TEMA 11B EL EMPIRISMO
T11b. EL EMPIRISMO: LOCKE.
HUME. BERKELEY
1. EMPIRISMO Y RACIONALISMO.
RACIONALISMO: Etiqueta tradicional
para el pensamiento de DESCARTES, SPINOZA Y LEIBNITZ (los tres continentales= europeos
no británicos); en general cualquier
teoría filosófica o actitud que defienda la prioridad del conocimiento racional
(sobre otros como el conocimiento sensible, el emotivo o el místico).
EMPIRISMO: Corriente filosófica de los
siglos XVII y XVIII cuyos representantes son John LOCKE, George BERKELEY y
David HUME (los tres británicos: inglés, irlandés y escocés respectivamente);
en general cualquier doctrina filosófica -como por ejemplo la de Aristóteles o
la del Neopositivismo o Neoempirismo Lógico (s. XX)- que defienda la prioridad de la empiria (experiencia: conocimiento
observacional).
EMPIRISMO
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RACIONALISMO
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1. Todas nuestras ideas son adquiridas.
2. La
experiencia: única fuente de conocimiento.
3. Criterio de verdad: la evidencia
sensible.
4. Los
conceptos universales no tienen valor objetivo.
5. El conocimiento es relativo.
6. El
modelo de la filosofía son las ciencias empíricas.
7. La filosofía debe partir de los
datos de la conciencia (ideas).
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1.
Hay
ideas innatas.
2.
Razón sin límites (¿)
3.
Criterio
de verdad: Fidelidad a un método, evidencia intelectual.
4.
Hay universales y se pueden conocer
5.
Aspiración
a un saber deductivo y absoluto.
6.
El modelo de la filosofia son las
Matemáticas.
7.
La
filosofía debe partir de la razón (sensaciones).
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Empirismo procede del término griego empeiría que significa
"experiencia". Constituye el segundo gran movimiento de la filosofía
moderna opuesto al racionalismo de
Descartes, Leibnitz, Malebranche y Spinoza.
Según los empiristas el origen y valor de nuestros conocimientos depende de la experiencia.
Para ellos no existen ideas innatas o a
priori (anteriores a la experiencia) sino que todas son a posteriori (adquiridas). Todos
nuestros conocimientos son aprendidos, todo es aprendido. "No hay nada en el entendimiento que antes no
estuviera en los sentidos" (Escolástica). Nuestra mente al nacer es
como una página en blanco. Este punto les separa de los racionalistas.
Los empiristas son anti-metafísicos.
Es decir, critican ciertos conceptos de la Escolástica como el de sustancia o
la demostrabilidad de Dios pero también rechazan la metafísica racionalista por
mantener el método deductivo y la aspiración a un saber universal y absoluto.
El modelo para la filosofía ya no serán las Matemáticas sino las ciencias
experimentales como la Física.
Sí coinciden ambas
corrientes en algo: La filosofía debe investigar los contenidos de la
conciencia (ideas o sensaciones).
Antecedentes del empirismo
británico de los siglos XVII y XVIII, se pueden considerar: a los aristotélicos
y a los atomistas de la Antigüedad, a los naturalistas de la Edad Media como
Roger BACON, a OCKHAM y a sus seguidores, a Francis BACON y a Thomas HOBBES.
Los tres principales
representantes del movimiento que estudiamos, el empirismo británico de los
siglos XVII y XVIII son John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-1753) y
David Hume (1711-1776).
2. LA EXPERIENCIA COMO ORIGEN Y LÍMITE DEL CONOCIMIENTO EN LOCKE (1632-1704)-
John Locke fue tal vez el
primer filósofo que se dedicó a estudiar los límites y el alcance del
conocimiento humano. Al parecer, en el curso de una discusión con unos amigos
-médicos como el mismo Locke- se dio
cuenta de que no podrían profundizar en los temas tratados, de índole
meta-física, hasta que no examinaran las
posibilidades de la inteligencia. Así nace su obra Essay concerning Human Understanding (Ensayo sobre el Entendimiento Humano) (1690)
donde se propone "inquirir sobre el
origen, certeza y alcance del conocimiento humano, así como sobre los
fundamentos y grados de la confianza, la opinión y el asentimiento".
Es decir su objetivo consiste en
investigar qué es lo que podemos conocer
y con qué grado de seguridad.
Locke niega
las ideas innatas: Todas nuestras ideas (contenidos de conciencia, no
confundir con los modelos objetivos
de Platón) se basan en la experiencia, sea directamente de la sensación o de la
reflexión o de manera indirecta. La sensación es la función de conciencia que
permite captar impresiones venidas del mundo exterior. La reflexión es el acto
mediante el cual el espíritu conoce sus propias operaciones mentales. El
auténtico conocimiento se reduce a fenómenos observables de cualquiera de estos
dos tipos.
Las ideas que recibimos
pasivamente, las que se imponen a la conciencia sin que el espíritu sea su
causa productora son ideas simples
(p.ej. la idea de amarillo o de raciocinio). Combinando las anteriores,
juntándolas o separándolas el espíritu forma ideas complejas (p.ej. las de asesinato,
triángulo o gratitud). Es decir, las simples las recibimos, las otras las
fabricamos.
Las simples a su vez
pueden ser de sensación (de un solo
sentido: blancura- o de varios: forma,
reposo, movimiento), de reflexión
(percepción, pensamiento, voluntad) o
de sensación y reflexión (placer, pena, gozo, existencia, unidad).
Todo lo que hay en la
mente son ideas simples y complejas. Lo que llamamos conocimiento intelectual
no es más que la percepción de la conexión o del desacuerdo entre nuestras ideas.
Nuestras representaciones
mentales o ideas corresponde a cualidades
que se encuentran en los cuerpos externos (Locke no es idealista sino
realista). Al igual que Galileo distingue dos clase de virtudes o potencias que
tienen los objetos de producir sensaciones en nosotros:
a) Cualidades primarias: como extensión,
figura, solidez, movimiento o reposo.
Estas las captamos por varios sentidos, están realmente en los objetos
materiales, las cosas las presentan en todas las circunstancias, son objetivas.
b) Cualidades secundarias: como color,
sabor, sonido. "No son nada en
los objetos mismos sino potencias para producir en nosotros diversas
sensaciones por medio de sus cualidades primarias". Las captamos por
un solo sentido. No existe nada igual al contenido de las ideas a que dan
lugar, en los propios cuerpos. Son pues subjetivas como la cualidad de hacer
cosquillas de una pluma.
¿Cómo distinguir entre
cualidades primarias y secundaria? Si solo conocemos representaciones de las
cosas (ideas) ¿cómo estar seguros de que reflejan la realidad? Locke lo
justifica recurriendo a la causalidad: algo debe haber que produzca nuestras
sensaciones.
Sin embargo Locke reconoce
que eso que da lugar a nuestras
sensaciones (la sustancia) no se
percibe. Lo que en realidad captamos es que ciertas agrupaciones de
características aparecen siempre juntas: Por ejemplo, siempre que vemos lo que
llamamos "oro" encontramos color amarillo, -peso elevado, ductibilidad,
fusibilidad, etc. y entonces nos acostumbramos a suponer que esas
cualidades pertenecen a un sustrato desconocido que sería la sustancia o
esencial real del oro. Una noción oscura de un noséqué, "una suposición
que no se conoce, que sirve de soporte a tales cualidades que son capaces de
producir ideas en nosotros". Pero de hecho la sustancia carece de apoyo
en la experiencia sensible: solo conocemos accidentes.
No
conocemos la sustancia.
No sabemos por ejemplo qué es el oro sino solamente las propiedades constantes
del oro. Debe haber una estructura en ese tipo de materia que haga que siempre
presente esas cualidades y no otras. Pero esa estructura nos es desconocida.
Por tanto no conocemos el ser de las cosas sino sólo lo que la experiencia nos
muestra (el fenómeno): una colección de cualidades sensibles. La experiencia es pues el origen pero
también el límite o el fin de nuestro conocimiento.
George
Berkeley
3. LAS COSAS SON IDEAS: BERKELEY (1685-1753).
George BERKELEY descubrirá una contradicción en el
planteamiento de Locke acerca de la idea de substancia: Si solo conocemos
directamente ideas, ¿cómo podemos saber que representan una realidad exterior?
Locke había contestado que algo debía
producirlas en nosotros aunque no se sabía qué (el hecho de disponer de un
nombre como sustancia o cosa no significa nada). Si comparamos
nuestras ideas con cuadros es evidente que no podemos tener un cuadro del
original que a la vez no sea un cuadro.
Locke por un lado afirmaba
que solo conocemos ideas y por otro que nuestras ideas son representaciones.
Esto resulta tan incoherente como decir que los cuadros copian cosas cuando
nunca hemos podido ver cosas.
Berkeley negará que
nuestras ideas copien a una realidad material exterior. A esta doctrina se la
ha llamado solipsismo o inmaterialismo.
"Podéis pensar que es posible que un
objeto sensible exista sin ser percibido. Pero tratad de imaginar uno que
exista sin ser percibido (p.ej. una isla desierta). Lo que haréis -todo lo que
podéis hacer- es imaginaros percibiéndolo". Esse est percipi = Ser es ser percibido.
Vemos cosas. Conocemos
solamente las propiedades de las cosas. Las cosas son propiedades. Las
propiedades son ideas. Luego las cosas son ideas.
Vemos un anillo de oro. Es
decir un conjunto de cualidades. Las cualidades son mentales. Luego el oro
-como cualquier otro objeto- es mental.
Locke había dicho que las
cualidades secundarias son subjetivas. Berkeley añade que también lo son las
primarias puesto que no hay forma de demostrar que la solidez, la figura o el
movimiento correspondan a una materia exterior distinta de nuestros contenidos
de conciencia. El calor intenso es doloroso pero nadie aceptaría que el dolor
está en el objeto; el dolor es una impresión nuestra; pero al quemarnos no
sentimos dos sensaciones, una objetiva de calor y otra subjetiva de dolor sino
una sola, por tanto el calor intenso es una sensación subjetiva. Y así ocurre
con todas las cualidades. Su ser se reduce a ser percibidas.
No hay pues una realidad
material distinta de nuestras sensaciones. ¿De dónde proceden estas entonces
según Berkeley? No puede ser que nosotros produzcamos toda la realidad como una
enorme y continua alucinación puesto que al fin y al cabo distinguimos los
recuerdos y fantasías de nuestras percepciones por la mayor vivacidad y
constancia de las últimas.
Para asegurar la
diferenciación entre lo real y lo imaginario Berkeley recurre al mismo
expediente que Descartes: Dios. Es un espíritu infinito el que produce en
nosotros las ideas de sensación. Así, asegura también la existencia de
realidades que ningún ser humano perciba: no hay ninguna isla totalmente
desierta puesto que Dios siempre lo percibe todo. Dios causa todas nuestras
sensaciones.
En resumen para Berkeley
no existe la sustancia material desconocida de Locke sino tan solo espíritus
finitos (nosotros los humanos), nuestras ideas (sensaciones) e imágenes
(recuerdos e imaginaciones) y un espíritu infinito o Dios.
David
Hume
4. CRÍTICA AL INNATISMO Y AL CONCEPTO DE CAUSA (HUME) (1711-1776).
Locke, en el primer libro
del Essay, critica la teoría de las
ideas innatas diciendo que si existiera acuerdo universal acerca de algún
principio podría explicarse por otras causas y no por el innatismo. Pero es que
además, no se da tal consenso. De este rechazo arranca el principio empirista:
todas nuestras ideas proceden de la experiencia.
También HUME afirmará que "todos los materiales del pensar se
derivan de nuestra percepción interna o externa". Lo que hay en
nuestra mente son percepciones
(contenidos de conciencia en general). Estas pueden ser de dos tipos: (a) Datos
inmediatos de la experiencia tanto de sensación como de reflexión = impresiones; y (b) copias de las
impresiones en el pensamiento = ideas.
Las impresiones se
distinguen de las ideas por su mayor fuerza y vivacidad: "Nuestras percepciones más intensas: cuando
vemos u oímos, o sentimos o amamos u odiamos o deseamos o queremos".
No las define pues en relación al contacto directo o indirecto con el objeto
pues no hay tal contacto inmediato nunca; siempre se da a través de imágenes.
Las ideas son copias de
las impresiones: "nos es imposible
pensar algo que no hemos sentido previamente con nuestros sentidos internos o
externos". No hay ideas innatas.
De aquí deduce Hume su criterio de discriminación: "Cuando nos asalte alguna sospecha de que un
término filosófico se emplea sin ningún significado o idea (como sucede con
frecuencia) sólo necesitamos preguntarnos ¿de
qué impresión deriva esta supuesta idea? Y si es imposible asignarle alguna
esto confirmará nuestra sospecha". A este procedimiento para examinar
los conceptos sospechosos de insignificancia se le ha llamado "el tenedor de Hume".
Todos los objetos de la
razón humana pueden dividirse en relaciones
de ideas y cuestiones de hecho.
Las relaciones de ideas
son todas las afirmaciones que son ciertas de modo intuitivo o demostrativo.
Son necesarias y su opuesto es imposible. Son tautologías y suelen emplearse
sobre todo en geometría, álgebra y aritmética. P.ej. El cuadrado de la
hipotenusa es igual al cuadrado de los dos lados. El pensamiento las descubre
con independencia de lo que pueda existir en cualquier parte del universo.
Las cuestiones de hecho
son afirmaciones que se refieren a sucesos de la realidad y por tanto se
comprueban contrastándolas con ella. Lo contrario de cualquier cuestión de
hecho siempre es posible, no implica contradicción: "El sol no saldrá
mañana". Son las usadas en las ciencias empíricas.
Esta distinción entre
verdades de razón y verdades de hecho sirve como piedra de toque: Si un libro
no contiene razonamientos sobre la cantidad y el número ni tampoco
descripciones de hechos, podemos tranquilamente arrojarlo al fuego seguros de
que no propala más que sofisterías y engaños.
Crítica
al concepto de causalidad.
Todas las ciencias experimentales se basan en el concepto de causa. Las
impresiones y la memoria bastan para asegurar la realidad del presente y del
pasado pero no del futuro.
La idea de causa se basa
en la de contigüidad (un fenómeno
junto al otro) y prioridad temporal (la causa primero y luego el
efecto). Pero también en la de conexión
necesaria es decir, que siempre que se produce esta causa se sigue
necesariamente ese efecto. Sin embargo de esta última idea no tenemos ninguna
impresión correspondiente.
Lo que llamamos causa no
es más que un fenómeno que precede a otro de un modo constante. Ateniéndonos a
la experiencia solamente vemos dos hechos seguidos: por ejemplo, el fuego y la
quemadura. "El efecto es totalmente
distinto de la causa y por tanto no se puede descubrir en ella".
Examinando una cosa en sí misma nunca llegaríamos a saber qué efectos tiene. Se
descubren pues no por la razón sino por la experiencia.
Pero nosotros por el hábito creemos que el curso de la naturaleza es uniforme, que el futuro
será igual al pasado. Pero este principio no se basa en la razón porque no
puede demostrarse. Sólo se basa en la costumbre, en el hábito de pasar de un
objeto al que suele acompañarle. Es una creencia.
Así Hume concluye en un
escepticismo moderado, consciente de la falta de confianza que pueden
merecernos nuestras facultades mentales. Reduce el papel de la razón -que ni
siquiera es capaz de fundamentar el principio más importante de la ciencia- y
realza el de la creencia, "guía de la vida humana".
5. EL EMOTIVISMO MORAL EN HUME.
"Cuando un hombre denomina a otro su enemigo, su rival,
su antagonista, su adversario, se entiende que habla el
lenguaje del egoísmo y que expresa sentimientos que le son peculiares y que
surgen de su propia situación y de circunstancias particulares. Pero cuando
otorga a cualquier hombre los epítetos de vicioso, odioso o
depravado, habla entonces otro
lenguaje, y expresa sentimientos con los que espera que todo su auditorio
estará de acuerdo. Por lo tanto, aquí debe apartarse de su situación privada y
particular, y debe escoger un punto de vista que sea común a él y a los demás.
Debe mover algún principio universal de la constitución humana y pulsar una
cuerda en la que toda la humanidad esté de acuerdo y en armonía. Si, por tanto,
quiere decir que este hombre posee cualidades cuya tendencia es perniciosa para
la sociedad, ha escogido este punto de vista común, y ha tocado el principio de
humanidad en el que todos los hombres concurren en cierto grado." David HUME, Investigación sobre los principios
de la moral, Sección IX, 1. Trad. de Gerardo López Sastre.
Madrid, Austral, 199, pp. 144-145) (Texto PAU)
La ética del ilustrado David Hume es emotivista (lo contrario del intelectualismo
o racionalismo moral de Sócrates,
Platón, o el budismo): La moralidad no
se basa en la razón sino en el sentimiento: "Se siente más que se juzga". La razón por sí sola nunca puede
motivar un acto de voluntad.
Las
distinciones morales
como virtud y vicio, bien y mal no son
ni cuestiones de hechos ni relaciones de ideas- "Las distinciones morales no se derivan de la razón". Se
derivan de la emoción, es decir de la aversión o la atracción hacia lo que nos
causa dolor o placer. La razón no es más
que un instrumento de la pasión. "La
razón es, y debe ser, la esclava de las pasiones
y no puede pretender otra función que la de servirlas y obedecerlas".
Por eso Hume rechaza las éticas que derivan del ser (de lo que el hombre es,
de su naturaleza) el deber ser (lo
moral o lo inmoral). "Nada es menos
filosófico que esos sistemas filosóficos según los cuales la virtud es igual a
lo natural y el vicio a lo no natural". Esto es lo que denomina falacia naturalista y en ella habrían
incurrido, por ejemplo, los estoicos o santo Tomás con su ley natural .
"Las acciones pueden ser laudables (=dignas de elogio) o censurables pero no razonables o
irrazonables. Por tanto laudable o censurable no es lo mismo que razonable o
irrazonable (...) La razón es totalmente inactiva, por lo que nunca puede ser
origen de un principio tan activo como lo es la conciencia o sentimiento moral".
Si examinamos un hecho
nunca encontramos en él el carácter de vicio o virtud: El hecho físico de matar
es el mismo en el caso de un asesinato o de un homicidio. Solo lo hallamos
volviéndonos sobre nosotros mismos y descubriendo en nuestro interior -en
nuestra alma- un sentimiento de aprobación o de desaprobación: el sentimiento moral.
La virtud suscita un
sentimiento de aprobación desinteresado, una impresión agradable de una clase
especial hacia ciertas acciones, cualidades y caracteres.
La existencia de este
sentimiento no implica relativismo pues ese sentimiento moral es común a todos
los hombres y se da un acuerdo en el funcionamiento de tales sentimientos. Lo
que lo despierta es la utilidad de las acciones para la mayoría. "Todo lo que contribuye al bienestar de la
sociedad merece nuestra aprobación". La ética de Hume es emotivista y
también utilitarista (doctrina que identifica lo bueno con lo útil; será
desarrollada en el siglo XIX por los británicos Jeremy BENTHAM -en cuyas
teorías se basará la Constitución de Cádiz de 1812- y STUART-MILL).
Esta manera de concebir la
moral es contraria al intelectualismo de Sócrates, a la science des moeurs (ciencia moral) de Descartes, a la ética
demostrada según el modo geométrico, de Spinoza. También se opone de alguna
manera a la razón práctica y al imperativo categórico de KANT, según el cual
hay acciones razonables o irrazonables.
En cuanto a su vigencia o actualidad: El emotivismo de Hume presagia el irracionalismo de finales del XIX y del
XX: Vitalismo de NIETZSCHE
(1844-1900), de ORTEGA Y GASSET (188...-195...) y de FREUD (la Vida, lo
Irracional o Inconsciente es más poderoso que el conocimiento o la razón). A
través del romanticismo ilustrado y libertario de ROUSSEAU (1712-1778) y del
romanticismo idealista del Sturm und
Drang : FICHTE, SCHELLING y HEGEL (1770 -1831) (vide tema 14
de Historia de la Filosofía en este
blog: HEGEL Y MARX: IDEALISMO ABSOLUTO Y MATERIALISMO HISTÓRICO)
6. LOCKE: LA CARTA
SOBRE LA TOLERANCIA (1690).
"No es la diversidad de
opiniones (lo que no puede evitarse), sino la negativa a tolerar a aquellos que
son de opinión diferente (que podría ser permitida) lo que ha producido todos
los conflictos y guerras que ha habido en el Cristianismo a causa de la religión.
La cabeza y los jefes de la
Iglesia, movidos por la avaricia y el deseo insaciable de
dominar a todos, utilizando la ambición sin límites de las autoridades
políticas y la crédula superstición de multitudes atolondradas, han levantado,
en contra de lo que dice el Evangelio y la caridad, a las autoridades y a las
masas en contra de los que tienen ideas diferentes en religión, predicando que
los cismáticos y los herejes debe ser expoliados de sus posesiones y
destruidos. Y así han mezclado y confundido dos cosas que son en sí mismas
completamente diferentes, la
Iglesia y el Estado".
JOHN LOCKE Y EL CONCEPTO DE TOLERANCIA.
"John Locke nació en Wrington, cerca de
Bristol, el 29 de agosto de 1632. Hijo de un funcionario de justicia, recibió
sus primeras enseñanzas en su domicilio hasta 1646 en que, a la edad de 14
años, ingresará en la escuela de Westminster, (que ejerció una gran influencia
en la vida intelectual del siglo XVII), en la que permanecerá 6 años.
Finalizados sus estudios en dicha escuela, ingresará en el Christ Church, por
entonces el más importante "college"
de la Universidad
de Oxford, en el otoño de 1652. La educación en Oxford estaba entonces bajo el
predominio de la escolástica aristotelizante, lo que no resultaba del agrado de
Locke, (lo que tampoco había resultado del agrado, anteriormente, de Hobbes). Allí, además de estudiar
filosofía, (fundamentalmente lógica y metafísica), profundizará sus estudios de
las lenguas clásicas, pero también se interesará por la física y la química,
(entrando en contacto con R. Boyle[1]
y su círculo), así como por la medicina, en la que se iniciará con T. Sydenham, aunque no obtendrá la
titulación hasta 1674.
"Una vez
finalizados sus estudios permanecerá en Oxford, impartiendo clases como Lector
de griego en el Christ Church desde 1660,y también de Retórica desde 1663. En
1667 entrará al servicio de Lord Ashley (futuro Conde de Shaftesbury), representante del
naciente partido "whig",
con quien compartirá las variables vicisitudes políticas sufridas por aquél
durante la monarquía de los Estuardo, desempeñando varios cargos de
responsabilidad a su servicio. La caída política de Shaftesbury y, en parte, su
delicada salud, le llevaron primero a Oxford, donde terminó sus estudios de
Medicina y obtuvo la titulación y licencia para su ejercicio, y posteriormente
a Francia, donde vivió de 1675
a 1680, entrando en contacto con los círculos
filosóficos de la época (cartesianos y libertinos) y recibiendo, sobre todo, el
influjo de la filosofía de Gassendi.
"A su regreso a Inglaterra volverá a
entrar al servicio de Lord Shaftesbury, pero la ya definitiva derrota política
de éste le obligará de nuevo a abandonar Inglaterra, refugiándose en Holanda,
donde permanecerá de 1683 a
1689. Allí finalizará el Ensayo sobre el
entendimiento humano, y publicará la Epistola de Tolerantia, en latín, al tiempo que
entra en contacto con los revolucionarios ingleses exiliados en Holanda, en
consonancia con los ideales políticos plasmados en sus Tratados sobre el gobierno civil. Tras la Revolución de 1688[2], que llevó al trono
a Guillermo de Orange, y una vez consolidada su victoria, regresará a
Inglaterra, desempeñando varios cargos en Londres, siendo el de mayor
relevancia el de Comisario de Comercio. La Carta de derechos o Declaración
de derechos (en inglés Bill of Rights)
es un documento redactado en Inglaterra en "1689, que impuso el Parlamento
inglés
al príncipe Guillermo
de Orange
para poder suceder al rey Jacobo. El propósito
principal de este texto era recuperar y fortalecer ciertas facultades
parlamentarias ya desaparecidas o notoriamente mermadas durante el reinado
absolutista de los Estuardo (Carlos I y Jacobo II).
Constituye uno de los precedentes inmediatos de las modernas «Declaraciones de
Derechos», incluyendo: el preámbulo de la Declaración
de Independencia de los Estados Unidos (1776),la revolucionaria Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano (1789) y la internacional Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).
"En 1691 se retirará a Oates, en Essex.
Allí se instalará en la mansión de Sir Francis y Lady MASHAM, (una de las
primeras mujeres inglesas que publicó obras filosóficas, y mantuvo
correspondencia filosófica con Locke y Leibnitz,
publicando además la primera biografía de Locke), a la que había conocido de
soltera como Damaris Cudworth en 1682, poco antes de su exilio, y con la que
mantuvo una relación afectiva e intelectual hasta su muerte, el 28 de octubre
de 1704.
"El concepto de tolerancia, sobre
todo religiosa, y la separación entre el poder civil y poder religioso, son los
dos temas que trata el texto de John Locke. Aquí debemos recordar a otro
filósofo inglés, Guillermo de Ockham,
que en el s.XIV planteaba lo mismo, separación entre Iglesia y Estado y
tolerancia religiosa.
"Locke plantea que la tolerancia
es compatible con las Escrituras, y que parece increíble que los hombres aún no
vean la necesidad y ventajas de ésta. En efecto, hay que distinguir exactamente
entre lo que concierne al gobierno y aquello que concierne a la religión. El
gobierno tiene claro su objetivo de procurar, preservar y avanzar en pos de los
intereses civiles, pero este objetivo no puede ni debe extenderse a la
salvación del alma.
"El énfasis en la libertad de la
persona implica, necesariamente, que las creencias no pueden ser impuestas por
la fuerza. El comportamiento religioso individual, si tiene finalidad alguna,
está necesariamente definido sobre la base de una convicción subjetiva. En
asuntos privados, cada uno decide cuál es el mejor curso a seguir, y así
también debe suceder con cuestiones de conciencia religiosa. El cuidado de
alma, como el cuidado de lo que es propio, es algo que pertenece al individuo.
Más aún, nadie tiene el derecho de obligar a otro a una acción, que de ser
errada, no tendría compensación alguna. En conclusión, todo ser humano tiene el
derecho de venerar a su Dios en la forma que le parezca correcta.
"Para Locke la Iglesia es una asociación
voluntaria de hombres. Pero, a su vez, esta asociación tampoco tiene
jurisdicción alguna en asuntos terrenales. De esta forma, la autoridad
eclesiástica debe ser mantenida dentro de la Iglesia, y no extendida a los asuntos civiles,
que son de competencia del gobierno. Este es el gran punto de la Carta, y el gran legado
político en cuanto a la separación de los poderes del Estado y eclesiástico.
Cada institución debe atenerse a los roles que le competen, marcándose así
claramente los límites entre lo eclesiástico y lo civil.
"A partir de Locke la religión
pasa a ser cada vez menos un problema del Estado, y cada vez más un derecho
humano individual. Pero cabe destacar que la Carta no incluye a quienes niegan la existencia
de Dios, ya que ello, en palabras del propio Locke, “lo disolvería todo”. He
aquí el carácter religioso de Locke, que no sólo impregna su concepción de la
tolerancia, sino que es inmanente a lo largo de la evolución intelectual de
este controvertido pensador.
"La Carta está escrita en un
lenguaje universal. Es la voz de Locke que habla como un filósofo moral que ha
vivido y sufrido las consecuencias del fanatismo religioso. El siglo XVII fue
un siglo de guerras religiosas, y había muy pocos teóricos dispuestos a
defender la tolerancia como correcta en principio o viable en la práctica.
Locke escribió cuatro Cartas sobre la tolerancia, siendo la publicada
anónimamente en 1689 (1690) la que tuvo un éxito inmediato y la más famosa. En
ella insiste con que “la tolerancia es característica principal de la verdadera
Iglesia”, que el clero debe preconizar la paz y el amor, y que la verdadera
Iglesia no debe requerir de sus miembros que crean más de lo que está
especificado en la Biblia
para la salvación. Rechaza la idea de que la autoridad en una Iglesia, esté
ejercida por una jerarquía eclesiástica.
"El Estado ha de ser una
institución secular con fines seculares, pues “todo el poder del gobierno civil
se refiere solamente a los intereses civiles de los hombres, se limita al
cuidado de las cosas de este mundo y nada tiene que ver con el mundo venidero”.
Por otro lado, “la Iglesia
en sí es una cosa absolutamente distinta y separada del Estado, ella es “una
sociedad de miembros unidos voluntariamente” sin poder coactivo. Las fronteras
en ambos casos son fijas e inamovibles”.
"Se preocupa por las relaciones
entre la Iglesia
y el Estado y prescribe que debe tolerarse cualquier postura religiosa que no
perjudique los intereses fundamentales de la sociedad y el Estado. Su intención
es política más que religiosa, pues la finalidad de sus consideraciones no es
la salvación de las almas sino la protección del Estado, y se ha convertido en
parte constitutiva del pensamiento político moderno, ya que su propuesta más
decisiva es la estricta separación entre la Iglesia y el Estado. Además de negar el derecho
divino de los reyes a gobernar, en estos textos reconoce la función
instrumental del poder político como garante de la paz, bienestar e intereses
privados de los súbditos.
"La intolerancia es típica del
catolicismo y el Estado debe prohibir sólo aquellas doctrinas que puedan
alterar la paz y seguridad públicas o que tengan consecuencias antisociales.
"Hay otra idea que no debe ser
tolerada, el ateísmo, pues al no creer en Dios se carece de principios morales,
pero “ni los paganos, ni los mahometanos, ni los judíos deberían ser excluidos
de los derechos civiles del Estado a causa de su religión”.
"Locke sugiere que puede haber
más de una Iglesia “verdadera”. Considera irracional castigar a la gente por lo
que cree, y por lo tanto el Estado no tiene por qué interferir con las
creencias. Esta era una doctrina muy radicalizada en la época, por los íntimos
contactos que los Estados, católicos o protestantes, tenían con las autoridades
eclesiásticas. Pese a algunas limitaciones, implicó una fuerte condena a la
intolerancia y la consagración de la libertad religiosa, elementos
indispensables en el proceso de constitución del Estado democrático liberal."
http://edu.jccm.es/ies/orden/images/stories/filosofia/filosofia_2/tema%208%20john%20locke.doc
TRABAJO
SOBRE EL EMPIRISMO: LOCKE (1632-1704), BERKELEY (1685-1753) Y HUME (1711-1776).
LOCKE BERKELEY HUME
1.
Expón
en tus propios términos (sin copiar) los rasgos generales de empirismo y
racionalismo y explica de forma razonada con qué movimiento estás más de
acuerdo y por qué.
2.
Con
respecto al texto de LOCKE (Carta sobre la Tolerancia)
(1689-1690)
a)
sitúa
al autor en su momento histórico: qué relación pueden tener las ideas expuestas
en el texto con la
Revolución inglesa de 1688, la Declaración de Derechos (Bill of Rights de 1689), las
guerras de religión entre protestantes y católicos que se desarrollaron en Gran
Bretaña y en Europa, y en general con la época que le tocó vivir al autor;
b)
señala
el tema o problema del texto;
c)
indica
enumerándolas las ideas principales;
d)
muestra
las relaciones entre ellas (es decir, su nexo de unión) y explícalas
(desarróllalas un poco sin repetir el texto)
3.
Analiza
la vigencia que pueden tener en la actualidad los puntos de vista de LOCKE
sobre la tolerancia religiosa y la separación de Iglesia y Estado: en
particular la influencia sobre las constituciones y declaraciones de derechos
de la edad contemporánea, la actual Constitución española, el auge de los
fundamentalismos en el siglo XXI y el problema del multiculturalismo (media
página como mínimo).
4.
Con
respecto al texto de HUME (Investigación
sobre los Principios de la moral) (1751).
a)
sitúa
al autor en su momento histórico;
b)
señala
el tema o el problema del texto;
c)
indica
enumerándolas las ideas principales;
d)
muestra
las relaciones entre ellas y explícalas (desarrolla en particular el tema del
sentimiento moral y la llamada “falacia naturalista”).
5.
Analiza
la vigencia que pueden tener las ideas de HUME en la actualidad y en especial
su influencia sobre la filosofía moral contemporánea (MOORE, WITTGENSTEIN y
HABERMAS) (al menos media página).
6.
Resume
a tu manera la clasificación de las ideas y de las cualidades en LOCKE (“La
experiencia como origen y límite”), su concepción de la sustancia y relaciona
todo esto con su liberalismo y su Carta sobre la Tolerancia: ¿Qué
relación puede haber entre empirismo y
liberalismo?
7.
Expón
en tus propios términos y con tus propios ejemplos el solipsismo o inmaterialismo de
BERKELEY compáralo con otras teorías
del conocimiento vistas a lo largo del curso (PLATÓN, ARISTÓTELES o el mismo
LOCKE) y plantea tu propia posición al respecto.
8.
Explica
la distinción entre relaciones de ideas y
cuestiones de hecho en HUME y razona
por qué las calificaciones morales como bueno
y malo, vicioso o virtuoso no pueden caber dentro de
ninguna de las dos categorías.
9.
Expón
sin transcribir apuntes las principales tesis del emotivismo moral de HUME ,
compara esta teoría ética con todas las que hemos visto a lo largo del curso
(SÓCRATES, Aristóteles, escuelas
helenísticas, San AGUSTÍN, Santo TOMÁS, MAQUIAVELO y SPINOZA) y razona tu propia
posición.
10.
Compara
la visión política de LOCKE con otras teorías políticas semejantes como la de
OCKHAM (ver texto de la PAEG) o SPINOZA, o
diferentes como la de Santo TOMÄS o PLATÓN. ¿Con cuál te identificas más? ¿Por
qué?
11. Pregunta especial:
0.5 puntos sobre la nota del próximo examen: Inventa un diálogo en el infierno
o en el cielo entre los 4 personajes siguientes: Spinoza y Descartes contra
Locke y Hume.
[1] Robert
Boyle
, (* Waterford,
25
de enero de 1627
- Londres,
30
de diciembre de 1691)
fue un filósofo natural,
químico,
físico
e inventor
irlandés,
también conocido por sus escritos sobre teología.
Se le conoce principalmente por la formulación de la ley de Boyle.[1] Es ampliamente
considerado hoy como el primer químico moderno, y por lo tanto uno de los
fundadores de la química moderna, a pesar de que su investigación y su
filosofía personal tuvieron claramente sus raíces en la tradición alquímica.
Entre sus trabajos, The
Sceptical Chymist (El químico escéptico) está
considerado como una obra clave en la historia
de la química. (De Wikipedia, la enciclopedia libre)
[2] La Gloriosa Revolución (inglés: "the Glorious Revolution"), también llamada la Revolución de 1688, fue el derrocamiento de Jacobo II de Inglaterra en 1688 por una unión de Parlamentarios y el Estatúder Holandés Guillermo III de Orange-Nassau (Guillermo de Orange). Algunas veces también se llama la Revolución Incruenta, aunque hubo combates y pérdidas de vidas humanas en Irlanda y Escocia.1
Los historiadores católicos y
toris prefieren el término "Revolución de 1688", ya que
"Gloriosa" o "Incruenta" reflejarían los prejuicios de los historiadores whig.2 La
Revolución está fuertemente asociada con los sucesos de la Guerra de los Nueve Años de la Europa Continental, y se puede ver como la última invasión con éxito de Inglaterra.3 Puede argüirse que el derrocamiento de Jacobo, comenzó
la democracia parlamentaria moderna inglesa: el monarca nunca volvería a tener el
poder absoluto, y la Declaración de Derechos se convertiría en uno de los
documentos más importantes de Gran Bretaña. La deposición del católico romano Jacobo II acabó con cualquier oportunidad de que el catolicismo fuese restablecido en Inglaterra, y también condujo a
la tolerancia de los protestantes no-conformistas.
(De Wikipedia, la enciclopedia libre()
Queridos estudiantes de 2º de bachillerato, vamos ya una semana atrasados sobre el programa que aparece en este mismo blog. Pero vamos muy bien. Recordad que, complaciendo la propuesta de Gloria Claramunt, la clase del lunes la daremos con los apuntes (impresos en papel, se entiende) y disculpad tanto mis errores como mis limitaciones, que no es fácil querer escribir en un curso una Historia de la Filosofía. Aprovecho para recomendaros el blog de filosofía (y de más cosas) La Máquina de Von Neumann de Santi (lamento no recordar su apellido), profesor y escritor en el Ojos del Guadiana. - Esforcémonos ahora que no ha llegado aún la primavera y recorramos la mayor cantidad posible de temario.- Cada día estoy más a gusto con vosotros en clase.
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