titulación y licencia para su ejercicio, y posteriormente a Francia, donde vivió de 1675 a 1680, entrando en contacto con los círculos filosóficos de la época (cartesianos y libertinos) y recibiendo, sobre todo, el influjo de la filosofía de Gassendi.
"A su regreso a Inglaterra volverá a entrar al servicio de Lord Shaftesbury, pero la ya definitiva derrota política de éste le obligará de nuevo a abandonar Inglaterra, refugiándose en Holanda, donde permanecerá de 1683 a 1689. Allí finalizará el Ensayo sobre el entendimiento humano, y publicará la Epistola de Tolerantia, en latín, al tiempo que entra en contacto con los revolucionarios ingleses exiliados en Holanda, en consonancia con los ideales políticos plasmados en sus Tratados sobre el gobierno civil. Tras la Revolución de 1688[2], que llevó al trono a Guillermo de Orange, y una vez consolidada su victoria, regresará a Inglaterra, desempeñando varios cargos en Londres, siendo el de mayor relevancia el de Comisario de Comercio. La Carta de derechos o Declaración de derechos (en inglés Bill of Rights) es un documento redactado en Inglaterra en "1689, que impuso el Parlamento inglés al príncipe Guillermo de Orange para poder suceder al rey Jacobo. El propósito principal de este texto era recuperar y fortalecer ciertas facultades parlamentarias ya desaparecidas o notoriamente mermadas durante el reinado absolutista de los Estuardo (Carlos I y Jacobo II). Constituye uno de los precedentes inmediatos de las modernas «Declaraciones de Derechos», incluyendo: el preámbulo de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (1776),la revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) y la internacional Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).
"En 1691 se retirará a Oates, en Essex. Allí se instalará en la mansión de Sir Francis y Lady MASHAM, (una de las primeras mujeres inglesas que publicó obras filosóficas, y mantuvo correspondencia filosófica con Locke y Leibnitz, publicando además la primera biografía de Locke), a la que había conocido de soltera como Damaris Cudworth en 1682, poco antes de su exilio, y con la que mantuvo una relación afectiva e intelectual hasta su muerte, el 28 de octubre de 1704.


"El concepto de tolerancia, sobre todo religiosa, y la separación entre el poder civil y poder religioso, son los dos temas que trata el texto de John Locke. Aquí debemos recordar a otro filósofo inglés, Guillermo de Ockham, que en el s.XIV planteaba lo mismo, separación entre Iglesia y Estado y tolerancia religiosa.

"Locke plantea que la tolerancia es compatible con las Escrituras, y que parece increíble que los hombres aún no vean la necesidad y ventajas de ésta. En efecto, hay que distinguir exactamente entre lo que concierne al gobierno y aquello que concierne a la religión. El gobierno tiene claro su objetivo de procurar, preservar y avanzar en pos de los intereses civiles, pero este objetivo no puede ni debe extenderse a la salvación del alma.

"El énfasis en la libertad de la persona implica, necesariamente, que las creencias no pueden ser impuestas por la fuerza. El comportamiento religioso individual, si tiene finalidad alguna, está necesariamente definido sobre la base de una convicción subjetiva. En asuntos privados, cada uno decide cuál es el mejor curso a seguir, y así también debe suceder con cuestiones de conciencia religiosa. El cuidado de alma, como el cuidado de lo que es propio, es algo que pertenece al individuo. Más aún, nadie tiene el derecho de obligar a otro a una acción, que de ser errada, no tendría compensación alguna. En conclusión, todo ser humano tiene el derecho de venerar a su Dios en la forma que le parezca correcta.

"Para Locke la Iglesia es una asociación voluntaria de hombres. Pero, a su vez, esta asociación tampoco tiene jurisdicción alguna en asuntos terrenales. De esta forma, la autoridad eclesiástica debe ser mantenida dentro de la Iglesia, y no extendida a los asuntos civiles, que son de competencia del gobierno. Este es el gran punto de la Carta, y el gran legado político en cuanto a la separación de los poderes del Estado y eclesiástico. Cada institución debe atenerse a los roles que le competen, marcándose así claramente los límites entre lo eclesiástico y lo civil.

"A partir de Locke la religión pasa a ser cada vez menos un problema del Estado, y cada vez más un derecho humano individual. Pero cabe destacar que la Carta no incluye a quienes niegan la existencia de Dios, ya que ello, en palabras del propio Locke, “lo disolvería todo”. He aquí el carácter religioso de Locke, que no sólo impregna su concepción de la tolerancia, sino que es inmanente a lo largo de la evolución intelectual de este controvertido pensador.

"La Carta está escrita en un lenguaje universal. Es la voz de Locke que habla como un filósofo moral que ha vivido y sufrido las consecuencias del fanatismo religioso. El siglo XVII fue un siglo de guerras religiosas, y había muy pocos teóricos dispuestos a defender la tolerancia como correcta en principio o viable en la práctica. Locke escribió cuatro Cartas sobre la tolerancia, siendo la publicada anónimamente en 1689 (1690) la que tuvo un éxito inmediato y la más famosa. En ella insiste con que “la tolerancia es característica principal de la verdadera Iglesia”, que el clero debe preconizar la paz y el amor, y que la verdadera Iglesia no debe requerir de sus miembros que crean más de lo que está especificado en la Biblia para la salvación. Rechaza la idea de que la autoridad en una Iglesia, esté ejercida por una jerarquía eclesiástica.

"El Estado ha de ser una institución secular con fines seculares, pues “todo el poder del gobierno civil se refiere solamente a los intereses civiles de los hombres, se limita al cuidado de las cosas de este mundo y nada tiene que ver con el mundo venidero”. Por otro lado, “la Iglesia en sí es una cosa absolutamente distinta y separada del Estado, ella es “una sociedad de miembros unidos voluntariamente” sin poder coactivo. Las fronteras en ambos casos son fijas e inamovibles”.

"Se preocupa por las relaciones entre la Iglesia y el Estado y prescribe que debe tolerarse cualquier postura religiosa que no perjudique los intereses fundamentales de la sociedad y el Estado. Su intención es política más que religiosa, pues la finalidad de sus consideraciones no es la salvación de las almas sino la protección del Estado, y se ha convertido en parte constitutiva del pensamiento político moderno, ya que su propuesta más decisiva es la estricta separación entre la Iglesia y el Estado. Además de negar el derecho divino de los reyes a gobernar, en estos textos reconoce la función instrumental del poder político como garante de la paz, bienestar e intereses privados de los súbditos.

"La intolerancia es típica del catolicismo y el Estado debe prohibir sólo aquellas doctrinas que puedan alterar la paz y seguridad públicas o que tengan consecuencias antisociales.

"Hay otra idea que no debe ser tolerada, el ateísmo, pues al no creer en Dios se carece de principios morales, pero “ni los paganos, ni los mahometanos, ni los judíos deberían ser excluidos de los derechos civiles del Estado a causa de su religión”.

"Locke sugiere que puede haber más de una Iglesia “verdadera”. Considera irracional castigar a la gente por lo que cree, y por lo tanto el Estado no tiene por qué interferir con las creencias. Esta era una doctrina muy radicalizada en la época, por los íntimos contactos que los Estados, católicos o protestantes, tenían con las autoridades eclesiásticas. Pese a algunas limitaciones,  implicó una fuerte condena a la intolerancia y la consagración de la libertad religiosa, elementos indispensables en el proceso de constitución del Estado democrático liberal."



http://edu.jccm.es/ies/orden/images/stories/filosofia/filosofia_2/tema%208%20john%20locke.doc



TRABAJO SOBRE EL EMPIRISMO: LOCKE (1632-1704), BERKELEY (1685-1753) Y HUME (1711-1776).

                  
                                                                   LOCKE                        BERKELEY              HUME
                  
1.     Expón en tus propios términos (sin copiar) los rasgos generales de empirismo y racionalismo y explica de forma razonada con qué movimiento estás más de acuerdo y por qué.

2.     Con respecto al texto de LOCKE (Carta sobre la Tolerancia) (1689-1690)
a)     sitúa al autor en su momento histórico: qué relación pueden tener las ideas expuestas en el texto con la Revolución inglesa de 1688, la Declaración de Derechos (Bill of Rights de 1689),  las guerras de religión entre protestantes y católicos que se desarrollaron en Gran Bretaña y en Europa, y en general con la época que le tocó vivir al autor;
b)     señala el tema o problema del texto;
c)     indica enumerándolas las ideas principales;
d)     muestra las relaciones entre ellas (es decir, su nexo de unión) y explícalas (desarróllalas un poco sin repetir el texto)

3.     Analiza la vigencia que pueden tener en la actualidad los puntos de vista de LOCKE sobre la tolerancia religiosa y la separación de Iglesia y Estado: en particular la influencia sobre las constituciones y declaraciones de derechos de la edad contemporánea, la actual Constitución española, el auge de los fundamentalismos en el siglo XXI y el problema del multiculturalismo (media página como mínimo).

4.     Con respecto al texto de HUME (Investigación sobre los Principios de la moral) (1751).
a)     sitúa al autor en su momento histórico;
b)     señala el tema o el problema del texto;
c)     indica enumerándolas las ideas principales;
d)     muestra las relaciones entre ellas y explícalas (desarrolla en particular el tema del sentimiento moral y la llamada “falacia naturalista”).

5.     Analiza la vigencia que pueden tener las ideas de HUME en la actualidad y en especial su influencia sobre la filosofía moral contemporánea (MOORE, WITTGENSTEIN y HABERMAS) (al menos media página).

6.     Resume a tu manera la clasificación de las ideas y de las cualidades en LOCKE (“La experiencia como origen y límite”), su concepción de la sustancia y relaciona todo esto con su liberalismo y su Carta sobre la Tolerancia: ¿Qué relación puede haber entre empirismo y liberalismo?

7.     Expón en tus propios términos y con tus propios ejemplos el solipsismo o inmaterialismo de BERKELEY   compáralo con otras teorías del conocimiento vistas a lo largo del curso (PLATÓN, ARISTÓTELES o el mismo LOCKE) y plantea tu propia posición al respecto.

8.       Explica la distinción entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho en HUME y razona por qué las calificaciones morales como bueno y malo, vicioso o virtuoso no pueden caber dentro de ninguna de las dos categorías.

9.     Expón sin transcribir apuntes las principales tesis del emotivismo moral de HUME , compara esta teoría ética con todas las que hemos visto a lo largo del curso (SÓCRATES, Aristóteles, escuelas helenísticas, San AGUSTÍN, Santo TOMÁS, MAQUIAVELO y SPINOZA) y razona tu propia posición.

10.  Compara la visión política de LOCKE con otras teorías políticas semejantes como la de OCKHAM (ver texto de la  PAEG) o SPINOZA, o diferentes como la de Santo TOMÄS o PLATÓN. ¿Con cuál te identificas más? ¿Por qué?

11. Pregunta especial: 0.5 puntos sobre la nota del próximo examen: Inventa un diálogo en el infierno o en el cielo entre los 4 personajes siguientes: Spinoza y Descartes contra Locke y Hume.


[1] Robert Boyle , (* Waterford, 25 de enero de 1627 - Londres, 30 de diciembre de 1691) fue un filósofo natural, químico, físico e inventor irlandés, también conocido por sus escritos sobre teología. Se le conoce principalmente por la formulación de la ley de Boyle.[1] Es ampliamente considerado hoy como el primer químico moderno, y por lo tanto uno de los fundadores de la química moderna, a pesar de que su investigación y su filosofía personal tuvieron claramente sus raíces en la tradición alquímica. Entre sus trabajos, The Sceptical Chymist (El químico escéptico) está considerado como una obra clave en la historia de la química. (De Wikipedia, la enciclopedia libre)

[2] La Gloriosa Revolución (inglés: "the Glorious Revolution"), también llamada la Revolución de 1688, fue el derrocamiento de Jacobo II de Inglaterra en 1688 por una unión de Parlamentarios y el Estatúder Holandés Guillermo III de Orange-Nassau (Guillermo de Orange). Algunas veces también se llama la Revolución Incruenta, aunque hubo combates y pérdidas de vidas humanas en Irlanda y Escocia.[1]

Los historiadores católicos y toris prefieren el término "Revolución de 1688", ya que "Gloriosa" o "Incruenta" reflejarían los prejuicios de los historiadores whig.[2] La Revolución está fuertemente asociada con los sucesos de la Guerra de los Nueve Años de la Europa Continental, y se puede ver como la última invasión con éxito de Inglaterra.[3] Puede argüirse que el derrocamiento de Jacobo, comenzó la democracia parlamentaria moderna inglesa: el monarca nunca volvería a tener el poder absoluto, y la Declaración de Derechos se convertiría en uno de los documentos más importantes de Gran Bretaña. La deposición del católico romano Jacobo II acabó con cualquier oportunidad de que el catolicismo fuese restablecido en Inglaterra, y también condujo a la tolerancia de los protestantes no-conformistas. (De Wikipedia, la enciclopedia libre()

Comentarios

  1. Queridos estudiantes de 2º de bachillerato, vamos ya una semana atrasados sobre el programa que aparece en este mismo blog. Pero vamos muy bien. Recordad que, complaciendo la propuesta de Gloria Claramunt, la clase del lunes la daremos con los apuntes (impresos en papel, se entiende) y disculpad tanto mis errores como mis limitaciones, que no es fácil querer escribir en un curso una Historia de la Filosofía. Aprovecho para recomendaros el blog de filosofía (y de más cosas) La Máquina de Von Neumann de Santi (lamento no recordar su apellido), profesor y escritor en el Ojos del Guadiana. - Esforcémonos ahora que no ha llegado aún la primavera y recorramos la mayor cantidad posible de temario.- Cada día estoy más a gusto con vosotros en clase.

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