SEMBLANZAS

SEMBLANZA DEL CONDE DE SAINT GERMAIN

          Inicio esta nueva sección, si no de Retratos, de meras Semblanzas o impresiones vividas sobre personas que alguna vez me causaron admiración y me bendijeron con sus enseñanzas: Maestros, las más de las veces, conocidos a través de libros.
          La inicio -y así de vagamente definida- gracias al entusiasmo y al impulso de Carlos (García-Consuegra), El Físico, mi compañero de búsqueda e inspiración constante. Pues fue Carlos quien me animó a dejar por escrito de diversos  sabios -Gurdjeff, Osho, U.G. Krishnamurti, Víctor Truviano...-  presentaciones que algunas veces, charlando por la calle, yo me inventaba respondiendo a su insaciable curiosidad.
          Lo cierto es que con Carlos se habla más de hombres que de mujeres. También él me ha iniciado en mentes inolvidables como Von Neumann, Alexander Grothendieck, Richard Feynman, Julius Evola, Bougereau, Boucher, Oliver Messiaen, Yuko Mishima, Ballard, William Blake y muchos otros. Y él, Carlos, también me solía suministrar un apretado resumen o una rápida biografía de aquellos cerebros prodigiosos, atlas de nuestro mundo.
          ¡Así que las semblanzas las podría también redactar el mismo Carlos pues no le faltan recursos para ello!  Aunque nadie más remiso.
          Y sin embargo, a la invitación de mi amigo,  aún se suma el peso de una deuda: Y esta es que... allá por el  2008 con ocasión de un Symposium en Pilas (Sevilla) le prometí a Claudio Naranjo escribir una semblanza eneagramática del Conde de Saint Germain y al gran sabio chileno, -que lo sabe todo y lo ve todo,-  le pareció mejor este proyecto que otro que le ofrecí sobre la marcha: Hacer el eneatipo de Krishna. Esto Claudio lo desestimó de un carpetazo: Literal, porque me cerró su carpeta en las mismas narices cuando yo me esforzaba por espiar qué es lo que tenía escrito en ella. Y así zanjó mi Maestro el asunto.- Al final me salí por la tangente investigando no al Conde ni a Harí Krishna sino a san Agustín: Terminé después de meses de trabajo mi artículo (Una Visión Eneagramática de Las Confesiones) y lo mandé a la Fundación de Claudio sin que hasta ahora haya tenido repercusión o respuesta.
          De modo que esta semblanza o vivencia personal del Maestro Saint-Germain también va dedicada a mi Maestro Claudio Naranjo.-

 


EL EMISARIO
        Sus orígenes acaso la sangre de los Rackoczi.

Lugar y fecha de nacimiento: tema de lucubraciones.

Príncipe oculto en los bosques de los palacios de Europa

Donde confluyan las savias de Almirante de Castilla

Con brumas de Transilvania y con Ana  de Neuburgo.


Elixir de larga vida

Destilado por linajes por más de cuatrocientos años.

-Yoga: A veces sobrevenía esa serenidad

más allá de las ansias de esta vida.

Precipitación de un verso que soñara con seguirte.

Compositor celebrado en los salones de Londres.

Aturdido en Eaton Square por el estruendo

De una carreta de piedras volcada

 (¿Qué sentiría Usted entonces ante el atronar moderno?).


Pintor de óleos de tintura metafísica.

Para el sabio de Ferney: “Hombre que no muere nunca y que lo sabe todo”.

Conde de risa” según el de Sans -Souci.


El que limpió el gran diamante del penúltimo Capeto.

El que presagió el declive de Choiseul y María Antonieta.

El que guió a Bonaparte hasta que cayó su estrella.


Sosias inconcebible del intrigante Cagliostro.

Anfitrión dulce y benévolo de Giacomo Casanova.

El que trajo a Lafayette a Américas desde Francia.

Ángel de la Libertad para hombres del minuto.

Cuando yo era un muchacho oí ya hablar de tu leyenda.


¡Y estás siempre interesado en los veloces,

Y en las formas de volar y en la luz y en la instantánea

Transmisión del pensamiento!

Decreta mi bendición desde tu Ciudad de Oro

Por haberte conocido.

       

         A la hora de esbozar algo así como un retrato del Maestro Saint Germain (¿1696?-1784) lo primero que se me ocurre es precisar que, según mi criterio,  el caballero Welldone o Sanctus-Germanus no es de ninguna manera una fantasía.


       Me parece imposible y sería milagroso que tantos testimonios del siglo XVIII -entre otros los de personajes conocidos como Casanova, Cagliostro, Voltaire, Federico II, memorialistas y autores de epistolarios, periódicos y gacetas- se hayan conjurado para urdir la leyenda de un ser que no muere nunca (o que vive varios siglos; o que se reencarna...), no come, conoce todos los idiomas y las artes, en especial el Secreto Alquímico de alargar la Vida y conservar la juventud así como el de la Transmutación de los Metales y, por supuesto, la Medicina.


       Sería demasiado raro que todo fuera mentira. Son demasiados documentos. Parece que Saint Germain fue todo lo célebre que un hombre podía ser en el París o en el Londres del siglo XVIII.


       El poema anterior fue escrito hace más de diez años desde un movimiento de intenso agradecimiento a la Presencia viva del Maestro o Emisario: emisario, enviado o ángel de una dimensión del ser superior a la nuestra humana.- Donde dice "sabio de Ferney" quiere referirse a Voltaire y donde dice "el de Sans Souci", a Federico II de Prusia. Son citas literales. El "penúltimo Capeto" es Luis XV. A Voltaire, azote del oscurantismo, parece que le dejó fascinado; en cambio a Federico el Déspota Ilustrado, le dejó frío.


- Es cierto -como dice Erich Auerbach en Mímesis- que hasta cierto punto es fácil distinguir entre "crónica" y "leyenda". A través de rasgos inherentes al propio texto y que tienen que ver hasta con la construcción sintáctica. Por ejemplo, las leyendas suelen ser más simples que el retrato de la vida real.


       A mí me ha ocurrido, leyendo las anécdotas y hazañas que se atribuyeron al Conde de Saint Germain, percibir la vibración y el perfume del personaje histórico en su concreto momento histórico: Así, en la viñeta mencionada de Londres, en casa de Lady Townshend, cuando el Conde irrumpe, arroja su espada y su sombrero sobre el diván y confiesa que está "aturdido por una descarga de disonancias": Están adoquinando las calles y una carreta de materiales al volcar, ha dañado su extraordinaria sensibilidad.


       La relación con Madame de Pompadour, con Luis XV y con su ministro Choiseul también me resulta altamente realista y ajena a los rasgos estilísticos que suelen presentar los embustes, las exageraciones y las leyendas (que también pulularon y pululan en torno al nombre del Hermano Santo).- He leído textos donde se le hace enfrentarse con Napoleón y con María Antonieta. Otras historias le hacen responsable de la presencia del general Lafayette en la Guerra de Independencia Americana. Otras cuentan su encuentro con el impostor Cagliostro con fenómenos de luz parecidos a los de Encuentros en la Tercera Fase. Se nota en seguida que se trata de literatura de ficción.


       En cambio, no suena así en absoluto la prosa de Giacomo Casanova cuando describe al alquimista barbudo y totalmente entregado a su obra que le recibe en sus talleres de Bélgica (Tornai). Este encuentro en la cumbre no tiene nada de previsible ni de prototípico. Ni siquiera encierra una moraleja edificante como otras anécdotas inventadas. Más bien se lee como un trozo de experiencia vivida por el donjuán italiano, vividor y descreído impenitente frente a un espíritu superior que no consigue doblegar su escepticismo aunque le presenta el milagro de la creación del oro. Se trata de una escena totalmente creíble.


                   
                                                        
 
"El único retrato que existe del conde ha formado parte del gabinete de la Sra. d´Urfé. En éste el conde parece tener de 30 a 40 años; se encuentra de frente, con casaca de alamares, orlada de armiño y con grandes mangas forradas del mismo; una corbata de chorrera de blonda escapa de su chaleco, desabrochado hasta el quinto botón. Rostro oval y glabro [lampiño], aristocrático, inteligente y fino, ligeramente vuelto hacia la izquierda. Mucho de misterio y de ironía escapan de su mirada, que se abre camino un poco hacia la derecha, por encima de una nariz que apunta directamente hacia el mentón (...)" Paul CHARCONAC, El Conde de Saint Germain. Historia, Vida y Leyenda, ed. Sirio, 2000, p. 88.

         

Con Saint Germain aprendí qué significa eso de que el maestro aparece solo cuando el discípulo está preparado: -Hacia 2005 habían abierto la FNAC en Marbella y yo, que vivía en Málaga, ardía en deseos de ver aquella macro-librería francesa. Sin embargo, cuando al fin cumplí mi sueño y recorrí las estanterías más inabarcables que las de la Casa del Libro, solo me llevé al final uno : El Libro de Oro,  atribuido al Conde.

          No consigo recordar por qué. - De Saint Germain había oído hablar desde mi infancia: La Historia de las Magias de Kurt Seligmann (1900-1962) hablaba de él, y ya de pequeño me fascinó. Sin embargo, aunque siempre me intrigó la posibilidad de vencer a la muerte, no averigüé nada nuevo acerca de este Homme- Merveille durante más de 30 años. Los ocultistas y teósofos lo mencionaban siempre, al lado de Pitágoras, Paracelso, Francis Bacon y otras figuras de su santoral esotérico. Pero yo no esperaba nada del ocultismo como tampoco de la religión pues comprendía que -aunque tal vez tuvieran razón- a mí me volvían loco.

          ¿Por qué escogí únicamente ese libro entre los millares de la FNAC si soy un lector voraz, tenía dinero y apenas sabía nada de Saint Germain?

          Pero ni siquiera entonces leí El Libro de Oro: Hasta un año después no empecé a estudiarlo. - Si miramos las cosas desde el punto de vista del libro (que sería una especie de ser vivo dotado de intenciones), primero saltó a buscarme desde los anaqueles de la FNAC, se coló en mi casa y, cuando sintió que yo estaba preparado, me llamó de nuevo para que empezase a escrutar su enseñanza.

          Que no sea El Lector el que descubre una obra sino, al revés, que Las Obras se levanten y vayan en busca de los hombres, parece paranoide. Y sin embargo, si se medita en el asunto de cómo entramos en contacto con un autor literario o musical que al final será parte de nuestro destino, si examinamos cómo entramos en relación, cómo creamos  vínculos  con personas o actividades que terminarán por marcarnos la vida, la "casualidad" tiene en ello mucho más peso que la decisión racional. Y esto se aplica tanto al futuro etólogo que por primera vez observa a unos ciervos que por azar se han cruzado en su camino, como al joven matemático que se tropieza con quien será su compañero de búsqueda en Amsterdam delante del anuncio de un problema no resuelto. Conclusas sus biografías y sus vidas, tales casualidades se vuelven necesarias y predestinadas: no nos parece accidental que el joven Marx se encontrase  con un libro de Hegel (no sé si La Filosofía del Derecho) y no pudiese dormir durante varios días exaltado por su lectura.

          Jodorowski ha llamado a esto "la danza de la realidad", Jung hablaba de "sincronicidad", la hermana de Dalí de "coincidencias exageradas".

          Fue abrir el Libro de Oro, tras estos preámbulos que duraban ya toda mi vida,  y sentirme arrebatado. El artículo de wikipedia sobre Saint-Germain solo considera autentificada como obra suya La Santísima Trinosofía, pero a mí su texto más famoso -los decretos de El Libro de Oro- me parecía la voz de otro mundo, de alguien que ha estado en "dimensiones superiores", sabe que Dios existe, que nuestra vida  obedece a un designio oculto, y regresa para orientarnos.

La vida, en todas sus actividades, donde quiera que ella se manifieste, es DIOS EN ACCIÓN . Es por la falta de conocimientos en la forma de aplicar el pensamiento-sentimiento, que los humanos están siempre interrumpiéndole el paso a la Esencia de la Vida. De no ser por esa razón, la Vida expresaría su perfección con toda naturalidad y en todas partes.
   La tendencia natural de la Vida es Amor, Paz, Belleza, Armonía y Opulencia. A ella le es indiferente quien la use y continuamente está surgiendo para manifestar de más en más su perfección, y siempre con ese impulso vivificador que le es inherente.
“ YO SOY “
      ”YO SOY” es la actividad de la Vida. ¡Qué extraño es que los estudiantes más sinceros no siempre lleguen a captar el significado verdadero de esas dos palabras! (...)


Estas palabras iniciales de El Libro de Oro contienen el dharma entero de Saint-Germain. Lo que yo alcanzo a entender de esta vibrante introducción es lo siguiente:


1. -" La vida, en todas sus actividades, donde quiera que ella se manifieste, es DIOS EN ACCIÓN.-


1.1 .  -"Es por la falta de conocimientos en la forma de aplicar el pensamiento-sentimiento, que los humanos están siempre interrumpiéndole el paso a la Esencia de la Vida; -


1.1.1- "De no ser por esa razón, la Vida expresaría su perfección con toda naturalidad y en todas partes-.


     2. -" La tendencia natural de la Vida es Amor, Paz, Belleza, Armonía y Opulencia.


2.1.-  "A ella le es indiferente quien la use y continuamente está surgiendo para manifestar de más en más su perfección, y siempre con ese impulso vivificador que le es inherente


3. -"Yo Soy".


3.1." YO SOY” es la actividad de la Vida.


 3.1.1 ¡Qué extraño es que los estudiantes más sinceros no siempre lleguen a captar el significado verdadero de esas dos palabras! (...) “


Yo no sé si realmente se vuelven más claros estos enunciados si los parafraseo en un lenguaje para mí más habitual, o tal vez más contemporáneo:

1. La Vida es Dios-en-Acción: energía dinámica divina.

1.1 Esta esencia de la Vida o Dios-en-Acción es bloqueada por el ser humano por su falta de armonía mental y emocional (no se menciona lo que hoy llamamos "instinto").

1.1.1 Si no la bloqueásemos, la Vida expresaría su perfección a través de nosotros. Nos auto-regularíamos.

2. La Vida es Amor, Paz, Belleza, Armonía y Opulencia (la Vida se auto-regula).

2.1. Esa energía vital es independiente del ser humano y es inagotable.

3. - Yo Soy.

3.1.- Yo Soy es el decreto básico -oración auto-realizativa- que describe y a la vez desencadena o propicia a Dios-en-Acción.

3.1.1. Es curioso que muchos adeptos o buscadores no siempre entiendan el Yo Soy.


          Pero todavía podemos sacar más de este frontispicio o introducción de tan solo tres párrafos: El primero ocupa 6 líneas, el segundo 4 y el último -precedido del decreto YO SOY- tan solo 3. Es decir, la cantidad de contenido va de más a menos. Como una persona que primero presenta los hechos más importantes en un parlamento largo (el primer parágrafo) para después hacer precisiones cada vez más breves sobre aquello.

          Por otro lado, el uso de mayúsculas para Dios-en-Acción, Yo Soy, Vida, Esencia de la Vida, Amor, Paz, Belleza, Armonía y  Opulencia, es ajena a la norma ortográfica, y produce el efecto de hipostasiar o convertir en entes, en personajes (¿en dioses?), en nombres propios, sin duda, a esos conceptos. -Saint Germain quiere subrayarlos y alza el tono para que nos fijemos en DIOS EN ACCIÓN y en el YO SOY.

          Por último, la última frase me suena como una suave y desenfadada regañina más que como una expresión de asombro ante la falta de comprensión de la sencilla verdad (Yo Soy). Se diría que el Conde  a la vez que nos critica de forma cortés, nos sonríe y nos anima a proseguir el camino. 

          Ninguna de estas ideas era nueva. El amante de las etiquetas podría rubricarlas como panteísmo. Lo que era nuevo era el Yo Soy (I Am, similar al Om) y los Decretos o Enunciados Auto-Realizativos como "Yo Soy el ojo avizor que todo lo encuentra" que pronunciados con todo el pensamiento y el sentimiento generan efectos sobre la realidad tanto mental como física. No me parecía que se tratase de una cuestión de fe sino de comprobación práctica: El Decreto de Saint Germain se parecía al mantram y a los conjuros. - Puesto que el Maestro desde las primeras líneas nos llamaba a comprender el significado del Yo Soy, empecé a emplear esta declaración con frecuencia. Lo nuevo no era que los mantram o Decretos funcionasen,  sino el tono de Saint Germain, el extraordinario amor, entusiasmo y confianza en el ser humano que emanan de sus textos.

          Pronto me sentí bendecido por la Presencia del Maestro Rosacruz, enamorado de su voz que creía percibir en El Libro de Oro. Lo leí y lo releí varias veces aunque apenas le hablé a nadie de ello. Pretendía aprendérmelo de memoria, decreto por decreto. Lo convertí en mi Libro Sagrado y procuré aplicarlo  a mi vida diaria. A veces me desvelaba:


MADRUGADA DE UN DESVELO

En la noche angustiada, con temor y temblor ante el fondo sin fin de las tres y las cuatro de la madrugada, con miedo de espectros, todo erizado en el espacio entre muebles, igual que el niño que lucha por rezar y se debate primero entre sábanas, luego en el furtivo recorrer de pasillos y habitaciones misteriosas con sombras todavía de los sueños, pidiendo a Dios que detenga este pánico, sintiendo que en realidad nunca quiero encontrarme con Él, sintiendo que al mismo tiempo es Él quien causa el pánico, que Él es el Pánico.


Sintiendo que en realidad me da miedo encontrarme con Él,  que no me gustaría hacerlo solo, ni de noche; sintiendo que en realidad  me da miedo vivir a la altura de su radiación, notar su mirada sobre mi imagen y en mi alma en todo momento, que prefiero la mediocridad, mundo insulso habitual del pequeño hombre, no del prodigio, la mano izquierda vibrante como si fueran a estallar mis pulsos, mi cabeza volviendo, lamentable, a sus pequeños asuntos negativos del día.


No del prodigio. Se diría que ahora ni siquiera quiero creer en el Supremo y que no sé rezarle más que cuando me asusto tanto y sin embargo la voz de mi conciencia es nítida por su destinatario y por la claridad  de su declaración in mente, ¿creo y no creo?, ¿Le amo y me aparto? ¿Le busco y le temo?


Y no puedo preguntar “¿qué es lo que quieres de mí?” porque  lo sé; quieres que me entregue.


De modo que en la noche angustiada, temblando agradezco que se oiga algún ruido humano normal en la casa de abajo, el muelle del somier del dormitorio contiguo del otro edificio y que mis ojos completamente abiertos pasten su alimento ininterrumpido de sombras familiares: el resplandor de la calle sobre la pared violeta.


Comprendo que los niños tengan miedo a quedarse solos de noche por si se les aparece un fantasma, que es normal que los adolescentes rompan el silencio charlando o poniendo música. Que mamá no pueda coger el sueño sin el auricular de la radio –que es una especie de gusano gritón que le hace compañía. Me imagino el terror a dormir sola de Maruja. Y el miedo a perder la memoria y el control de los propios pensamientos de papá. Me parece que comprendo la raíz de todos los miedos e imagino el miedo a la ceguera…


Entonces Te suplico de todo corazón que no se manifieste, coloco su libro sobre el retrato de la Tía Alta (pues no me atrevo a quitarlo de la mesita), leo el más trivial  Hijos de Torremolinos (Mozambique) hasta caer en la inconsciencia, acercándome al límite con el sueño, ¿es ese el límite donde se experimenta el viaje astral? Pero según Tú no hay nada de bueno en el plano astral sino sólo a partir del etérico.

Y también hay un momento en que tras reflexionar, tras intentar imaginar el éxtasis, en la emoción de un encuentro conTigo, me quedo clavado con los ojos sobre los visillos, como ciego, sereno, y durante varias respiraciones ,  estupefacto, no albergo ni un solo pensamiento .           



          Sí, a veces me hacía perder el sueño...

          Por entonces empecé a intimar con la que luego sería mi mujer. En parte me enamoré de ella gracias al Maestro: Durante uno de nuestros primeros encuentros me atreví a hablarle a Conchi de Saint Germain. Para mi sorpresa ella no solo entendía sus Leyes de la Vida sino que empezó a asumirlas.- Ella fue la que guardó en una bolsa de tela el Libro de Oro. Y nuestro Amor parecía apadrinado por nuestro Maestro.

          Sin embargo, pocos meses después, a Conchi se le apareció Saint Germain en dos sueños que eran advertencias sombrías acerca de mí y acerca del uso que ella estaba haciendo de El Libro de Oro. Me pareció que yo le había conectado con el Maestro solo para que éste la protegiese de mí.

          Fue en julio del 2007 cuando pude conocer en persona a Claudio Naranjo durante un curso de 9 días. Una mañana en que vi caminando al gran hombre por los paseos techados pero al aire libre del antiguo seminario menor donde estábamos, le abordé sin pensármelo demasiado y le hablé de la fundación de los Estados Unidos y de la posible influencia del Conde sobre este acontecimiento de la Historia contemporánea. En realidad, hablamos del futuro de la humanidad ya que Claudio nos había contado que se avecinaban grandes catástrofes como no enderezásemos el rumbo. Le pregunté si no conocía la Profecía de Valley Forge. Y con su habitual franqueza me contestó "no tengo ni idea". Enseñarle algo a quien lo sabe todo, a un hombre que ha colaborado con premios Nobel, que ha sido galardonado por las universidades más prominentes, que ha escrito docenas de libros, resultaba muy emocionante:

          Armándome de valor ante aquel gigante,  le conté la leyenda del ángel que en Valley Forge presuntamente se le apareció a George Washington y le predijo las guerras mundiales por venir y la persistencia de La Unión más allá de las catástrofes. - Naranjo me escuchó dubitativo o preocupado. Él no decía que el mundo o la humanidad se fueran a extinguir -precisó- sino que podían sobrevenir crisis y pandemias que eliminasen a un quinto de la población mundial. Yo mismo me quedé preocupado ante el pesimismo moderado de alguien que está tan informado y alberga tanta experiencia y conocimientos...- ¿Y qué tenía eso que ver con Saint Germain? - Ah, sí: la Fundación Masónica de los Estados Unidos y las guerras que vendrán...

George Washington rezando en Valley Forge


- (Pero lo cierto es que tras una búsqueda más bien superficial en la web, concluyo que Washington nunca fue visitado por un ángel y que no es crónica sino ficción; y siento vergüenza de haberle contado algo falso al Sabio, solo por impresionarle).-

          Y al final, ¿qué concluyo en esta semblanza del Príncipe de los Alquimistas?

a) Que acaso fue un E1/IRA -Perfeccionista como pensé al principio por sus Leyes de la Vida, sus Decretos y un aire general de cortés exigencia aristocrática.-

b) Pero el caso es que él mismo confiesa en la Santísima Trinosofía haber pecado de auto-complacencia, de un excesivo deseo de brillar,de VANIDAD (/E3- Narcisista) y que por eso había caído en prisión, pues desde los plomos es desde donde escribe esta epístola breve pero plena de símbolos:


           "La "Tres Sainte Trinosophie” actualmente se halla en la Biblioteca de Troyes, en Francia, y está compuesto de noventa y cinco hojas escritas de un solo lado, con muy buena caligrafía y ortografía. El francés usado es culto y muchas páginas tienen imágenes bien dibujadas y espléndidamente coloreadas. Contiene por otra parte, numerosos símbolos y numerosos jeroglíficos, figuras y símbolos mágicos, palabras en idiomas antiguos, tales como el persa, griego, sirio, hebreo, árabe, y caracteres cuneiformes (...)." ( Op. cit., Palabras del Traductor).


          En medio de tantos arcanos apenas descifrables, conmueve escuchar algo así como un auto-reproche en este hombre impecable e insuperable. Le humaniza a él que a menudo parece más que humano, semi-divino, Hombre Prodigio. - Pero no. Porque ha errado, como cualquiera, y ahora está preso:


" Yo también conocí la felicidad. Colmado de bendiciones del cielo, rodeado de un poder tal que el entendimiento humano no puede concebirlo, rigiendo a los genios que dirigen al mundo, dichoso de la felicidad que yo hacia nacer, yo gozaba, en el seno de una familia

adorada, la felicidad que el Eterno otorga a sus hijos queridos. Un instante ha destruido todo, ¡he hablado!, y todo se ha desvanecido como una nube. ¡Oh hijo mío!, no sigas mis huellas... Que un vano deseo de brillar los ojos del mundo no cause también tu perdición.


"Piensa en mí, que es desde este calabozo, con el cuerpo quebrado por las torturas, que tu amigo te escribe. Reflexiona Filocal, que la mano que traza estas líneas lleva el sello, y la marca de los fierros que lo destruyen... Dios me ha castigado; ¿pero qué es lo que he hecho a los

hombres crueles que me persiguen?, ¿qué derecho tienen ellos de interrogar al ministro del Eterno? Me preguntan cuáles son las pruebas de mi misión: mis testigos son mis prodigios; mis defensores: mis virtudes, una vida limpia, un corazón puro; ¡qué dije!; ¿tengo aún el

derecho de quejarme? Hablé. El de muy arriba me ha dejado sin fuerza y sin poder, ante los furores del ávido fanatismo.

El brazo que hace tiempo podía derrotar a un ejército puede hoy apenas levantar las cadenas que lo oprimen ..."

(Saint Germain, La Muy Santa Trinosofía)


          Al final tras muchas noches lúgubres intentando desentrañar aquel libro de Emblemas y Misterios de la Muy Santa Sabiduría Triple, fascinado por la belleza de los rituales y materias, y a la vez sin entender ni jota de lo que Saint Germain quiere transmitirnos de forma tan críptica, decidí mandárselo a Claudio Naranjo a ver si él lo descifraba. Se lo envié junto con una carta de mi puño y letra que no recibió respuesta.
 
    Un año más tarde, en agosto del 2008, tuve la oportunidad de volver a ver al Sabio en Burgos, en el nacimiento del Ebro. En seguida le pregunté si había recibido mi libro y si lo había leído. Contestó que sí a las dos preguntas para luego matizar con un tono más franco, que en realidad más que leer, en realidad había hojeado la Santísima Trinosofía.

          Con esto me di por satisfecho: Gracias a mi envío postal, ahora en las manos del Sabio estaba la obrita de Saint Germain. Mi admiración hacia Naranjo creció varios enteros: era verdad que Claudio lo lee todo, lo ve todo y lo sabe todo con sus feroces ojos de águila o de cóndor, ojos de brujo que te atraviesan cuando te miran (pero estar desnudo ante él, no es tan duro).

          En otro momento Claudio me dijo que La Muy Santa Trinosofía le había parecido un libro interesante pero que no lo entendía del todo y que esperaba que alguien más joven lo interpretase.-Al final, como ya he contado, me comprometí de alguna manera a trazar una semblanza eneagramática del Conde como "representante alto" del tipo E1/IRA -tarea que nunca empecé y que procuro remediar ahora con el presente artículo o entrada.

          De madrugada, desvelado, dedicaba largas horas un día sobre otro a sumergirme en la biografía y en las leyendas de Saint Germain, en las crónicas y en la literatura de ciencia-ficción. Noticias fidedignas, embustes y cuentos circulaban por igual por el éter on-line (que se parece al "registro akáshico"). El nombre de Saint Germain era un producto comercial boyante y una línea de publicaciones sin fin. Y algunos de esos textos y de esos datos -y esto era lo peor- respondían a la verdad.

          Me estaba obsesionando, me estaba quedando un poco "grillado" con Saint Germain. Seguía masticando y rumiando los decretos de su Libro de Oro aunque no conseguía aprenderme todos de memoria. En Discursos del Yo Soy para los Hombres del Minuto o en Estudios sobre la Alquimia aún me parecía seguir oyendo la voz ferviente, entusiasta, cortés del Maestro. Pero quise leerle  a Conchi algunas páginas de los Discursos del Yo Soy... y ella me preguntó si estaba seguro de que eso lo había escrito Saint Germain.

          Fue un anti-clímax, un baño de agua fría. Pero me devolvió la razón:- Después de todo, ¿por qué adoraba yo y releía con tanta insistencia aquellos presuntos parlamentos del Conde para los empresarios y hombres de negocios norteamericanos de los años 30? ¡Y a mí qué me importaba! Venerar todo lo relacionado con " el más antiguo de los Masones", se había convertido en una especie de vicio. Pero si los Discursos... en realidad no eran suyos, quizás tampoco lo fueran los demás libros.

          Pero aunque la mitad fuese mentira, ¿qué pasaba con la otra mitad? Casanova, Madame de Pompadour, Voltaire, Luis XV et alii no debían dejarse impresionar fácilmente.

          Cuando Conchi me hizo dudar de la autenticidad de los escritos americanos atribuídos a Saint Germain, me pareció que me salía humo de la cabeza: Yo también necesitaba descansar de mi búsqueda, dormir un poco, sobre todo no pensar más en el enigma de Saint Germain.

          Y así he seguido hasta hace poco apartándome de él, hasta que empecé esta semblanza incompleta e ínfima, este esbozo o apunte que inicié gracias a Carlos pero que, como ya he dicho, también dedico a mi Maestro Claudio Naranjo cuya mirada inquisitiva en Pilas preguntándome "¿estará vivo ese hombre?", todavía me revisita.


"Tengo CCC años en mi historia.

Tengo CC para mis amigos.

Tengo L donde hay que beber.

Tengo XXV con Isis"

S.G.

(Citado por Pierre CERIA y François ETHUIN,

El Enigmático Conde de Saint-Germain,

ed. Plaza y Janés, 1972, p.25)



POST DATA o ADDENDUM:


          Sí, pero ¿qué concluyo? - Nada, no concluyo nada; al revés, solo me planteo más interrogantes... Por ejemplo, ¿por qué ese interés del Conde por los tintes y la industria de la tintorería? Descartado el simple afán de lucro, ¿cuáles eran sus verdaderos objetivos al intentar difundir tintes de mayor calidad y más baratos? ¿Y qué influencia han  tenido sus descubrimientos en este terreno sobre la industria química de los siglos XIX y XX?


          No sé si es una conclusión pero tengo la sensación de que el avatar Saint Germain no pudo cumplir la tarea que se había propuesto, que fracasó en todo: no se conservan los cuadros que pintó ni se interpretan las piezas musicales que compuso, sus misiones diplomáticas se frustraron igual que sus proyectos empresariales. ¿Era su propósito evitar el baño de sangre que se produciría en Europa poco después de su "desaparición" en 1784? ¿Representa al último gentilhomme ilustrado que trata de evitar el ingreso de Francia y de las demás potencias en el lóbrego túnel de El Terror y del Bonapartismo? 

                                      

                                                 "LA CREACIÓN


"Curioso escrutador de la naturaleza entera,

He conocido el gran todo, el principio y el fin,

He visto el oro en potencia en el fondo de la minera,

He captado su materia y sorprendido su fermento.


"... Expliqué por medio de qué arte el alma en los flancos de una           madre,

Hace su morada, la transporta, y cómo una pepita

Puesta junto a un grano de trigo, bajo el húmedo brote,

La una planta y la otra cepa, son el pan y el vino.


"Nada era, dios lo quiso, la nada devino algo,

Dudé, busqué en qué se apoya el universo,

Nada guardaba el equilibrio y servía de sostén.


"Finalmente, con el peso del elogio y de la culpa,

Pesé al eterno, él llamó a mi alma,

Morí, adoré, yo no sabía ya nada más."


(Soneto atribuído a Saint Germain recopilado en Poèmes philosophiques sur l´Homme, Paris, Mercier, 1795; citado por CHARCONAC, p.260; la palabra "dios" aparece en minúscula.)

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