TEMA 15: NIETZSCHE Y EL IRRACIONALISMO.- TEMA 16: SARTRE Y EL EXISTENCIALISMO.


T15. NIETZSCHE  (1844-1900) Y EL IRRACIONALISMO.

 

 
 

"DE LAS TRES TRANSFORMACIONES"

Así Habló Zaratustra,  parte I (1883-1885)

 

Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño.  (…)
¿Qué es pesado?, así pregunta el espíritu paciente, y se arrodilla, igual que el camello, y quiere que se le cargue bien. (…)
¿Acaso no es humillarse para hacer daño a la propia soberbia, o hacer brillar la propia tontería para burlarse de la propia sabiduría? (…) .
Con todas esas cosas, las más pesadas de todas, carga el espíritu paciente: semejante al camello que corre al desierto con su carga, así corre él a su desierto. 

Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor en su propio desierto.
Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el gran dragón quiere pelear para conseguir la victoria. 

¿Quién es el gran dragón al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? "Tú debes" se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice "yo quiero" (…).
Crear valores nuevos,- tampoco el león es aún capaz de hacerlo; mas crearse libertad para un nuevo crear,-  eso sí es capaz de hacerlo el poder del león.  Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber, para ello, hermanos míos, es preciso el león (…).
Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?  Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí (…). Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño (…) ”.

Friedrich NIETZSCHE, Así habló Zaratustra, (1883-1885)

"De las tres transformaciones del espíritu”.


 

"VON DEN DREI VERWANDLUNGEN."

Also sprach Zarathustra

 

"Drei Verwandlungen nenne ich euch des Geistes; wie der Geist zum Kameel wird, und zum Löwen das Kameel, und zum Kinde zuletzt der Löwe (...)

Was ist schwer? So fragt der tragsame Geist, so kniet er nieder, dem Kameele gleich, und will gut beladen sein. (...)

Ist es nicht das: sich erniedrigen, um seinem Hochmut wehe zu thun? Seine Thorheit leuchten lassen, um seiner Weisheit zu spotten? (...)

Alles diess Schwerste nimmt der tragsame Geist auf sich; dem Kameele gleich, das beladen in die Wüste eilt, also eilt er in seine Wüste.

Aber in der einsamstem Wüste geschieht die zweite Verwandlung: zum Löwen wird hier der Geist, Freiheit will er sich erbeuten und Herr sein in seiner eignen Wüste.

Seinen letzten Herrn sucht er sich hier: feind will er ihm werden und seinem letzten Gotte, um Sieg will er mit del grossen Drachen ringen.

Welchen ist der grosse Drache, den der Geist nicht mehr Herr und Gott heissen mag? "Du-sollst" heisst der grosse Drache. Aber der Geist des Löwens sagt "ich will".

Neue Werthe schaffen -das vermag auch der Löwe noch nicht; aber Freiheit sich schaffen zu neuem Schaffen- das vermag die Macht des Löwen.

Freiheit sich schaffen, und ein heiliges Nein auch vor der Pflicht; dazu meine Brüder , bedarf es des Löwen.(...)

Aber sagt, meine Brüder, was vermag noch das Kind, das auch der Löwe nicht vermochte? Was muss der raubende Löwe auch noch zum Kinde werden?

Unschuld ist das Kind und Vergessen, ein Neubeginnen, ein Spiel, ein auch sich rollende Rad, eine erste Bewegung, ein heiliges Ja-sagen" (...)

 

Also sprach Zarathustra. Un damals weilte er in der Stadt, welche genannt wird: die bunte Kuh."

 

Friedrich NIETZSCHE, Also sprach Zarathustra , I, "Von den drei Verwandlungen" , Deutscher Taschenbuch Verlag GmbH&Co.KG, München (1988), páginas 29-31.

 




 

 

0.     PLANTEAMIENTO.

 

   ¿Cómo se puede vivir siendo completamente ateo? ¿Cómo se puede vivir no creyendo más que en el hombre y en la vida? La filosofía de Nietzsche parte de que “Dios ha muerto” y pretende sacar todas las consecuencias.

 

     La muerte de Dios significa que los hombres ya no pueden creer en el Cristianismo ni en ningún otro ideal.  ¿Qué se puede hacer más allá del nihilismo y del escepticismo? ¿Cómo se puede vivir más allá del todo vale, del no hay normas y del no hay verdad? 

 

1. BIOGRAFÍA DE NIETZSCHE.

(De Wikipedia, la enciclopedia libre)

 

"

Friedrich Wilhelm Nietzsche (AFI ˌfʁiːdʁɪç ˌvɪlɦɛlm ˈniːt͡ʃə) (Röcken, cerca de Lützen, 15 de octubre de 1844-Weimar, 25 de agosto de 1900) fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX.

Juventud (1844-1869)

"Friedrich Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, un pequeño pueblo de Sajonia-Anhalt, cerca de Leipzig. Su nombre proviene del rey Federico Guillermo IV de Prusia, en cuyo cuadragésimo noveno cumpleaños nació. Sus padres fueron Carl Ludwig Nietzsche (1813-1849), pastor luterano y preceptor privado en el ducado alemán de Sajonia-Altenburgo en Turingia, y Franziska Oehler (1826-1897). Su hermana Elisabeth Förster-Nietzsche nació en 1846, seguida por su hermano Ludwig Joseph en 1848. Tras la muerte del padre en 1849 y del hermano menor en 1850, la familia se trasladó a Naumburgo, donde vivió con su abuela materna y las hermanas solteras del padre bajo la protección de Bemhard Dächsel, un magistrado local.

"Después de la muerte de su abuela en 1856, la familia pudo permitirse tener casa propia. Durante este tiempo el joven Nietzsche asistió a un colegio de niños para luego trasladarse a un colegio privado, la prestigiosa escuela Pforta, donde se hizo amigo de Gustav Krug y Wilhelm Pinder, dos estudiantes pertenecientes a familias acomodadas. En 1854 comenzó a asistir al Domgymnasium en Naumburgo, pero, habiendo demostrado un talento especial para la música y el lenguaje, fue admitido en la reconocida Schulpforta, donde continuó sus estudios desde 1858 hasta 1864. Aquí se hizo amigo de Paul Deussen y Carl von Gersdorff. También encontró tiempo para la escritura de poemas y composiciones musicales. En Schulpforta, Nietzsche recibió una importante educación literaria, en especial en el estudio de los clásicos griegos y romanos, y por primera vez experimentó la carencia de su vida familiar en un pequeño pueblo de ambiente cristiano. Durante este período se encontró bajo la influencia del poeta Ernst Ortlepp.

"Después de su graduación en 1864, Nietzsche comenzó sus estudios en teología y filología clásica en la Universidad de Bonn. Por un breve período fue miembro de la Burschenschaft Frankonia junto a Deussen. Para disgusto de su madre, abandonó sus estudios de teología tras un semestre y comenzó los de filología con el profesor Friedrich Wilhelm Ritschl. Al año siguiente siguió al maestro a la Universidad de Leipzig. Allí entablaría una íntima amistad con el estudiante Erwin Rohde. Los primeros escritos sobre filología de Nietzsche serían publicados un poco más tarde.

"En 1865 se familiarizó con la obra de Arthur Schopenhauer. Al año siguiente leyó Geschichte des Materialismus (Historia del materialismo), de Friedrich Albert Lange. Ambas experiencias le resultaron muy estimulantes desde el punto de vista filosófico y, en consecuencia, comenzó a adentrarse en esta disciplina, superando su interés por la filología. En 1867 realizó un año de servicio militar voluntario con la división de artillería prusiana de Naumburgo. En marzo de 1868 sufrió un accidente ecuestre que lo excluyó del servicio militar y le permitió volver a dedicarse al estudio. Ese mismo año conoció a Richard Wagner, personaje fundamental en su desarrollo.

 

Profesor en Basilea (1869-1879)

"Gracias a Ritschl, Nietzsche recibió una oferta extraordinaria por parte de la Universidad de Basilea para convertirse en profesor de filología clásica antes de licenciarse, siendo así el profesor más joven de la universidad. En su trabajo filológico durante esa época cabe reseñar el descubrimiento de que el ritmo en la métrica poética de los antiguos dependía únicamente de la duración de las sílabas a diferencia de la métrica moderna basada en la acentuación.

"En 1869 la Universidad de Leipzig le concedió el doctorado sin examen ni disertación en mérito a la calidad de sus investigaciones. Inmediatamente la Universidad de Basilea lo nombró profesor de filología clásica y al año siguiente Nietzsche obtuvo la ciudadanía suiza y fue ascendido a profesor honorario.

"Después de trasladarse a Basilea, Nietzsche renunció a su ciudadanía alemana, manteniéndose durante el resto de su vida oficialmente sin nacionalidad alguna.[1] Sin embargo en agosto de 1870 obtuvo un permiso para servir en el bando prusiano durante la guerra franco-prusiana pero sólo como médico camillero ya que la neutral Suiza le impidió reclutarse como combatiente. Su paso por la milicia fue tan sólo de un mes, pero vivió múltiples experiencias. Allí fue testigo de los efectos traumáticos de la batalla. Contrajo difteria y disentería, enfermedades que le arruinaron la salud de por vida.

"De vuelta a Basilea ese mismo año, Nietzsche fue testigo del establecimiento del Imperio alemán y el auge de Otto von Bismarck, a quien veía como un extranjero y con escepticismo. En la universidad pronunció su discurso inaugural, Sobre la personalidad de Homero. En esta época conoció a Franz Overbeck, un profesor de Teología, cuya amistad conservó durante el resto de su vida. El historiador Jacob Burckhardt, cuyas lecturas Nietzsche analizaba frecuentemente, se convirtió en otro colega influyente. También durante este período leerá la obra del filósofo Max Stirner, cuya influencia será notable en él.[2]

"Nietzsche había conocido ya a Richard Wagner en Leipzig en 1868, y (algo después) a la esposa de Wagner, Cósima. Admiraba a ambos profundamente y, durante su estancia en Basilea, fue un asiduo invitado en la casa de los Wagner en Tribschen. Éstos lo introdujeron en su círculo más íntimo y le agradecieron la atención que dio al principio al Festival de Bayreuth. En 1870 regaló a Cósima Wagner por su cumpleaños el manuscrito de la primera versión de El origen de la tragedia.

"En 1872, Nietzsche publica su primer libro, El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música. Sin embargo el trabajo, en el cual siguió un preciso método filológico para estructurar toda su especulación filosófica radicalmente novedosa, no fue bien recibido entre sus colegas filólogos, incluido su profesor Ritschl. En el polémico panfleto Para una filología del futuro, Ulrich von Wilamowitz-Moellendorff criticó duramente el libro, lo que contribuyó, sin embargo, a aumentar su polémica notoriedad en los círculos filológicos y universitarios de Alemania. En respuesta, Rohde, por la fecha profesor en Kiel, y el mismo Wagner salieron públicamente en defensa de Nietzsche. Estos hechos remarcaron el aislamiento creciente que sentía dentro de la comunidad filológica, y por ello el filósofo intentó (infructuosamente) ganar la cátedra de Filosofía en Basilea.

"Entre 1873 y 1876, Nietzsche publicó separadamente cuatro grandes ensayos, David Strauss: El confesor y el escritor, Sobre el uso y el abuso vital de la Historia, Schopenhauer como educador, y Richard Wagner en Bayreuth (estos cuatro fueron más tardes recogidos y titulados, conjuntamente, Consideraciones intempestivas). Los cuatro ensayos compartían la orientación de una crítica general a la actualidad cultural alemana, en un intento por cambiar su rumbo, que Nietzsche preveía como esencialmente falso y equivocado. Comenzando en 1873, además, también acumuló notas que fueron publicadas más tarde como La filosofía en la época trágica de los griegos.

"Durante este periodo, en el círculo de los Wagner, Nietzsche conoció a Malwida von Meysenbug y Hans von Bülow, y también comenzó una amistad con Paul Rée, quien después de 1876 le influyó en la atenuación del pesimismo de sus primeros escritos. Sin embargo, debido a su decepción respecto al «fenómeno Wagner», y en concreto al Festival de Bayreuth de 1876, donde la banalidad de los actos y la vileza del público le repelieron, fue cada vez más insalvable la distancia del filósofo hacia este mundo.

"En 1879, después de un declive de salud, se vio forzado a abandonar su puesto como profesor. Desde su juventud, Nietzsche había padecido frecuentes momentos de debilidad generalizada, con épocas de carencia visual que rozaba la ceguera, fuertes migrañas y violentos ataques estomacales. Estas condiciones persistentes se agravaron quizá con su accidente a caballo en 1868 y las enfermedades de 1870, y continuaron afectándolo durante sus años en Basilea, forzándolo a tomar vacaciones cada vez más largas, hasta que le fue prácticamente imposible retomar el trabajo.





     
Richard Wagner
 
Ruptura con Wagner

"Con la publicación de Humano, demasiado humano en 1878, un libro de aforismos sobre múltiples temas, desde la metafísica hasta la moralidad y de la religión al sexo, la distancia de Nietzsche respecto a la filosofía de Wagner y Schopenhauer fue evidente. También su amistad con Deussen y Erwin Rohde se enfrió.

"Durante sus primeros años en Basilea se cocinó la ambivalente amistad de Nietzsche con Wagner, y aprovechó toda oportunidad para visitar a Richard y a su esposa Cósima. Nietzsche apreciaba a Wagner como un brillante apóstol catedrático, pero la explotación de motivos artísticos cristianos cada vez más acentuada, junto con su chovinismo y antisemitismo excederían lo que Nietzsche podría soportar.

"La composición de Parsifal, que Wagner concebiría más como un auto litúrgico para el Viernes Santo que como una ópera, ofendió profundamente la sensibilidad de Nietzsche. Aunque la gigantesca obra no sería estrenada hasta 1882, ya en 1878 la brecha entre los dos sería ineludible y definitiva.

 

 

Filósofo libre (1879-1888)

"Conducido por su enfermedad a encontrar climas más templados, Nietzsche viajó frecuentemente y vivió hasta 1889 como un autor independiente en diferentes ciudades. Estuvo muchos veranos en Sils Maria, cerca de St. Moritz, en la Engandina (extremo este de Suiza), y muchos otoños en las ciudades italianas de Génova, Rapallo y Turín, y la ciudad francesa de Niza. Ocasionalmente volvía a Naumburgo a visitar a su familia, y especialmente durante este período, él y su hermana tuvieron repetidos episodios de conflicto y reconciliación. Vivía de su pensión de profesor retirado de la Universidad de Basilea, pero también recibía ayuda de amigos.

"Un antiguo estudiante suyo, Peter Gast (seudónimo de Johann Heinrich Köselitz), llegó a ser su secretario privado. Hasta el final de su vida, Gast y Overbeck se mantuvieron como amigos en los que confiar. Malwida von Meysenbug mantuvo una conducta maternal incluso fuera del círculo de Wagner. Pronto Nietzsche contactó con el crítico musical Carl Fuchs.

"Nietzsche se encontraba en el principio de su mayor período productivo. A partir de Humano, demasiado humano en 1878, Nietzsche publicaría un libro (o su mayor parte) por año hasta 1888, su último año de escritura, durante el cual completó cinco. En 1879, Nietzsche publicó Opiniones y máximas mezcladas, lo que sugirió el aforismo de Humano, demasiado humano.

"En 1881 Nietzsche publica Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales, y en 1882 la primera parte de La gaya ciencia. Este año también conoció a Lou Andreas-Salomé a través de Malwida von Meysenbug y Paul Rée. Nietzsche y Salomé estuvieron el verano juntos en Tautenburg, a menudo con la hermana de Nietzsche, Elisabeth. Sin embargo, la visión que de Nietzsche tenía Salomé era más la de un amigo y compañero de discusiones lleno de genialidad, que el de una posible pareja. Él se enamoró de ella lo cual provocó una situación ambigua e incómoda entre los tres amigos, puesto que Rée a su vez se interesaba por Lou. Cuando Nietzsche le pidió que se casara con él, Salomé lo rechazó. Las relaciones de Nietzsche con Salomé y Rée se rompieron en el otoño de 1882-1883, en parte por las intrigas llevadas a cabo por su hermana Elisabeth. En paralelo a esta historia, Lou Salomé de vez en cuando mantenía correspondencia con Freud, introduciéndolo en el pensamiento de Nietzsche. En el proceso de aparición de nuevos síntomas de su enfermedad, aislado tras las discusiones con su hermana y su madre, y acosado por pensamientos suicidas, se marchó a Rapallo, donde en solo diez días, anticipados por dieciocho meses de incubación, escribió la primera parte de Así habló Zaratustra.

"Después de varias críticas filosóficas contra Schopenhauer y Wagner, Nietzsche mantuvo a pocos amigos. Ahora, bajo la impronta personalísima del Zaratustra sobre sus obras posteriores, su escritura resultó todavía más «intempestiva» y se lo leyó (poco) sólo en la medida en que pareciera adecuarse a las convenciones morales o intelectuales del momento. Nietzsche reconoció la situación y se obstinó en su soledad («las siete soledades»), incluso aunque a veces pareciera no resignarse a ella. Abandonó su plan a medio plazo de convertirse en un poeta público y reconocido, y siguió padeciendo los problemas consabidos con sus libros. Estos eran tan buenos como poco vendidos. En 1885, editó únicamente 40 copias de la cuarta parte de Así habló Zaratustra, y solo una pequeña parte fue distribuida entre sus amigos más allegados.

"En 1886, editó Más allá del bien y del mal. Con este libro y con la aparición entre 1886 y 1887 de segundas ediciones de sus trabajos tempranos (El nacimiento de la tragedia, Humano, demasiado humano, y La gaya ciencia), vio completado su trabajo y se esperanzó con que una oleada de lectores apreciara sus escritos. De hecho, el interés por Nietzsche aumentó en esta época, aunque esto fue apenas percibido por él.

"Durante estos años, Nietzsche conoció a Meta von Slaisk, Carl Spitteler, y también a Gottfried Keller. En 1886, su hermana Elisabeth se casó con el antisemita Bernhard Förster y viajó con él a Paraguay[3] para fundar una colonia alemana, un plan al que Nietzsche contestó con ironía. A través de la correspondencia se puede observar que la relación de Nietzsche con su hermana continuó por el camino que siempre había seguido de conflicto y reconciliación, pero no la volvería a ver en persona hasta después de su colapso.

"Nietzsche continuaba teniendo ataques frecuentes de enfermedad, lo que le imposibilitó para el trabajo continuo. En 1887, Nietzsche rápidamente escribió su polémica Genealogía de la moral. También intercambiaba correspondencia con Hippolyte Taine, y después también con Georg Brandes, quien al comienzo de 1888 desarrolló en Copenhague la primera lectura pública de la obra filosófica de Nietzsche y su estudio.

"En el mismo año Nietzsche escribió cinco libros basados en sus voluminosas notas, fruto de largo trabajo continuado, que en un principio pensaba reunir bajo el título de La voluntad de poder. Su salud pareció mejorar y aquel verano estuvo de buen humor. Pero hacia finales de 1888, sus escritos y cartas empezaron a revelar una sobreestimación patológica de su estatus y destino. Sobrevaloraba la respuesta creciente a sus escritos, sobre todo por la reciente polémica respecto a El caso Wagner.

"De octubre a noviembre de 1888 Nietzsche trabaja en la obra Ecce Homo (Cómo se llega a ser lo que se es) que no verá la luz hasta el año 1908 en una versión en la que el capítulo "Por qué soy tan sabio" no aparece siendo sustituido por otro capítulo escrito anteriormente que el propio autor descartó.[4]

El filósofo en la locura acunándose en una mujer, tal vez su madre
 
Demencia y muerte (1889-1900)

"El 3 de enero de 1889 Nietzsche sufrió un colapso mental. Ese día fue detenido tras, al parecer, haber provocado algún tipo de desorden público, por las calles de Turín. Lo que pasó exactamente es desconocido. La versión más extendida sobre lo sucedido dice que Nietzsche caminaba por la Piazza Carlo Alberto, un repentino alboroto que causó un cochero al castigar a su caballo llamó su atención, Nietzsche corrió hacia él y lanzó sus brazos rodeando el cuello del caballo para protegerlo, desvaneciéndose acto seguido contra el suelo. En los días siguientes, escribió breves cartas para algunos amigos, incluidos Cósima Wagner y Jacob Burckhardt, en las que mostraba signos de demencia y megalomanía.

"A su colega Burckhardt escribió: «He tenido Caiphas puestos. Además, el año pasado fui crucificado por los doctores alemanes de una manera muy drástica. Wilhelm, Bismarck, y todos los antisemitas abolidos».[5] El 6 de enero de 1889, Burckhardt mostró la carta a Overbeck. El siguiente día Overbeck recibió una carta reveladora semejante, y decidió que Nietzsche debería volver a Basilea. Overbeck viajó a Turín y trajo a Nietzsche a una clínica psiquiátrica en Basilea.

"Por ese tiempo, Nietzsche estaba enteramente sumergido en la locura, y su madre Franziska decidió llevarlo a una clínica en Jena bajo la dirección de Otto Binswanger. Desde noviembre de 1889 a febrero de 1890, Julius Langben intentó curar a Nietzsche, sentenciando que los métodos del doctor eran ineficaces para curar su condición. Langbehn asumió más y más control sobre Nietzsche. En marzo de 1890, Franziska sacó a Nietzsche de la clínica, y en mayo de 1890 lo llevó a su casa en Naumburgo.

"Durante este proceso, Overbeck y Gast contemplaban la idea de qué hacer con el trabajo no publicado de Nietzsche. En enero de 1889 se pusieron a planear la salida de El crepúsculo de los ídolos, por esa época ya impreso y atado. En febrero, ordenaron una edición privada de 50 copias de Nietzsche Contra Wagner, pero el editor C. G. Nauman en secreto imprimió 100. Overbeck y Gast decidieron publicar con reservas El Anticristo y Ecce homo debido a su contenido más radical.

"En 1893, Elisabeth Nietzsche volvió de Paraguay[3] después del suicidio de su marido. Leyó y estudió los trabajos de Nietzsche, y pieza por pieza tomó control sobre ellos y su publicación. Overbeck fue paulatinamente relegado al ostracismo, y Gast finalmente cooperó. Después de la muerte de Franziska en 1897, Nietzsche vivió en Weimar, donde fue cuidado por Elisabeth, quien permitió a la gente visitar a su poco comunicativo hermano. El 25 de agosto de 1900, Nietzsche murió después de contraer neumonía. Por deseo de Elisabeth, fue inhumado junto a su padre en la iglesia de Röcken.

"La causa del hundimiento de Nietzsche ha sido un tema de especulación y origen incierto. Un frecuente y temprano diagnóstico era una infección de sífilis, sin embargo, algunos de los síntomas de Nietzsche eran inconsistentes. Otro diagnóstico posible es un meningioma derecho retroorbital, un tipo de cáncer cerebral.[6] En su libro La lucha contra el demonio, Stefan Zweig presenta una psicobiografía sobre Nietzsche en que sitúa la etiología de su locura desde un ángulo puramente psicogénico.
 
 
1.1. LA FISONOMÍA DE NIETZSCHE: SEMBLANZA DE LOU ANDREAS-SALOMÉ.

("Friedrich Nietzsche en sus Obras", citado en Lou ANDREAS-SALOMÉ, Mirada Retrospectiva)

"Yo diría que este elemento oculto, el presentimiento de una callada soledad, era la impresión primera y fuerte por medio de la cual la figura de Nietzsche fascinaba. Al espectador fugaz no se le ofrecía nada de sorprendente; el hombre de mediana estatura, en su vestimenta extremadamente sencilla, pero también extremadamente cuidada, con sus rasgos tranquilos y el pelo castaño simplemente peinado hacia atrás, fácilmente podía pasar inadvertido. Las líneas de la boca, finas e intensamente expresivas, quedaban cubiertas casi por completo por un gran mostacho peinado hacia adelante; tenía una risa callada, una manera de hablar sin hacer ruido, y un modo de caminar cuidadoso, meditabundo que le curvaba un poco los hombros". "Incomparablemente hermosas y noblemente conformadas... eran en Nietzsche  las manos, de las cuales él mismo creía que revelaban su espíritu..." "De manera verdaderamente delatora hablaban también los ojos. Semiciegos, no poseían sin embargo nada del carácter atisbante, guiñador, involuntariamente impertinente de muchos miopes; parecían más bien como guardianes y custodios de sus propios tesoros, de sus secretos mudos, que no debía rozar ninguna mirada no autorizada. La visión deficiente daba a sus rasgos un tipo muy especial de encanto, por el hecho de que, en vez de reflejar las cambiantes impresiones exteriores, sólo reproducía aquello que por su interior pasaba." "Recuerdo que la primera vez que hablé con Nietzsche -fue un día de primavera, en la Iglesia de San Pedro en Roma- me sorprendió y confundió, durante los primeros minutos, la forma buscada y acabada que había en él". (Lou ANDREAS-SALOMÉ (1988), op.cit.,p.221)

 

1.2 "LA FOTOGRAFÍA DE NOSOTROS TRES"

"Muestra a Nietzsche y a Rée de pie junto a la lanza de una pequeña carreta de dos ruedas; Nietzsche tiene tomada la agarradera y mira a la distancia, mientras que Rée, apenas tocando la lanza y evidentemente sin relación íntima con el asunto, está vuelto hacia el espectador. Lou medio en cuclillas e igualmente vuelta hacia el espectador, sostiene en la mano izquierda enguantada, la rienda (cuerda) sujeta a los brazos laterales de los dos hombres, y en la derecha, desnuda, una muy improvisada y breve fusta, con la umbela de lilas artificiales en la punta; el trasfondo está formado por una bambalina con un árbol, un matorral y el Jungfrau [famoso pico montañoso de Suiza]. La expresión del rostro de Nietzsche podría interpretarse como visionaria, los de Rée y Lou apenas si revelan alegría. Por la artificiosidad de la fotografía de atelier, la yuxtaposición de desinterés (Rée), pose (Lou) y actitud de entrega a una imagen interior (Nietzsche), la fotografía resulta apenas divertida, antes bien grotesca e intranquilizadora" (Ibidem, p.222)

2. CONTEXTO DE LA OBRA  ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA (1883-1885)

(De Wikipedia, la enciclopedia libre)

 

"Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie[n. 1] (título original en alemán: Also sprach Zarathustra. Ein Buch für Alle und Keinen) es una obra escrita entre 1883 y 1885 por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche.

"La obra contiene las principales ideas de Nietzsche, expresadas de forma poética: está compuesta por una serie de relatos y discursos que ponen en el centro de atención algunos hechos y reflexiones de un profeta llamado Zaratustra, personaje inspirado en su tocayo fundador del Zoroastrismo. Compuesta principalmente por episodios más o menos independientes, sus historias pueden leerse en cualquier orden a excepción de la cuarta parte de la obra, pues son un cúmulo de ideas y relatos menores independientes que conforman un solo relato general.

Estructura de la obra

"La idea inicial de Nietzsche era estructurar el libro en tres partes, que vieron la luz a lo largo de 1883 y principios de 1884: el primer volumen fue escrito entre el 1 y el 10 de febrero, el segundo del 26 de junio al 6 de julio y el tercero entre el 8 y el 20 de enero. Tiempo después, en 1885, Nietzsche decidió editar una cuarta parte de Así habló Zaratustra, originalmente destinada a ser la primera parte de una nueva obra, Mediodía y eternidad, compuesta a su vez por tres volúmenes, que nunca llegó a completarse. Esta cuarta parte permaneció circunscrita al círculo de amistades del autor —que realizó una edición privada de 40 ejemplares— hasta su publicación en 1890. La obra completa en un volumen único, tal cual la conocemos en la actualidad, no fue publicada hasta 1892.[1]

"La primera parte de la crónica es una exposición de las opiniones fundamentales que se personifican en la vivencia literaria del profeta. Así hace su primera presentación del Übermensch ('superhombre' o 'suprahombre') y del anatema a las corrientes morales (en las que se incluyen las religiosas) de su época. En el desarrollo de la obra, la segunda y tercera parte se centran tanto en las conductas del personaje como el matiz histriónico de la doctrina. Zaratustra se hace más un profeta de «tablas nuevas» que un mero eremita que «da regalos a los hombres».

Temática

"Nietzsche se sirve de la figura de Zaratustra, donde es más bien un recurso literario ya que no representa al personaje histórico y sirve como el portavoz y símbolo de sus ideas principales sobre las que se asienta toda su obra y que son exhaustivamente tratadas a lo largo de este libro: la muerte de Dios, el Übermensch, la voluntad de poder y (definido por primera vez, aunque no desarrollado explícitamente) el eterno retorno de la vida.

"Se presenta como el profeta supremo, superior en sabiduría y conocimiento al resto de los humanos. Nietzsche lo emplea como contraposición a la doctrina de la Iglesia católica, a la que considera heredera de Sócrates en cuanto a la manera de entender la vida. Zaratustra fue escogido por el autor como ejemplo de la filosofía presocrática, para explicar su teoría del Übermensch (superhombre o suprahombre), vitalista y naturalista, y para reivindicar la aceptación de los aspectos negativos y positivos de la vida. En definitiva, para proponer una actitud de aceptación de la vida en su plenitud y negación del más allá, que en su opinión era la causa de la debilidad humana.

"Zaratustra es un ermitaño que vive recluido en la montaña, donde a lo largo de su retiro reflexiona sobre la vida y la naturaleza del hombre. Una vez siente que es el momento adecuado, decide regresar al mundo para comunicarle el fruto de su conocimiento. Esto queda patente al principio del prólogo con la frase:

Estoy hastiado de mi sabiduría como la abeja que ha recogido demasiada miel, tengo necesidad de manos que se extiendan.[2]

"En cierto modo, y como recursiva referencia a la Biblia y la tradición cristiana, presente a lo largo de toda la obra, Zaratustra es un mesías que lleva al hombre la noticia de su salvación; y al igual que Juan el Bautista anunció la llegada de Jesús, Zaratustra proclama el advenimiento del Übermensch.

"Es evidente desde el principio el parangón que Nietzsche hace de sí mismo proyectándose sobre la figura del profeta Zaratustra. Siente la necesidad de transmitir su conocimiento al mundo, para lo cual escribe un libro. Equivalentemente, en su afán comunicador, Zaratustra desciende de la montaña y se mezcla con el pueblo.

Muerte de Dios

"Aunque el argumento principal es el del Übermensch, Nietzsche considera la muerte de Dios un requisito previo a su concepción. En el capítulo De la virtud que hace regalos escribe:

Muertos están todos los dioses, ahora queremos que viva el superhombre.[2]

"La noticia de la muerte de Dios es la primera enseñanza de Zaratustra, metafóricamente el pilar sobre el que se sustenta la construcción del Übermensch. En el primer encuentro que Zaratustra mantiene apenas ha abandonado su retiro en la montaña, con el que resulta ser un religioso, se sorprende:

¡Será posible! ¡Este viejo santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto!.[2]

"La muerte de Dios supone el momento en que el hombre ha alcanzado la madurez necesaria para prescindir de un dios que establezca las pautas y los límites a la naturaleza humana, o sea, la moral. La moral va inextricablemente ligada a lo irracional, a las creencias infundadas (o más bien inferidas), es decir, a Dios en el sentido de que la moral emana de la religiosidad, de la fe axiomática, de la pérdida colectiva de juicio crítico en pos del interés de los poderosos y el fanatismo de la plebe. Valga decir que en la filosofía nihilista y en muchos autores que reciben esta catalogación, les sea digna o no, se dan esta clase de modelos conceptuales en los que se reducen o explican valores y nociones tradicionales bajo otros valores de categoría moral inversa como la razón, explicada por el instinto, la potestad de Dios encausada en la servidumbre del hombre, etc. Para Nietzsche la moral ha de ser sustituida por la verdad, es decir, el hombre al servicio de sí mismo, su naturaleza: entregado a la consumación de su propia existencia.

"Escribe Nietzsche en Ecce homo, acerca de este tema:

La autosuperación de moral por veracidad, la autosuperación del moralista en su antítesis, es lo que significa en mi boca el nombre Zaratustra.[3]

(Refiriéndose a Así habló Zaratustra) [...] nacido de la riqueza más íntima de la verdad, un pozo inagotable al que ningún cubo desciende sin subir lleno de oro y de bondad.[3]

 

Nietzsche y Zaratustra

"De entre todos los escritos de Nietzsche, es sin duda Así habló Zaratustra el que el autor tiene en más alta estima. Con él cree haber superado toda la literatura preexistente.

Entre mis escritos ocupa mi Zaratustra un lugar aparte. Con él he hecho a la humanidad el regalo más grande que hasta ahora ésta ha recibido. Este libro {...} no es sólo el libro más elevado que existe, {...} es también el libro más profundo, nacido de la riqueza más íntima de la verdad {...}.[3]

"Puede apreciarse, pues, la especie de naturaleza mesiánica que Nietzsche otorga al Zaratustra —«el regalo más grande que la humanidad ha recibido»—, precisamente a escasas líneas de haber escrito:

La última cosa que yo pretendería sería «mejorar» a la humanidad.[3]

"Esta ambivalencia, que algunos podrían interpretar como ambigüedad o contradicción, es característica de la obra nietzscheana y probablemente constituye un claro ejemplo de la ausencia de términos absolutos que preconiza el autor, los cuales habrían de ser la derivación necesaria de Dios y la moral.

"En Ecce homo, su especie de autobiografía, dedica a este libro un capítulo mucho más extenso que al resto, además de referenciarlo e incluso citarlo recurrentemente a lo largo de toda la obra.

Zaratustra: síntesis

"Entre las restantes obras de Nietzsche y este denso volumen en cuatro partes hay una gran diferencia de tono. El espíritu del estilo es poético. Asimismo muestra un elevado lirismo y una gran fantasía. No debemos olvidar que Nietzsche escribía frecuentemente poemas; y es de hecho considerado uno de los mayores escritores en lengua alemana.

"Con la misma intensidad que la atmósfera bíblica se advierteN aires orientales. El legendario profeta Zaratustra —el Zoroastro de los persas— no es elegido por casualidad. Sustentador de la moral del «bien» y del «mal» ha de venir ahora a destruirla, a hacerla entrar en el ocaso y la caducidad definitiva.

"El profeta legendario peregrina entre las páginas en medio de extrañas prédicas, acompañado de dos animales simbólicos: el águila y la serpiente. Extraños también son los personajes que se presentan desde el principio y deambulan con sus mensajes. El pueblo en el que Zaratustra predica en el prólogo del libro y al que vuelve en varias ocasiones más es llamado por Nietzsche «la vaca multicolor».

"Zaratustra fue históricamente el ordenador primario de los valores del bien y del mal. Ahora ha de ser el «transmutador de esos valores», en una nueva escala inédita en la historia de occidente. "No será el hombre el ejecutante. El hombre es algo que debe ser superado, porque es un «ocaso» y un «puente» que debe conducir al Übermensch.

"El Übermensch encarnará un nuevo tipo de hombre, del cual en la historia ha habido, en determinadas épocas brillantes y excepcionales, sólo «atisbos que lo bosquejaban». El Übermensch ha de ser un hombre desgajado de toda forma de «trasmundo», de todo paradisíaco más allá, de todo mundo celestial. Será fiel a la «tierra», lo que quiere decir, a su destino y a la realidad. La mediocridad de la moral occidental, vigente desde el triunfo del cristianismo, entrará en su definitivo ocaso.

"Dios deviene en una figura en extinción. Ya no sustentará falsos valores, escalas erróneas de valores. No uno sino todos los dioses se extinguirán y esa ausencia permitirá al hombre obtener su plenitud. Sólo vivirá la vida, y la vida es siempre, cuando no es acallada por la mentira y por la falsa moral, «voluntad de poder». Voluntad de más vida, que ama los hechos tal como son y busca la superación."

Cultura popular

·                 Richard Strauss se inspiró en esta obra para componer un poema sinfónico homónimo en 1896.

·                 La banda italiana Museo Rosenbach publicó en 1973 Zarathustra, un álbum conceptual inspirado en las ideas de Nietzsche, en especial de este libro.

Referencias

1.               Volver arriba ↑ Andrés Sánchez Pascual, prólogo a Así habló Zaratustra, Alianza Editorial.

2.               Saltar a: a b c F. Nietzsche, Así habló Zaratustra. Introducción, traducción y notas de Andrés Sánchez Pascual. Alianza Editorial.

3.               Saltar a: a b c d F. Nietzsche, Ecce homo. Prólogo, traducción y anotaciones por Andrés Sánchez Pascual. Alianza Editorial.

 

3. EXCURSUS LÍRICO COMO PRELUDIO ANTI-PEDAGÓGICO.

                    A continuación voy a permitirme reproducir un largo poema que escribí hace ya algunos años y que me gustaría compartir con vosotros. Este ex-curso o divagación respecto al hilo o discurso principal de nuestro tema, no entra en el examen, sobra decirlo.-  Pero creo que puede interesaros y ayudaros a entender algo del autor del Zaratustra pues expresa a su manera mis sentimientos hacia Nietzsche, un filósofo (él prefería llamarse "psicólogo" aunque en realidad era filólogo) con quien llevo conviviendo desde mi adolescencia. -Sé que no es muy lógico en unos apuntes de Historia de la Filosofía que el profesor empiece declarando su opinión -y hasta su odio- sobre Nietzsche.- En todo caso la opinión debería ser lo último. Eso dictan no solo la pedagogía sino el mero sentido común (el "menos común de los sentidos", según Descartes).- Pero también hay razones superiores a la razón, razones de la sinrazón contrarias a todo espíritu pedagógico. Por eso os lo copio aquí. Porque tal vez sea ese el mensaje de Nietzsche: Confiar en su sinrazón (?) . Copio este "poema casi en prosa" como homenaje al pensador Friedrich Nietzsche: desdichado casi siempre: Casi toda su vida enfermo y miope: Sin mujer, sin hijos, casi sin amigos: Sin lectores, sin trabajo...  Finalmente, -tras su crisis o brote psicótico de Turín  que le lleva al manicomio- ,  convertido durante doce años (de 1888 hasta su muerte en 1900) en un vegetal demente que a veces prorrumpe en frases esquizofrénicas e incomprensibles ("Yo no tiemblo a los pies de los caballos...").

 

                    Es un homenaje que yo hago al filósofo que me llevó a estudiar Filosofía cuando tenía, como vosotros ahora, cerca de 18 años. -Disculpad mi atrevimiento y que Nietzsche, autor de El Anticristo, descanse en paz.

 

 

FILÓSOFO EN LA LOCURA

 
Nietzsche de joven


 

Llegó a decir de sí mismo

que ya no era un hombre

sino dinamita.

 

- ¡Qué tontería! Eras un hombre,

eras un hombre... Y sin embargo

no deja de ser verdad

que divides en dos la historia occidental.

 

(Igual que Diego Armando MARADONA

la del foot-ball).

 

Por supuesto que vio

en su hora más solitaria

el error del siglo XX

(y, tal vez, más allá, más allá...:

del nuestro (el XXI) pues somos

Los Últimos Hombres, en efecto.

 

Era el alemán más sabio de su tiempo

totalmente entregado

a las fantasías

semi-homosexuales

del Frenético Lysios en Eleusis;

no de Paphos ni de Gnido.

 

Era el alemán mejor de su tiempo.

Eras el alemán mejor de tu tiempo.

Eras un poco mejor que

Richard Wagner;

menos perfecto que Goethe,

menos rebelde que Heine,

menos sabio que Jacobi,

menos bello que Novalis

o Hoffmannstahl; no eras Hegel.

Pero ellos estaban muertos.

 

Todavía no habíais hecho

lo de Auschwitz1. Escucha,

lo que (no) están perdiendo

los alemanes : la Bestia Rubia

que tú ensalzabas en cantos:

 

Nazis todos a poco que rasques:

Los que se casan con una cubana turca

y lamentan los brotes neonazis

de los jóvenes de las afueras de Dublín

son los más peligrosos:

Racistas reprimidos

al límite de la psicopatía.

Como les ponen las negras

preparan ya otro Matthausen.

 

La están peinando.

A la Cuarta Guerra Mundial

La están cardando...

 

Y tú igual, hijo de cura:

La preparabas: ¿No queríais

volveros irracionales?

Escribías en los márgenes

y en los espacios en blanco

de tus tratados teológico-poéticos

en sentido extra-moral

y todo eso: "Dios ha muerto".

"Y con Él han muerto todos los ideales".

 

Pero Dios no puede morir,

so loco,

¿no te das cuenta?

Dios ha muerto, nosotros lo hemos

matado, cómo podremos consolarnos

del crimen, nosotros los hiperbóreos

et caetera.

 

Julio César Llanos a sus 20 años

simulaba leer el Zarathustra

cuando llegábamos a su casa.

- Estábamos enfermos, intoxicados

por la maldición contra el Cristianismo

en las agonías

del primer amor truncado.

 

-Está claro, como dijo

el amigo Juan Villalba,

que lo tuyo es una abominación

del padre, de tu padre

(aunque Juan lo dijo mejor;

No lo dijo así):

Dios ha muerto con tu padre.

 

Y hablabas sabiamente

contra los ideales ascéticos

y "los héroes del teatro del espíritu".

Y seguías diciendo

-tenías carrete para rato-

que sólo creerías

en un Dios que bailase

(y Kṛṣṇa baila, danza Hari).

 

Soñabas no sé dónde,

en tus libelos,

que Dios es el gran bromista.

- ( Y asocio los Merry Christmas

a la Estrella de Bethelem

y al nombre de Radha- Krishna.

 

La Navidad, Fritz,

dícese del Misterio del Nacer

del Niño Ungido: IesusXto.

 

No es preciso explicarlo

al hijo del pastor

que perdió a su padre

de niño, Fritz, de niño...)

 

(Y ojalá pueda yo algún día

pisar Yerusalem

y bautizarme en Jordán

y bañarme y ser curado

en piscinas de Bethsaida,

renacer en Nazareth. Y ojalá)

(Caminos por los que anduvo

alguna vez, el Señor; yo, algún día).-

 

Pero, señor Nietzsche, Vd.,

usted...

 

Todo su saber ser le había hastiado

allá arriba en la montaña,

su águila y su serpiente

pero baja a la ciudad,

(a la Vaca de Colores en tu jerga)

y ¿qué demonios enseña?

Espíritu de la Pesadez

(que a veces me apodaba

el amigo inmoralista J.B.),

 

Espíritu de la pesadez,

a veces estabas

de un humor anacreóntico

y en tus librejos

sacabas tus juguetes -fetiches-

sacos-de-boxeo favoritos:

Papá el Pastor estaba muerto

(más muerto que Dios

porque Dios no existía

y si no existía

no puede morir.)

 

Te estabas volviendo taraja,

majara, tarumba , un venado de verdad

por aquello que ocurrió

en el gabinete con Esmeralda,

la cocotte bordelique del Dr. Phaustus...

Veías y oías cosas

que te partían el corazón:

un caballo recibiendo latigazos...2

 

¡Oh León de la Egandina,

el de oídos muy pequeños

para cosas inauditas,

único filósofo desde Heráclito!

(¿No exagera Vd. un poco?),

muchos amigos míos han sido transtornados

por el falso brillo de tus aforismos o epigramas,

chillidos y ladridos, martillazos y maldiciones,

esprit de finesse y brutalidad teutománica,

ácidos espumarajos

de tus múltiples librejos.

 

Tú sí que eras

"un héroe del teatro del espíritu",

ibas de catedrático-prodigio, de genio

(¿No era este el colapso post-romántico

por el que suspiraste tanto?

Ahí lo tienes:

Vas a ser muy famoso, Fritz,

¡¡muy famoso!!,

mucho más de lo que te has imaginado...

 

Pero en cambio

¿quién demonios

va a besarte

con semejante bigotes?

- Hombre del resentimiento,

te convertiste en lo que más aborrecías...

 

-Ya se me va pasando, herr  Nietzsche

esta... suerte de ira que siento

(mezclada con

"otras condiciones fisiológicas

del juicio de sentimiento").

Esta aversión extrema que siento

por su alma, sus libros, su cuerpo.

 

Crespo cuerpo

- de  bigotes no besados

ni en cabaña,

ni en montaña

ni en el lago,-

está muerto, muerto, muerto

mientras que Yo no estoy muerto.

 

 

1Todos éramos mejores.

 

2 Y tú le hablabas en italiano

y bailas sobre el piano

y ahora ya das miedo, Fritz,

esto -tu muerte cerebral-

va a ser menos duro

de lo que te habías imaginado...

 

 

 

4. CONTEXTO HISTÓRICO DE NIETZSCHE

 

    “La influencia romántica en Nietzsche la encontramos en aspectos de su filosofía como el interés y valoración de la cultura griega, la ponderación del individuo, especialmente de los más destacados y heroicos, frente a la universalidad ilustrada. Igualmente se percibe el influjo romántico en el hecho de entender la verdad como algo subjetivo, como producto humano, o en la valoración de la imaginación del artista y su libertad. También hay una reminiscencia del citado movimiento en la consideración de la naturaleza como algo vivo. La rebelión de Nietzsche contra lo infinito y lo absoluto, tiene, asimismo, raíces románticas. Pero lo que posiblemente más influyó en Nietzsche es la suplantación de la razón por lo irracional a la hora de conocer la realidad: la imaginación, la intuición y los sentimientos fueron colocados en primer plano por los románticos, frente al racionalismo ilustrado. Esto explica su admiración por Schopenhauer (1788-1860) y algunas conexiones con Kierkegaard (1813-1855)“. (Sergio RÁBADE (coord.) Historia de la Filosofía , libro de texto, p. 362)

 

       Las múltiples  influencias del romanticismo a través de las ideas musicales de Wagner son obvias en el primer Nietzsche, el del Origen de la Tragedia (periodo romántico o de “Filosofía de Artista”). El mismo Nietzsche se encarga en sus autobiográficos de agradecer y de admirar la figura de Schopenhauer como educador. Más como tipo humano de filósofo que por sus tesis. Sin embargo parece obvio que la voluntad de poder de Nietzsche le debe mucho al autor de El Mundo como Voluntad y Representación: Schopenhauer:  La cosa-en-sí es la voluntad de ser según  Schopenhauer mientras que  Nietzsche dice que es  la voluntad de poder. En lo que no parecen coincidir es en la ética: porque Schopenhauer sueña con una anulación del deseo semejante al nirvana búddhico mientras que Nietzsche no parece creer en la afirmación psicológica según la cual un aumento de la voluntad o del deseo (de las “necesidades”) conduce a un mayor estado de sufrimiento.

 

        En cuanto al filósofo existencialista danés  Kierkegaard (el autor del Diario de un Seductor,  El Concepto de Angustia y de Temor y Temblor) coincide con Nietzsche en la necesidad de crear una nueva moral al margen de cualquier código impuesto por una instancia exterior. También es un defensor del irracionalismo en cuanto recuerda que en momentos de crisis, cuando todo se derrumba y nos invade la angustia nos agarramos a Dios aunque no sea racional. - Miguel de Unamuno (1864-1936) tomará mucho de Kierkegaard para su Sentimiento Trágico de la Vida.

 

        Wilhelm Dilthey (1833-1911) coincide con Nietzsche en la importancia que otorga a las vivencias, a la psicología y a la poesía. Diferencia la explicación propia de las ciencias de la naturaleza, de la comprensión requerida por los fenómenos que estudian las ciencias del espíritu (ciencias humanas o ciencias sociales como la Psicología, la Sociología o la Historia). Este afán hermenéutico, interpretativo también está presente en Nietzsche.

 

 

 

 

5. PERIODOS Y OBRAS PRINCIPALES

 

  1º) Periodo romántico (“Metafísica del Artista”): Oposición  Apolo-Dionisos. Influencia de Wagner y Schopenhauer (1788-1860). Exaltación del arte. Antirracionalismo. La figura del genio, del “espíritu libre” como ideal . El Nacimiento de la Tragedia (1871). Consideraciones Intempestivas (1873-1876). “Verdad y Mentira en Sentido Extramoral”.

 

    2º) Periodo ilustrado o positivista: Abandono de la visión romántica del arte. Ruptura con Wagner. Enfermedad y jubilación. Comienza la vida de filósofo errante”. Filosofía del desenmascaramiento. Explicaciones psicológicas ab inferiori (= desde lo inferior, lo demasiado humano). Se aproxima a la visión de los ilustrados por su escepticismo y sus críticas. Humano, demasiado Humano (1875-1880).

 

     3º) Filosofía del Mediodía (Zaratustra): Parte positiva de su pensamiento. Voluntad de poder. Eterno retorno. Übermensch (ultrahombre, superhombre). Así habló Zaratustra (1885 en adelante).

 

      4º) Periodo crítico ( o Filosofía del martillo): Necesidad de la destrucción de la religión, la filosofía y la moral. Filosofar a martillazos para comprobar si los “ídolos” tienen o no consistencia. Más allá del Bien y del Mal (1886), Genealogía de la Moral (1887),  El Anticristo (1888). Crepúsculo de los Ídolos ( 1888)  La Voluntad de Poder (incompleta y póstuma).

 

     A  partir de 1889 cae en la locura y en diversas extravagancias.  Se hace cargo de él su hermana hasta su muerte en 1900. Nunca recuperó la razón. Mientras su fama crece en Europa en alas de artistas como Strindberg, Thomas Mann,  Stephan Zweig y muchos otros, él permanece en la inconsciencia.   

 
Baco-Dionisos
 

6. LA DESTRUCCION DE LA TRADICIÓN OCCIDENTAL. LA MUERTE DE DIOS.

 

          La obra filosófica de Nietzsche comienza con El Nacimiento de la Tragedia (1871) que a primera vista se presenta como un estudio filológico sobre los orígenes de la tragedia griega pero que en realidad va mucho más allá de eso: se trata de una metafísica de artista; es decir, de una meta-física cuyo "órgano" -herramienta o método- y expresión es el arte:

 

          El arte griego estaba basado en el antagonismo de dos figuras: Apolo y Dioniso (Baco para los romanos). Si lo apolíneo es lo racional, lo figurativo, lo que tiene un orden y una medida, la luz, la claridad, la belleza, la individualidad, el "ensueño" (parecido al concepto de lo Bello en Kant);  lo dionisíaco representa todo lo contrario: lo irracional, lo musical, lo que desborda todo orden y medida, la obscuridad, el horror, la fealdad, la pérdida de la individualidad, la "embriaguez" (semejante a la noción kantiana de Sublime).

 

          "Si hay un arte apolíneo y un arte dionisíaco, es sólo porque lo apolíneo no tiene lugar de otro modo que como el ensueño surgido del horror radical, como la visión luminosa del mártir atormentado, y porque lo dionisíaco lleva en sí la necesidad de plasmarse en imagen" (Martínez Marzoa, op. Cit., p. 378).

 

          Pero lo apolíneo y lo dionisíaco son algo más que dos tendencias o impulsos artísticos: son las dos potencias fundamentales de la naturaleza ("naturaleza" no como la totalidad de los entes naturales sino como la fuerza única del surgir y del brotar (phýsis)). La Naturaleza es el arte originario: el caos que se da a sí mismo una figura ordenada, el tormento que crea su propio sueño. El arte humano solo imita a la naturaleza en este arrancarse al ocultamiento.

 
Apolo de Praxíteles


          Cuenta Nietzsche que cuando el rey Midas preguntó a Sileno (compañero de Dioniso) qué cosa era preferible a todas las demás, Sileno contestó: "Miserable raza de un día, hijos del azar y la fatiga, ¿por qué me fuerzas a decirte aquello cuya ignorancia sería para ti lo más valioso? Lo mejor de todo es para ti totalmente inalcanzable: no haber nacido, no ser, ser nada. Lo segundo es -morir pronto."

 

-"¿Cómo se comporta con relación a esta sabiduría popular el mundo de los olímpicos?" -Comenta Nietzsche-. "Como la visión extática del mártir torturado se comporta con relación a sus tormentos.

 

          "Ahora se nos abre el mágico monte del Olimpo y nos muestra sus raíces. El griego conocía y sentía los terrores y espantos del existir; para poder simplemente vivir, hubo de poner delante de ellos el brillante ensueño de los olímpicos" (Friedrich Nietzsche, El Nacimiento de la Tragedia, 3). - El mundo apolíneo se inventó por pesimismo, por nihilismo, por huir del espanto de la vida. Pero durante un tiempo los griegos lograron mantenerse equilibrados y tuvieron, por así decir, un doble cerebro racional (apolíneo) y a la vez frenético (dionisíaco). Solo a partir de Sócrates se empezará a considerar bueno solamente a lo apolíneo, tachando el torrente de vida dionisíaco de pecado.

 

Nietzsche se considera el sucesor de Heráclito: Todo fluye, la guerra es la progenitora de todas las cosas. Acusa a Sócrates y a Platón de haber inventado un trasmundo para paralizar la vida y creer que hay unos valores trascendentes. El cristianismo habría retomado estas ideas y las habría hecho religiosas: un más allá con un Dios que premia y castiga. Kant con su distinción  entre fenómeno y cosa-en-sí habría seguido la misma línea. La ciencia moderna también. Toda la tradición metafísica occidental es un error:

 

                            " Historia de un error

 

1. El mundo verdadero, alcanzable para el sabio, para el piadoso, para el virtuoso,-éste vive en él, es él.

          (La forma más antigua de la idea, relativamente cuerda, simple, convincente. Transcripción de la tesis `Yo, Platón, soy la verdad´).

 

2. El mundo verdadero, inalcanzable por ahora, pero prometido para el sabio, para el piadoso, para el virtuoso (`para el pecador que hace penitencia´).

          (Progreso de la idea: se hace más sutil, más insidiosa, más inasible -se hace mujer, se hace cristiana...).

 

3. El mundo verdadero, inalcanzable, indemostrable, no prometible, pero, ya como pensado, un consuelo, una obligación, un imperativo.

          (En el fondo el viejo sol, pero a través de niebla y skepsis; la idea devenida sublime, pálida, nórdica, königsbergiana).

 

4. El mundo verdadero -¿inalcanzable? En todo caso no alcanzado. Y, como no alcanzado, también no conocido. Por lo tanto, no consolador, no liberador, no obligatorio: ¿a qué podría algo desconocido obligarnos?...

          (Mañana gris. Primer bostezo de la Razón. Canto del gallo del positivismo).

 

5. El `mundo verdadero´ -una idea que ya no sirve para nada, que ya no obliga - una idea que ha llegado a ser inútil, superflua, por lo tanto una idea refutada: ¡eliminémosla!

          (Día claro; desayuno; retorno del bons sens y de la serenidad; rubor de Platón; diabólico alboroto de todos los espíritus libres).

 

6. Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo queda?, ¿quizás el aparente?... ¡No! ¡con el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente!

          (Mediodía; instante de la sombra más corta; final del más largo error; punto más alto de la humanidad, INCIPIT ZARATHUSTRA)." [ =Aquí empieza Zaratustra]

 

(Friedrich Nietzsche, Crepúsculo de los Ídolos (1889), "Cómo el mundo verdadero acabó por devenir una fábula")

 

Según Nietzsche no hay otro mundo más que el aparente, el más acá. No hay más valores ni normas morales que los que el hombre se crea. El mundo no tiene sentido. El Tiempo “es un niño que juega a los dados”,  un niño que juega, que hace castillos de arena y luego los destruye. ¿En qué se puede creer entonces? En la vida. ¿Qué será valioso? La salud.

 

¿Por qué inventaron Sócrates y Platón el reino de las ideas, del ser permanente? Porque eran minusválidos del instinto incapaces de soportar la inseguridad vital y el devenir. Sentían menosprecio hacia la vida. Eran unos decadentes opuestos al espíritu trágico de los griegos.

 

Los cristianos movidos por el mismo espíritu de venganza  (hombres del resentimiento) representan la moral de los plebeyos, de los esclavos frente a la moral de los señores. Para ellos todo lo que potencia la vida –cuerpo, voluptuosidad, orgullo, fuerza, ambición, instinto, pasiones- es malo. Y es bueno todo lo enfermizo: la humildad, la miseria, el dolor, la pobreza de espíritu, el sacrificio. Así se obró una transvaloración de los valores por la cual  “lo bueno” de la moral de la época trágica de los griegos pasó a ser acuñado como “malo” a partir de Sócrates y “lo bueno” (sinónimo de excelente en la antigua forma de valorar) pasó a considerarse “malvado”.

 

La ciencia moderna obedece a impulsos parecidos. Cree como Sócrates en un trasmundo de verdades permanentes pero detrás de ellas no hay más que voluntad de poder: la ambición de hacer el mundo inteligible cuando en realidad no se deja captar por los conceptos. Todo concepto es en cierta forma una mentira. En una ley de la naturaleza sólo podemos conocer lo que aportamos. No hay hechos; sólo interpretaciones. Además las ciencias no pueden decirnos una sola palabra sobre nuestra vida y son las mejores servidoras del Estado.

 

El desarrollo de la historia ha desenmascarado todos los idealismos. Esto es la muerte de Dios, el nihilismo. Nietzsche se pregunta qué hacer. (El mundo suprasensible ha perdido su función y su credibilidad; el hombre está sin brújula: eso es el nihilismo).

 

 

 

7. LA VOLUNTAD DE PODER. EL ETERNO RETORNO. EL ULTRAHOMBRE

 

¿Cómo se puede vivir después de la muerte de Dios? Según  Nietzsche, aceptando el impulso más fuerte del ser humano: la voluntad de poder. Esta sed de dominio es por un lado la tendencia a superarse siempre a uno mismo y por otro el afán de dominar a los demás. Incluso detrás de comportamientos aparentemente no egoístas como el ascetismo, la ciencia o la caridad se esconde esta voluntad de poder.

 

La voluntad de poder es también la esencia del mundo: todo lo viviente tiene la propensión a desarrollarse máximamente a costa de los demás.

 

Como Dios ha muerto y con él todos los valores trascendentes, ahora lo único sagrado será la vida, la tierra, lo que da salud al hombre. El hombre fuerte es el que se da cuenta de que detrás de todo sistema de valores y de todo saber, está la vida, es decir, la sed de dominio. Esto dará lugar a una forma heroica y trágica de vivir que es capaz de mirar lo más horrible y lo más bello de la existencia, el mundo como el juego de un niño. El hombre fuerte es el que acepta y conoce la voluntad de poder como impulso fatal del hombre y del universo (ejemplos de hombres fuertes: primero  fueron los genios artísticos, luego Napoleón, Cesar y otros). Crea sus propios valores y convierte su vida en un experimento.

 

Algo que debe asumir este hombre que conoce la voluntad de poder es su caducidad, su mortalidad. En conexión con este aceptar la propia finitud plantea Nietzsche su idea más oscura: el hombre debe amar su vida de tal manera que desee vivirla infinitas veces de manera idéntica hasta en sus detalles.

 

"El más pesado peso.- Qué ocurriría si un día, o una noche, un demon se deslizase en tu más solitaria soledad y te dijese: ' Esta vida, tal como ahora la vives y la has vivido, tendrás que vivirla una vez más e innumerables veces más; y no habrá nada nuevo en ella, sino que cada dolor y cada placer  y cada pensamiento y cada suspiro y todo lo indeciblemente pequeño y lo indeciblemente grande de tu vida ha de retornar para ti, y todo en la misma serie y sucesión -e incluso esta araña y este claro de luna entre los árboles, e incluso este instante y yo mismo. El eterno reloj de arena de la existencia es siempre de nuevo vuelto -¡y con él tú, partícula de polvo entre el povo! '- ¿Te arrojarías al suelo, rechinando de dientes, y maldecirías al demon que te hablaba así? O has vivido un enorme instante en el que le responderías: ' Tú eres un dios y jamás he oído nada más divino! ' Si aquel pensamiento adquiriese poder sobre ti, a ti, tal como tú eres, te transformaría y, quizás, te aplastaría; ¡la pregunta '¿quieres tú esto una vez más e innumerables veces más?', a propósito de todo y de cada cosa, estaría como el más pesado peso sobre tu actuar! O ¿cómo tendrías que estar a bien contigo mismo y con la vida para no aspirar a nada más que a esta última, eterna confirmación y sanción? "

 

 (Friedrich Nietzsche, La Gaya Ciencia, libro IV, penúltimo parágrafo)

 

 Visto así el eterno retorno es una hipótesis con significado ético: En vez de un más allá unido a un tiempo lineal, debemos desear una repetición eterna de nuestra vida del más acá. Sin embargo Nietzsche plantea esto también como una concepción cosmológica: La materia y la fuerza del universo son finitas; en cambio, el tiempo es infinito; en un tiempo infinito se deben repetir innumerables veces las mismas vidas igual que si lanzamos cuatro dados infinitas veces se producirán determinadas combinaciones infinitas veces. Con ello, resulta imposible escaparse por completo de la vida. Se eterniza lo perecedero. (La idea del eterno retorno en parte contraría a la voluntad de poder con su tendencia a la autosuperación).

 

Según  Nietzsche el hombre no es más que un puente hacia el superhombre (ÚberMensch = ultrahombre, según algunos intérpretes). Nietzsche a veces presenta a éste como una especie evolucionada a partir del homo sapiens al igual que el ser humano lo es respecto al mono (con frecuencia Nietzsche recurre a toques darwinistas en su filosofía). Lo que es seguro es que el superhombre es el ser que sabe la idea del eterno retorno y la asume pues esta idea produce la transformación decisiva de la existencia. El superhombre es el hombre fuerte, el hombre creador, el que no tiene fe en nada sobrehumano, no respeta más valores que los que él mismo se dicta, se ríe de las pretendidas verdades de la ciencia y la filosofía, comprende el mundo mediante metáforas, soporta la inseguridad mejor que nadie, posee un egoísmo pródigo, no se engaña respecto a la voluntad de poder, permanece fiel a la tierra, entiende la vida como un juego, desprecia el igualitarismo y la compasión, no desea un trasmundo. Es decir, constituye el perfecto anticristiano, el ateo por excelencia. El hombre posterior al nihilismo.

 

Sin embargo Nietzsche nunca hizo una caracterización clara del superhombre. En parte porque su filosofía positiva se expresa de forma poética (Zaratrusta). Quizás porque no fue capaz de decir cómo viviría el superhombre, de traducir su filosofía a un proyecto existencial.

 

 


 
Osho Rajneesh Bhagvan , avatar espiritual del siglo XX, el "Wittgenstein de las religiones",
para otros gurú del sexo

 

8. COMENTARIO DEL TEXTO DE LAS TRES TRANSFORMACIONES POR OSHO.

(Extracto de Osho, Zarathustra. Un Dios que puede bailar (1961); pp.106 a 118 de la edción en castellano de 1997)

 

- ”Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño.  (…)


 

          "Zarathustra divide la evolución de la conciencia en tres símbolos: el camello, el león y el niño.

 

          "El camello es una bestia de carga, listo para ser esclavizado, nunca rebelde. Nunca puede decir que no. Es un creyente, un seguidor, un esclavo fiel, esto es lo más bajo en la conciencia humana. El león es una revolución. El comienzo de la revolución es un 'no' sagrado.

 

          "En la conciencia del camello hay siempre necesidad de alguien que guíe, y alguien que le diga: "Debes hacer esto". Necesita los diez mandamientos. Necesita todas las religiones, todos los sacerdotes y todas las escrituras sagradas porque no puede confiar en sí mismo, no tiene coraje ni anhelo por la libertad, es obediente.

 

          "El león es un anhelo por la libertad, un deseo de destruir todas las prisiones, el león no necesita ningún líder; es suficiente para sí mismo. No permitirá que nadie le diga: 'Tú debes', eso es un insulto para su orgullo, sólo puede decir 'Yo quiero'.

 

          "El león es responsabilidad y tremendo esfuerzo por librarse de todas las cadenas. Pero ni aún el león es la cima más alta del crecimiento humano, la cima más alta es cuando el león atraviesa una metamorfosis y se vuelve un niño. El niño es inocencia, no es desobediencia, no es creencia, no es incredulidad, es pura confianza... es un "sí" sagrado a la existencia."

 

 (...) "Y solamente después del león, después del Gran No... el Sí sagrado de un niño es posible.

 

"El niño dice sí, no porque tenga miedo, dice sí porque ama, porque confía. Dice sí porque es inocente; no puede concebir que sea engañado... su sí es tremenda confianza... no proviene del miedo, proviene de la profunda inocencia; lo que yo llamo divinidad.

 

"Zarathustra de algún modo tiene un gran principio: 'Dios ha muerto y el hombre es libre por primera vez', con Dios allí el hombre nunca puede ser libre, puede ser políticamente libre, puede ser económicamente libre, puede ser socialmente libre, pero espiritualmente permanecerá siendo un esclavo y permanecerá siendo como una marioneta.

 

(...) "Es a causa de esto que Gautama Buda, Mahavira y Zarathustra, tres grandes profetas del mundo han negado la existencia de Dios. Te sorprenderá, su argumento para negar a Dios es un argumento muy extraño, pero muy significativo. Ellos dicen: 'Mientras Dios esté allí, el hombre no tiene posibilidad de tornarse totalmente libre'.

 

"La libertad del hombre, su dignidad espiritual depende de que no haya Dios (...) Zarathustra usa un lenguaje muy fuerte, es un hombre de lenguaje fuerte, él llama a Dios 'El Gran Dragón'.

 

(...) "Todas las religiones, todas las religiones principales, están incluidas en el dragón. Todas ellas dicen que todos los valores han sido creados, no hay necesidad de que tú decidas nada. Todo ha sido decidido para ti por personas que son más sabias que tú. No hay necesidad de 'Yo quiero'.

 

(...) "¿Se les ha ocurrido alguna vez a los hindúes, a los cristianos, a los budistas o a los mahometanos, la idea de libertad? No. Dicen todos a una sola voz: 'Todo ha sido ya decidido. Simplemente debemos seguir. Y aquellos que siguen son virtuosos y aquellos que no siguen caerán en los fuegos del infierno por toda la eternidad'.

 

(...) "El niño es el pico más alto de la evolución en lo que concierne a la conciencia. Pero el niño es sólo un símbolo; no significa que los niños sean el estado más alto del ser, un niño es usado simbólicamente porque es cognoscible. Es inocente, y porque es inocente está lleno de admiración, y porque sus ojos están llenos de admiración, su alma ansía lo misterioso. Un niño es un comienzo, un juego, y la vida debería ser siempre un comienzo y siempre un juego; siempre una risa y nunca seriedad.

 

(...) "Recuerda que estás donde está el camello, recuerda que tienes que moverte hacia el león, recuerda que no tienes que detenerte en el león, tienes que moverte aún más lejos, a un nuevo comienzo, a la inocencia y al sí sagrado: al niño.

 

"El real sabio se torna nuevamente un niño... el círculo es completo: del niño al niño nuevamente. Pero la diferencia es grande. El niño, como tal, es ignorante. Tendrá que pasar por el camello, por el león y regresar al niño; y este niño no es exactamente el antiguo niño, porque no es ignorante. Se ha movido a través de todas las experiencias de la vida: la esclavitud, la libertad, un sí impotente, un no feroz, y aun así ha olvidado todo eso.

 

"No es ignorancia sino inocencia... el primer niño era el comienzo de un viaje... la segunda infancia es la terminación del viaje."

 

 

 
Gianni Vatttimo
 

9. LAS INTERPRETACIONES SOBRE NIETZSCHE

( Extraído de Gianni VATTIMO, Introducción a Nietzsche).

 

Por su oscuridad, por su carácter asistemático y metafórico, por la fascinación de su biografía, por su final trágico, Nietzsche  ha sido variadamente interpretado.

 

Al principio influyó sobre todo a los artistas: “de Kafka a Musil, de Rilke a Thomas Mann, de Strindberg a Gide” (Vattimo, obra citada, pág. 152).

 

En 1931 A.Baeumler (Nietzsche, Der Philosoph und Politiker) inició la interpretación nazi. Es cierto que hay temas que lo propiciaban: desprecio del igualitarismo, exaltación de la fuerza y la salud, odio a la mentalidad judeocristiana, inmoralismo, rechazo de la compasión. Los nazis lo convirtieron en su filósofo. También es cierto que algunos anarquistas lo retomaron como padre espiritual de sus perspectivas revolucionarias. En defensa de Nietzsche cabe decir que renunció a la nacionalidad prusiana, atacó con frecuencia al káiser y rompió con una editorial por publicar escritos antisemitas. Parece demostrado que Hitler no llegó a leer a Nietzsche más que en divulgaciones.

 

No han faltado tampoco interpretaciones por parte de los teólogos: Tanto atacó al Dios cristiano, que en realidad lo andaba buscando.

 

La lectura existencialista de Nietzsche desde Jaspers (1936) a Heidegger (1961) es la dominante tras la Segunda Guerra Mundial: Nietzsche como teórico de la crisis de la conciencia europea.

 

En los últimos años se estudia a Nietzsche sobre todo en el ámbito de la filosofía hermenéutica nacida de Heidegger y recogida por Gadamer.

 

 

 
 

10. VIGENCIA Y ACTUALIDAD

(Nietzsche desde la visión de Peter SLOTERDIJK en Temperamentos Filosóficos (2009))

 

"Aun siendo un escándalo para los demócratas y un disparate para los catedráticos, el nombre de Friedrich Nietzsche sigue haciendo latir fuertemente los corazones de artistas y revisionistas. El motivo para esta disparidad en los destinos de su recepción lo ofreció la misma obra de Nietzsche al tomar de unos más de lo que estaban dispuestos a dar, y al dar  a los otros  más de lo que de entrada podían tomar. Por ello están éstos fascinados mientras que aquéllos tienen sus reparos (...). Los amigos y los adversarios de Nietzsche sólo coinciden en definir su obra como una especie de metafísica de artistas (...). La ideología estética no significa para Nietzsche la liberación de la irreflexión, ni tampoco satisface la demanda de ética a mitad de precio para artistas y otros  jamás-adultos (...)

 

"Nietzsche saca a la luz un conjunto de hechos que hasta entonces habían estado apenas iluminados explícitamente, que indican que la tarea de sacar afuera la propia vida a partir del encanto en bruto y convertirla en una obra sui generis puede adoptar el carácter de una lucha a vida o muerte. De ahí que Nietzsche sea en última instancia más psicagogo que psicólogo, aunque su genio psicológico, en las puertas del siglo XX, el siglo de la psicología, aparezca como una monumental figura de guardián; incluso Sigmund Freud, el héroe de la psicologización, tuvo ocasión de negar durante toda su vida que hubiera alcanzado su territorio a través de la puerta de Nietzsche (...).

 

"Como psicagogo de la Edad Moderna, Nietzsche es el guía en la bella tentación de crear grandes figuras de vida teniendo como materiales el talento y el carácter. Por consiguiente, parece que Nietzsche colocó en el mundo algo más que una racionalización de las adversidades de su propia vida.

 

"(...) El término "superhombre" de Nietzsche, que tan mala fama ha tenido, no significa otra cosa en este contexto que la exhortación a crear, a partir del producto semielaborado que madres y docentes despachan al mundo, una obra de arte del Yo que se forma plásticamente a sí misma. De este programa se sigue consecuentemente la transición desde la prioridad del autoconocimiento a la prioridad de la autorrealización.

 

"(...) El sueño de reformador de Nietzsche fue, como todos sabemos, desatar una contrarrevolución de salud contra el morbus metaphysicus [enfermedad metafísica] que, con sus inhibiciones, había cautivado al mundo occidental desde los días de Sócrates y de Pablo (...) La repercusión más importante de Nietzsche podría hallarse en su talento para conferir a las sagradas escrituras, en parodias serias, unos significados opuestos e insospechados. Cantó viejas letras con nuevas melodías y compuso nuevas letras para las melodías viejas (...) Como fundador bufón de una religión, formuló de nuevo su sermón de la montaña y reescribió las Tablas del Sinaí; como antiplatónico, trazó escalones terrenales de poder y de fuerza para el alma, cuya voluntad está en ascender a lo más alto. Podemos vacilar a la hora de denominar éxito general a su reescritura de los textos y a su redireccionamiento de las fuerzas. Pero pendiente y más actual que nunca sigue siendo el hábito de los ensayos de Nietzsche de reformular el espíritu de las leyes morales en correspondencia con los tiempos presentes. Quizás sí podemos aprender algo del arte paródico de Nietzsche para la tarea de reescribir las Tablas en las que consten las reglas para la supervivencvia del animal industrioso que es el Homo sapiens. Podría resultar que transmutar los valores y permanecer fieles a la Tierra fueran tareas que van a desembocar en lo mismo".

 

 

 

11. COMENTARIO FINAL A "DE LAS TRES TRANSFORMACIONES".

 

          (...) "La filosofía de Nietzsche es la última filosofía. No porque Nietzsche, o Hegel y Nietzsche, sean 'culpables' de la eliminación de la filosofía; no, Hegel y Nietzsche son filósofos, los últimos grandes filósofos; ellos no hicieron otra cosa que decir lo que había. Después de ellos no queda como 'filosofía' otra cosa que la posibilidad de aprovechar de diversas maneras las migajas del gran festín, de ordenar de diversos modos los materiales carentes ya de espíritu. La diversidad de actitudes y elaboraciones 'filosóficas' puede ser mayor que nunca (...). Totalmente al margen de esto, queda, sin embargo, la posibilidad de una meditación esencial sobre la filosofía misma, meditación a la que pertenecen cuestiones como éstas:

 

          "¿Por qué acontece la pregunta por el ser, y por qué, finalmente, no acontece? ¿Por qué aquello que continuamente mencionamos, aquello en cuya mención (es, sea) consiste nuestra existencia, es , para nosotros, nada, una palabra absolutamente vacía?, ¿no resulta entonces nuestra misma existencia, que consiste en decir es y decir sea, algo absolutamente vacío? ¿Por qué la palabra 'verdad' significa todo y, a la vez, no significa nada? (...) "

 

(Felipe MARTÍNEZ MARZOA, Historia de la Filosofía ** (1973), p. 425)

 

          Con estas preguntas dramáticas cerraba el maestro Martínez Marzoa la historia de la metafísica occidental: No se puede ir más allá de Nietzsche, no puede haber filosofía verdadera después de Nietzsche porque Nietzsche supone el cumplimiento de esa misma metafísica.

 

          El texto del comentario puede prestarse a simplificaciones:  Entenderlo  de manera obvia como que Nietzsche está diciendo que el espíritu humano (tanto a nivel individual o psicológico como a nivel cultural o colectivo) pasa por una etapa de sumisión y auto-humillación (camello)  hasta que se rebela contra toda norma impuesta por el Dragón/Dios/Tú Debes (león) y termina por convertirse en un ser inocente, puro y creador de nuevos valores (niño). -Dicho así el fragmento se transforma en una parábola ñoña: Camello sacrificado se vuelve León libre del santo-decir-no que a su vez se transforma en santo-decir-sí del Niño. -O si se pretende vulgarizarlo más: Una ama de casa harta de trabajar como una camella se transforma en leona en el fondo de su propio desierto y luego (tras haberse divorciado y abandonado a sus hijos) en niña sabia e inocente.

 

          Para evitar esta falta de profundidad en la interpretación es necesario poner en relación al Camello con todo lo dicho sobre la "Destrucción de la Tradición Occidental" y la "Moral de Esclavos". El "Dragón" y la rebelión del León contra el Deber deben ser enmarcados dentro de las concepciones de Nietzsche de la Muerte de Dios, de la Transvaloración de todos los Valores (Umwertung aller Werte) y  del Nihilismo. Por último, el Niño es algo más que inocencia o "nuevo comienzo"; hace referencia al Superhombre (Übermensch), el que asume la Voluntad de Poder y el Eterno Retorno.  

 

          Por último, quizás convenga  comentar en este punto cómo concebía Nietzsche su obra Also sprach Zarathustra, a la que llamaba "Mi Hijo":- Para empezar no se trata de un ensayo filosófico como otros del mismo autor, sino de una especie de "Poema Didáctico" con personajes orientales como el profeta persa Zoroastro -o Zaratustra; supuestamente el creador de la moral como creador de la primera religión dualista: Ormuz (el Bien, el Águila) vs. Ahrimán (el Mal, la Serpiente); por ello también ha de ser el primero que lo reconozca y se retracte- y un tono que recuerda por su estilo aforístico o por el gusto de las letanías a las Escrituras Sagradas como el Evangelio o -sobre todo- los Discursos atribuidos a Buddha. A Nietzsche le impresionaron sobre todo los textos del canon budista y aunque el protagonista de su Poema Didáctico se llame Zaratustra posee más rasgos búdicos e hindúes que zoroastristas. Hermann HESSE (1877-1962) en su novela Siddartha (1922) trajo de nuevo a la India a Zaratustra, en el sentido de que su personaje es un personaje nietzscheano en la India del siglo V a.C. En mi opinión el resultado es superior al Zaratustra de Nietzsche (obra, a mi juicio,  extraña y excesiva; mala poesía didáctica con retazos visionarios).- Sin embargo como el propio Nietzsche prefería clasificar Así habló Zaratustra -Un Libro para todos y para nadie- ,  es como una "Sinfonía". Nietzsche estaba muy interesado y conocía muy bien la música sinfónica. De hecho compuso la Ermanarichsinfonie y otras piezas como la Meditación de Manfredo, El Himno a la Amistad y El Eco de una Noche de San Silvestre. Los principios que estructuran las cuatro partes del Zaratustra presentan varias analogías con la forma musical de la "Sinfonía". Nietzsche se propuso expresarse en un lenguaje cantarín y es posible distinguir capítulos en tonos menores y en tonos mayores.  De modo que se hace necesario escuchar el Zaratustra como si se tratase de una obra musical más que entenderlo e interpretarlo de manera meramente intelectual.

 

          Aun así subsistirá un fondo obscuro: Nietzsche no se cree el señor y creador de su obra sino el médium, como si Zaratustra se hubiera valido de él como un canal para entrar en la realidad (concepto romántico de la inspiración artística compartido con Wagner). Es decir, Nietzsche es un poeta o un músico que a la hora de componer, como una torre, su Zaratustra se atiene tanto a criterios formales o estéticos como a criterios racionales o puramente filosóficos. Nietzsche es un lírico -y no solo un pensador académico- cuando vuelca su propio sentimiento vital a sus 39 años de ir hacia los hombres, de buscar amigos y lectores a los que enseñar su visión. Pues sin duda el hombre Nietzsche es (o quisiera ser) Zaratustra del mismo modo que Cristo es Dios. - Tal vez por todo ello, por esta variedad de aspectos, y por su novedad, es "uno de los libros más conocidos (al menos de título) de la literatura filosófica; cosa que proporcionó, además, a la filosofía, últimamente, una popularidad mayor de la que gozaba desde hacía mucho tiempo" (Curt Paul JANZ, op. cit. En la Bibliografía, tomo 3, "Los Diez Años del Filósofo Errante" (1879-1888), p. 190).

 

ACTIVIDAD ESCRITA SOBRE NIETZSCHE
 

1. Resume en un  párrafo lo que te parezca más interesante de la biografía de Nietzsche diferenciando los distintos periodos:  Juventud, profesor en Basilea, ruptura con Wagner, filósofo libre, demencia y muerte.

 

2. Comenta lo que te sugiera la fisonomía de Nietzsche a través de las fotos y retratos que se conservan de él.

 

3. Resume en un párrafo el contexto de la obra Así habló Zaratustra.

 

4. Comenta lo que quieras sobre el poema "Filósofo en la Locura".

 

5. Explica a tu manera y opina acerca de lo apolíneo y lo dionisiaco, la destrucción de la metafísica occidental y la "historia de un error" (3 párrafos).

 

6. ¿Qué crees que piensa Nietzsche de todos los pensadores anteriores -desde Sócrates y Platón a Kant y Hegel- que hemos estudiado a lo largo del curso (1 párrafo).

 

7. Explica con tus propias palabras, ejemplos y giros de expresión, y opina acerca de la voluntad de poder (Wille zur Macht), el eterno retorno y el superhombre (3 párrafos).

 

8.Comenta lo que quieras sobre los textos o extractos sobre Nietzsche de Osho, Vattimo y Sloterdijk (1 párrafo).

 

9. Redacta una conclusión final seria, sincera y con contenido sobre este último tema de Nietzsche y sobre la Filosofía en general de 1º y de 2º de bachillerato (2 párrafos)

 

 

 

11. BIBLIOGRAFÍA

 

      - Albert CAMUS, El Mito de Sísifo; El Hombre Rebelde.

           

- Gilles DELEUZE, Nietzsche y la Filosofía (1962).

 

 - Eugen FINK, La Filosofía de Nietzsche.

 

 - Martin HEIDEGGER, Nietzsche

 

- Friedrich NIETZSCHE, Sobre Verdad y Mentira en Sentido Extramoral; El Origen de la Tragedia;  Humano, demasiado Humano; Genealogía de la Moral; Crepúsculo de los Ídolos; Más allá del Bien y del Mal; Así habló Zaratustra; Ecce Homo; El Anticristo.

 

- Curt paul JANZ, Friedrich Nietzsche (biografía en tres tomos) (1978).

 

- OSHO, Zarathustra, un Dios que puede bailar

 

- Peter SLOTERDIJK, Temperamentos Filosóficos (2009).

 

- Gianni VATTIMO, Introducción a Nietzsche  (1985).

 

- Stephan ZWEIG, La Lucha contra el Demonio: Hölderlin, Kleist, Nietzsche.

 

 

12. AUDICIONES Y PELÍCULA.

 

- Óperas de Wagner: En especial, Tristán e Isolda (lamento final de Isolda), Parsifal, la Cabalgata de las Valquirias, El Holandés Errante y el Anillo de los Nibelungos, de las que oiremos en clase algunos fragmentos.

 

- El texto de "Las tres transformaciones" podrías ser recitado mientras se escucha como música de fondo la célebre versión de Strauss de Así habló Zaratustra (Also Sprach Zarathustra) y se proyecta la primera escena de la película de Stanley Kubrick : 2001: Una Odisea en el Espacio.

 

- La directora italiana Liliana Cavani realizó la película Más allá del Bien y del Mal  sobre el triángulo amoroso entre Lou-Andreas Salomé, Nietzsche y  Paul Rée.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

T16. EL EXISTENCIALISMO.

COMENTARIO DE TEXTO DE JEAN PAUL  SARTRE (1905-1980)

EL EXISTENCIALISMO ES UN HUMANISMO (1945)

 



 

"Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo, es responsable de todo lo que hace. El existencialista no cree en el poder de la pasión. No pensará nunca que una bella pasión es un torrente devastador que conduce fatalmente al hombre a ciertos actos y que por consecuencia es una excusa; piensa que el hombre es responsable de su pasión. El existencialista tampoco pensará que el hombre puede encontrar socorro en un signo dado sobre la tierra que le orienta; porque piensa que el hombre descifra por sí mismo el signo como prefiere. Piensa, pues, que el hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante a inventar el hombre".

 

 Jean Paul SARTRE, El existencialismo es un humanismo (1945 y 1949).

 

 

1. SITÚA AL AUTOR EN SU MOMENTO HISTÓRICO.

De Wikipedia, la enciclopedia libre:

1.1 LA OBRA.

  El existencialismo es un humanismo (1946) es una transcripción taquigráfica de una conferencia del escritor y filósofo francés Jean-Paul Sartre, que se considera el manifiesto del existencialismo. El 29 de octubre de 1945, el club "Maintenant", creado por Jacques Calmy y Marc Beigbeder después de la Segunda Guerra Mundial y la liberación de Francia, organiza en la Sala de los Centrales, en París, una conferencia de Jean-Paul Sartre titulada "El Existencialismo es un humanismo". La conferencia se anunció con bombos y platillos en los principales medios de comunicación y aunque los organizadores presumían cual sería la respuesta, la velada superó todas las previsiones. Boris Vian hizo una recensión en La espuma de los días: empujones, sillas rotas, damas desmayadas, Sartre obligado a abrirse paso a codazos. Había nacido el existencialismo. Sartre y Simone de Beauvoir se convertían en el símbolo de toda una generación. A pesar del éxito de la conferencia, no estaba previsto publicar nada. Un editor lo hizo en 1946 sin contar con el permiso de Sartre. Sartre primero se dedica a responder las críticas hechas por pensadores cristianos o marxistas, especialmente a las de los comunistas a los que trata de aproximarse. Luego expresa lo que él entiende suma confusión: hay dos sentidos (especies) existencialistas, que tienen en común el considerar que "la existencia precede a la esencia", están "los cristianos" como Jaspers y Marcel, y están "los ateos" como Heidegger y él mismo. Su introducción es clara aunque simple y explica lo que es el existencialismo, por lo que es accesible a gente sin formación filosófica. El hombre empieza por existir, rodeado de circunstancias: el mundo natural, la cultura de su sociedad; en donde no hay pistas ni señales que indiquen en sus circunstancias cómo debe vivir. El hombre es diferente a la naturaleza, tiene conciencia de sí mismo. La cultura va cambiando con el tiempo, es pura subjetividad. Por lo que el hombre es un proyecto que se realiza viviendo, no puede hallarse una esencia que explique qué es ser hombre, él es responsable de sí mismo. Y este "sí mismo", se refiere a la subjetividad entendida en su acepción "imposibilidad de sobrepasar la subjetividad humana" (es la otra noción como "individualismo" lo que confunde y genera rechazo).El hombre, sin un Dios que justifique sus valores morales o éticos para legitimar su conducta, cada vez que elige se enfrenta a sí mismo sin justificaciones o excusas: condenado a ser libre. Condenado, como un estado o condición impuesta, significa que no elige y sin otra opción es (este "es" como acto no como esencia) libre; y como una condición que angustia de un ser "arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace".La moral existencialista se asemeja al arte, en ambos casos hay creación e invención. Como no puede decirse a priori de un cuadro cómo debe hacerse sino que se juzga como cosa hecha. El hombre vive inmerso en el mundo y se realiza viviendo, un ser que siempre es el mismo frente a situaciones que varían, y elige siempre en ese contexto. Como hombre se enfrenta a sí mismo, y como su existencia es dada por lo que los demás reconocen en él, sus circunstancias también incluyen a todos los hombres. Y sólo se puede juzgar, como un juicio lógico, si sus acciones están fundadas en el error o en la verdad: la libertad que se busca a sí misma desde lo abstracto a lo concreto.[1]Se pueden leer en esta obra las precisiones que Sartre hace sobre el concepto de existencialismo, sobre todo como precisiones filosóficas:"...entendemos por existencialismo una doctrina que hace posible la vida humana y que, por otra parte, declara que toda verdad y toda acción implica un medio y una subjetividad humana".(Jean-Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo). La noción de sentido de la Historia que desarrolla Hegel es rechazada. Para Sartre, la libertad del ser humano está tan unida a su propio devenir que nadie puede predecir, ni siquiera de modo rudimentario qué giro experimentará la Historia. Eso le lleva a rechazar el optimismo marxista. La moral Kantiana también es rechazada. Sartre toma el ejemplo de un joven ante la decisión de permanecer ocupándose de su madre o unirse a la Resistencia en Londres. En ningún caso la máxima de su acción será moral ya que tendrá necesariamente que sacrificar un "fin en sí" para reducirlo al rango de "medio": abandonar a su madre es el medio de llegar a Londres, abandonar a los resistentes en cambio es el modo de ocuparse de su madre. Eso ilustra su famosa y específica teoría de los cobardes y los ruines: "A unos de ellos, que se esconderán, por seriedad o por excusas deterministas, su libertad total, los llamaré cobardes; a los otros, que tratarán de demostrar que su existencia es necesaria, cuando es la contingencia misma de la aparición del hombre en la tierra los llamaré ruines". La posteridad recordará como aforismos dos de sus frases:"la existencia precede a la esencia"."el hombre está condenado a ser libre".

EL  AUTOR

                        Jean-Paul Charles Aymard Sartre (París, 21 de junio de 190515 de abril de 1980), conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor y dramaturgo francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura (1964), pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones. Fue pareja de la también filósofa Simone de Beauvoir.

 

Foto de Simone de Beauvoir a los 45 años http://gramscimania.blogspot.com/2011/01/datos-sobre-simone-de-beauvoir.html

 

 

BIOGRAFÍA

                        Los padres de Sartre fueron Jean-Baptiste Sartre, un oficial naval, y Anne-Marie Schweitzer, hermana de Albert Schweitzer. Su padre murió de fiebre cuando él tenía apenas quince meses, y Anne-Marie lo crió con ayuda de su abuelo, Charles Schweitzer, quien enseñaría matemáticas a Jean-Paul y le introduciría desde muy joven a la literatura clásica.

                        La filosofía le atrajo desde su adolescencia en los años veinte, cuando leyó Essai sur les données immédiates de la conscience (Ensayo sobre los datos inmediatos de la consciencia) , de Henri Bergson. Estudió en París en la elitista École Normale Supérieure, donde conoció en 1929 a Simone de Beauvoir y a Raymond Aron. Sartre y de Beauvoir se volvieron compañeros inseparables durante el resto de sus vidas, en una relación no monógama. Juntos combatieron las suposiciones y expectativas de la formación burguesa. El conflicto entre la opresiva y destructiva conformidad espiritual (mala fe) y un «auténtico» estado de existencia, se convirtió en el tema central del trabajo de Sartre, un tema desarrollado en su principal trabajo filosófico El ser y la nada (1944).

 

http://gramscimania.blogspot.com/2011/01/datos-sobre-simone-de-beauvoir.html

 

                        La introducción más conocida a la filosofía de Sartre es su trabajo El existencialismo es un humanismo (1946). En este trabajo, Sartre defiende el existencialismo de sus críticos, que al final requieren la falsificación de sus ideas.

                        Se graduó de la École Normale Supérieure en 1929 con un doctorado en filosofía y sirvió como conscripto en el Ejército Francés de 1929 a 1931. En 1964 rehusó el Premio Nobel de Literatura, alegando que su aceptación implicaría perder su identidad de filósofo.

                        Su vida se caracterizó por una actitud militante de la filosofía. Se solidarizó con los más importantes acontecimientos de su época, como el Mayo Francés, la Revolución Cultural china —en su etapa de acercamiento a los maoístas, al final de su vida— y con la Revolución Cubana. Es el paradigma del intelectual comprometido del siglo XX.

                        El escritor y filósofo falleció el 15 de abril de 1980, a los 74 años de edad, en el hospital de Broussais tras una enfermedad, que de hecho le apartó de la dirección de Libération años antes. Fue enterrado el 20 de abril, rodeado de una inmensa multitud. Más de 20.000 personas acompañaron el féretro hasta el cementerio de Montparnasse, en París, donde descansan sus restos.

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OBRAS

Novelas y relatos


 

Obras teatrales

               Barioná, el hijo del trueno (Bariona, ou le fils du tonnerre , 1940)


Ensayos

  • Situaciones (Situations, 1947–1976):
    • Situaciones I: El hombre y las cosas (1947)
    • Situaciones II: ¿Qué es la literatura? (Qu'est-ce que la littérature?, 1948)
    • Situaciones III: La República del silencio: estudios políticos y literarios (1949)
    • Situaciones IV: Literatura y arte (1964)
    • Situaciones V: Colonialismo y neocolonialismo (Colonialisme et néo-colonialisme, 1964)
    • Situaciones VI: Problemas del marxismo 1 (Problèmes du marxisme I, 1964)
    • Situaciones VII: Problemas del marxismo 2 (Problèmes du marxisme II, 1965)
    • Situaciones VIII: Alrededor del 68 (Autour de 68, 1972)
    • Situaciones IX: El escritor y su lenguaje y otros textos (1972)
    • Situaciones X: Autorretrato a los setenta años (1976)

Obras filosóficas


Crítica literaria


Otras obras

  • Reflexiones sobre la cuestión judía (1946)
  • El engranaje (L'Engrenage, 1948)
  • Las palabras (Les mots, 1964, autobiografía de su infancia)

Publicaciones póstumas


Véase también


Referencias

  1. (Grüner, E., 2005, El fin de las pequeñas historias)

Enlaces externos


 

 

 

2. TEMA O PROBLEMA DEL TEXTO.

                 El hombre, al ser totalmente libre en sus decisiones, es responsable de sus actos, sin que pueda poner excusas ante las consecuencias de los mismos. El problema es la libertad.

 

 

 

3. IDEAS PRINCIPALES (crítica).

El hombre está condenado a ser libre (afirmación que se opone al determinismo, la doctrina que niega la libertad humana basándose en nuestra naturaleza psicofísica o fenoménica: DEMÓCRITO, , SPINOZA, KANT SCHOPENHAUER y otros).

El hombre es responsable de sus actos, sea cual sea la intención y las consecuencias de los mismos (también esta tesis podría ser objeto de discusión desde la perspectiva por ejemplo de la moderna psicología conductista: Beyond Freedom and Dignity (1971) de Skinner  explicará en términos sencillos lo contrario: si todo está determinado, no somos responsables de nuestros actos; el santo o el genio igual que el criminal y el psicópata no tienen más remedio que comportarse como se comportan debido a sus contingencias de refuerzo (es decir, al peculiar historial de premios y castigos que se le haya administrado a ese organismo) ( de una manera más sutil cabe también observar que donde Sartre escribe "responsable", suena  más bien -a mí al menos me suena así- "culpable").

Las pasiones, sentimientos e instintos no son una excusa o no se pueden poner como disculpa para explicar cierta decisión o actuación (los ataques de Sartre al "poder de la pasión" parecen dirigidos a los románticos; sé que no es una palabra muy exacta pero tampoco lo es Sartre cuando critica los pasionales: de HEGEL a NIETZSCHE y de Nietzsche a FREUD aparecen tachados todos los autores que defienden lo irracional o lo vital).

El ser humano no tiene ninguna guía externa que le diga lo que tiene que hacer o no, lo que debe elegir o no, ya que cualquier signo podría ser interpretado de mil maneras (más que de "guía externa" como se resume aquí, yo entiendo más bien "guía sobrenatural" aunque el texto usa "signo dado sobre la tierra", creo que resulta clara en esta segunda crítica la alusión al cristianismo de Leon BLOY (1846- 1917), Charles PÉGUY (1873-1914) Jacques MARITAIN (1882- 1973), Henri BERGSON (1859-1941), Emmanuel MOUNIER (1905-1950) o Étienne GILSON (1884-1978).

 

 

Albert CAMUS (1913-1960)

 

Por todo ello el hombre está arrojado al mundo solo, en una absoluta libertad y responsabilidad: "sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante a inventar el hombre" ( de nuevo la condena a ser libre: ¿tomamos decisiones todo el tiempo? Yo no creo que sea así: una gran cantidad de acciones diarias se ejecutan de manera funcional o automática y no deliberada: yo cuando me levanto no me siento condenado a ser libre ni me invento mi jornada minuto a minuto; sólo a veces).

 

 

4 RELACIÓN ENTRE IDEAS  .

http://edu.jccm.es/ies/orden/index.php?option=com_content&view=article&id=54%3Aapuntes-filosofia-ii&catid=53%3Afilosofia&Itemid=82

                 Sartre parte de una frase un tanto lapidaria: el hombre está condenado a ser libre, solo, sin excusas, sin socorro, desamparado, angustiado a la hora de dar cuentas de sus acciones. Es cierto, nos sigue diciendo Sartre, que el hombre es libre, absolutamente libre, pero lejos de ser una bendición es más bien algo angustiante ya que el hombre es responsable de todo lo que hace, de todas sus actuaciones, y no tiene excusas ante las consecuencias de dichas acciones, ya que, uno no puede excusarse ni en las pasiones, ni en los instintos, ni en signos externos mal interpretados; cada persona es libre y responsable de todos sus actos y de las consecuencias de los mismos, eso es lo que opina el existencialista, y por todo ello, el inventar cada día al hombre se transforma en algo angustiante, quizá en una pesadilla de la que no se puede despertar.

 

5. EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS.

http://edu.jccm.es/ies/orden/index.php?option=com_content&view=article&id=54%3Aapuntes-filosofia-ii&catid=53%3Afilosofia&Itemid=82

                 Libertad, este es el concepto sobre el que gira, no sólo este fragmento del ensayo que Sartre escribió en 1946 “El existencialismo es un humanismo”, sino el existencialismo en general. Para Sartre el ser humano está condenado a ser libre, no somos libres de dejar de ser libres. Una vez el hombre ha sido arrojado a la vida, se vuelve responsable de todo lo que hace, de su proyecto fundamental: su vida. No hay excusas, si se fracasa es que uno ha elegido fracasar. El hombre se elige, su libertad es incondicionada, y puede cambiar en cualquier momento su proyecto fundamental. Estamos perpetuamente amenazados por el poder escoger y por tanto por devenir distintos de lo que somos. No existen hechos accidentales, un acontecimiento social que surge repentinamente y me arrastra no viene de afuera; si yo soy movilizado en una guerra, esa guerra es mi guerra y yo la merezco, ya que, como diría Sartre, yo podría sustraerme de ella con el suicidio o con la deserción; si no me substraigo a ella, se puede decir que yo la he elegido, quizá por ser blando, por debilidad, porque prefiero otros valores a los de la paz, pero en todo caso es una elección. Los actos, las decisiones, las elecciones particulares, ponen a cada instante en cuestión la elección originaria, el proyecto fundamental que a su vez determina las voliciones y los actos particulares, como vemos una pescadilla que se muerde la cola. Ser responsable de lo que uno hace, es también ser responsable de los demás hombres, ya que la elección afecta a los demás así como a los valores que deben constituir la realidad. Por ello, ese sentimiento de angustia, del que nos habla Sartre, florece en nosotros, un sentimiento que nace por nuestra absoluta responsabilidad no sólo para con nosotros solos sino para con los demás.

        No obstante, podemos decir que el existencialismo sartriano, en el fondo, es una doctrina optimista porque afirma que el destino del hombre está en el hombre mismo; no existen ni esencias, ni valores absolutos, ni normas que predispongan o guíen su hacerse, ni tampoco, límites de ese hacerse, un no-posible que delimite sus posibilidades.

 

 

5bis. LA FILOSOFÍA DE SARTRE

De Wikipedia:

A. «LA EXISTENCIA PRECEDE A LA ESENCIA».

 

Tumba de Jean-Paul Sartre y de Simone de Beauvoir, en el cementerio de Montparnasse (París, Francia).

  Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir, arrojado a la acción y responsable plenamente de la misma, y sin excusas.

  A su vez, Sartre concibe la existencia humana como existencia consciente. El ser del hombre se distingue del ser de la cosa por ser consciente. La existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el sentido de que es conciencia del mundo y conciencia de sí. Se observa aquí la influencia que ejerce sobre Sartre el racionalismo cartesiano. En este punto se diferencia de Heidegger, quien deja fuera de juego a la conciencia.

  Sartre se forma en la fenomenología de Husserl y en la filosofía de Heidegger, discípulo éste de aquél. En plena guerra mundial, cuando forma parte del Ejército Francés como meteorólogo, Sartre es hecho prisionero, y en el largo periodo de ser cautivo del nazismo reformula muchas de sus ideas y elabora otras. Escribe constantemente e incluso representa obras de teatro en pleno campo de prisioneros. Si en Heidegger el Dasein es un «ser-ahí», arrojado al mundo, «e-yecto», para Sartre, el humano, en cuanto «ser-para-sí», es un «pro-yecto», un ser que debe «hacer-se».

  El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo.

El existencialismo es humanismo

  Sartre escribe que en el ser humano «la existencia precede a la esencia», contrariamente a lo que se había creído en la filosofía precedente. ¿Qué quiere decir esto? Sartre da un famoso ejemplo: si un artesano quiere realizar una obra, primero «la» piensa, la construye en su cabeza: esa prefiguración será la esencia de lo que se construirá, que luego tendrá existencia. Pero nosotros, los seres humanos, no fuimos diseñados por alguien, y no tenemos dentro nuestro algo que nos haga «malos por naturaleza», o «tendientes al bien» —como diversas corrientes filosóficas y políticas han creído, y siguen sosteniendo—. «Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros mismos mediante nuestros actos», que son ineludibles: no actuar es un acto en sí mismo, puesto que nuestra libertad no es algo que pueda ser dejado de lado: ser es ser libres en situación, ser es ser-para, ser como proyecto.

 

Simone de Beauvoir, Sartre y Ernesto Guevara en La Habana (1960)

 

B. SARTRE Y EL COMUNISMO.

              El periodo inicial de la carrera de Sartre, definida por El ser y la nada (1943), fue seguido por un segundo periodo de activismo político e intelectual. En particular, su trabajo de 1948 Manos sucias examinaba el problema de ser un intelectual y participar en la política al mismo tiempo. Se afilió al Partido Comunista Francés (PCF), aunque apenas fue miembro durante algunas semanas, y desempeñó un papel prominente en la lucha contra el colonialismo francés en Argelia. Se podría decir que fue el simpatizante más notable de la guerra de liberación de Argelia. Tenía una ayudante doméstica argelina, Arlette Elkaïm, a quien hizo hija adoptiva en 1965. Se opuso a la Guerra de Vietnam, y junto a Bertrand Russell y otras luminarias organizó un tribunal con el propósito de exhibir los crímenes de guerra de los Estados Unidos. El tribunal se llamaba «Tribunal Russell».

              Agudamente crítico del estalinismo, su pensamiento político atravesó varias etapas: desde los momentos de Socialismo y Libertad, agrupación política de la resistencia francesa a la ocupación nazi, cuando escribe un programa basado en Saint-Simon, Proudhon y demás, cuando consideraba que el socialismo de Estado era contradictorio a la libertad del individuo, hasta su brevísima adhesión al Partido Comunista Francés, y su posterior acercamiento a los maoístas. Su principal trabajo en el intento de comunión entre el existencialismo y el marxismo fue Crítica de la razón dialéctica, publicado en 1960.

              El énfasis de Sartre en los valores humanistas de Marx y su resultante énfasis en el joven Marx lo llevaron al famoso debate con el principal intelectual comunista en Francia de los años sesenta, Louis Althusser, en el que éste trató de redefinir el trabajo de Marx en un periodo pre-marxista, con generalizaciones esencialistas sobre la humanidad, y un periodo auténticamente marxista, más maduro y científico (a partir del Grundrisse y El capital). Algunos dicen que éste es el único debate público que Sartre perdió en su vida, pero hasta la fecha sigue siendo un evento controvertido en algunos círculos filosóficos de Francia.

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C. SARTRE Y LA LITERATURA

              Durante las décadas de 1940 y 1950, las ideas de Sartre eran muy populares, y el existencialismo fue la filosofía preferida de la generación beatnik en Europa y Estados Unidos. En 1948, la Iglesia Católica listó todos los libros de Sartre en el Index Librorum Prohibitorum. La mayoría de sus obras de teatro están llenas de símbolos que sirven de instrumento para difundir su filosofía. La más famosa, Huis Clos (A puerta cerrada), contiene la famosa línea: «L'enfer, c'est l´Autre» («El infierno es el Otro»). El Otro —en francés tiene un alcance universal y casi metafísico— como otredad, como alteridad radical.[1]

              Además del impacto de La náusea, la mayor contribución literaria de Sartre fue su trilogía Los caminos de la libertad, que traza el impacto de los eventos de la pre-guerra en sus ideas. Se trata de una aproximación más práctica y menos teórica al existencialismo. Sobresale también su famoso ensayo sobre Gustave Flaubert: El idiota de la familia. Es un minucioso y voluminoso texto relativo al autor de Madame Bovary, donde Sartre examina cómo brota el deseo de escribir.

D. SARTRE DESPUÉS DE LA LITERATURA.

              En 1964 Sartre escribió una autobiografía denominada Les mots (Las palabras). Ese mismo año se le concedió el Premio Nobel de Literatura, pero lo declinó tajantemente.

              A pesar de su abrumadora fama mundial, Sartre mantuvo su vida sencilla, con pocas posesiones materiales y activamente comprometido a varias causas hasta el final de su vida, tal como la revuelta estudiantil del Mayo Francés de 1968.

 

 

E. PSICOLOGÍA EXISTENCIAL

              Sartre rechazó durante décadas la noción del Unbewußtsein («lo inconsciente»), particularmente la planteada por Freud. Sartre argumentaba que lo inconsciente era un criterio «característico del irracionalismo alemán», y por tal motivo se oponía a una psicología que se basara en un «irracionalismo». De este modo es que Sartre intentó un «psicoanálisis racionalista», al cual llamó «psicoanálisis existencial».

              Las paralogías de Sartre en esta cuestión son de perspicaz argumentación: «Un ser humano adulto no puede ni debe estar defendiendo sus defectos en hechos ocurridos durante su infancia, eso es mala fe y falta de madurez».

              Es así como Sartre intentó crear un psicoanálisis basado en una total autocrítica del sujeto, una «profundización» que eliminara la «mala fe». En el discurso de tal intento, Sartre llegó a valiosas observaciones, particularmente las atinentes a la imaginación y a lo imaginario, o a opiniones tales como «el infierno es la mirada del otro»; el mismo concepto de «mala fe» es interesante para los psicólogos y filósofos. En cuanto la mala fe, explica Sartre, es un autoengaño (basado principalmente en racionalizaciones) por el cual el sujeto pretende tranquilizarse y, al tratarse precisamente de «fe», el individuo cree ciegamente en estas «razones».

 

ADDENDUM A LA BIOGRAFÍA DE SARTRE Y SIMONE DE BEAUVOIR

Otra historia de amor

Por Tomás Eloy Martínez

Para La Nación




HIGHLAND PARK, N. Jersey.- ESTA vez no se trata de la ya fatigosa aventura que unió para siempre a Bill Clinton con Monica Lewinsky, sino de una historia de amor verdadero, sin escándalos de poder ni confidentes traidores.

El personaje central de este relato es Simone de Beauvoir. El otro personaje no es Jean-Paul Sartre (o, por lo menos, no él solo) sino el novelista norteamericano Nelson Algren, al que Beauvoir estuvo ligada, entre 1947 y 1951, por una pasión absorbente, sumisa, "una pasión de esclava", como la llamó ella misma. El lenguaje de la narracion es epistolar, tal como en las fabulas morales del siglo XVIII: cartas cruzadas entre los dos amantes, en inglés -una lengua que Beauvoir manejaba con maestría-, entre París y Chicago.

La historia está contada en un libro que apareció a comienzos de este mes, A Transatlantic Love Affair , en el que se muestra sólo el anverso de la medalla: las cartas de Beauvoir, y no las de Algren. Eso importa poco. En el tercer volumen de su autobiografía, La fuerza de las cosas (1963), Beauvoir dio a conocer largos fragmentos de las cartas que él le había escrito, lo cual completa el cuadro.

Beauvoir está de moda en los Estados Unidos. Un largo artículo en The New York Times , a mediados de septiembre, cita la decena de libros y ensayos recientes que han intentado demostrar hasta qué punto muchas ideas de Sartre, y en especial las de su summa filosófica, El ser y la nada , derivan en línea recta de las reflexiones de su más devota discípula.

Siempre fue un misterio la aparente dependencia que Beauvoir sentía por Sartre. Las cartas a Nelson Algren permiten entender mejor lo que pasaba entre los dos.

 

El contrato con Sartre

Hasta hace pocos años, la mayor parte de los biógrafos coincidía en que era Sartre el que, entre 1929 y 1930 (cuando ella tenía veintiún años y él, veinticuatro), había impuesto unas leyes que permitían a la pareja compartir el sexo y las pasiones intelectuales, contándose todo lo que les pasaba con otros amores, sin que ninguno de los dos tuviera derecho a los celos. Ese modelo de pareja exigía, por supuesto, que vivieran en casas separadas.

Durante el lapso del primer contrato, que duró dos años, Simone de Beauvoir era la relación privilegiada de Sartre, y viceversa: ambos tenían derecho a entrar en la vida del otro a cualquier hora del día y de la noche, y a conocer antes que nadie todo lo que el otro hiciera.

Estaba prohibido mentir. "La sinceridad (o la transparencia) es algo a lo que no puedo renunciar", anotó Sartre por entonces. Pero, a la vez, tenían la obligación de no preguntar. Se sobrentendía que los amores "circunstanciales" eran también fugaces y que ninguna pasión imprevista podría destruir el férreo y verdadero "amor esencial". El pacto fue renovado muchas veces, aunque no hiciera falta.

Fue Beauvoir la que divulgó los placeres y tormentos de esa pareja. Sartre, el presunto responsable de la idea, sólo habló de ella sesgadamente y no publicó nada (o casi nada) sobre el tema. Era feo, miope, torpe, en tanto que ella era muy atractiva. En las cartas a Nelson Algren se descubre que el filósofo era también un pésimo amante. Con el novelista norteamericano (autor de El hombre del brazo de oro , entre otras obras menores), Beauvoir descubrió por primera vez las felicidades del cuerpo, y así lo declara: "Te pertenezco, Nelson. Soy tu pequeño fetiche". Todo lo que podía sentir como mujer lo sintió con Algren antes que con nadie. Las cartas lo dicen.

La libertad del Castor

Durante muchos años imaginé que Beauvoir actuaba con Sartre como una especie de parásito intelectual, que vivía a la sombra de su respiración para poder convertirla en palabras. Debí haber descubierto que me equivocaba cuando el propio Sartre, en sus Cartas al Castor (a Beauvoir la llamaban "el Castor" por su energía y laboriosidad), revela que el vasallo era él y no ella, como creíamos todos.

"Yo quería afirmar mi libertad ante las mujeres _escribe Sartre_, lo cual era cómico, porque era yo el que corría detrás de ellas. Un buen día quedé atrapado. El Castor aceptó esa libertad y se la quedó para sí."

El tema de la libertad o de la falta de libertad en las parejas desvelaba al mundo occidental en los años 60. Parte de la revolución hippie y de los ideales revolucionarios en la América Latina durante esa década y la siguiente tiene que ver, precisamente, con la búsqueda de una igualdad sexual que era también un acto de justicia. El pacto de la pareja Sartre-Beauvoir insinuaba una vía de escape a las convenciones que parecía ideal: lo compartían todo y no se debían nada. Al final resultó una desilusión.

Cuando estaba enamorada de Algren (mientras el mundo entero creía que estaba enamorada de Sartre), Beauvoir escribió uno de los tratados fundacionales del feminismo: El segundo sexo , su magistral ensayo en dos volúmenes. Hasta donde se sabe, no lo discutió en absoluto con Algren. Cada vez que hablaba con él de sus libros, lo hacía al pasar, sin darles importancia, como si la avergonzaran.

Nada sin narrar

Hay allí una extraña vuelta de su condición femenina: con Sartre, que era su igual, se mostraba arrogante, caprichosa, erudita; con Algren, que era hijo de una familia proletaria de Detroit, al que Beauvoir aventajaba de lejos en curiosidad intelectual, se mostraba cortés y hasta servil, como si quisiera ser perdonada por su inteligencia. "Querido, querido mío -le escribió cuando estaba por compartir con él una cabaña en el lago Michigan-: voy a lavar los pisos, voy a cocinar todas las comidas, voy a escribir no sólo mi libro sino también el tuyo." Tal como le sucedería con Sartre, fue Beauvoir la que sacó mejor partido narrativo de esa otra relación. En 1954 publicó una novela, Los mandarines , en la que Algren aparecía casi idéntico al de la realidad aunque con otro nombre, Lewis. En La fuerza de las cosas quiso ir más lejos y contó su aventura de amor con puntos y comas. Algren trató de replicarle, indignado, en artículos publicados por Harper´s y por Playboy . Pero en ese momento (1963), ella era ya demasiado famosa y él casi se había desvanecido en la nada.

Ya se sabe lo que Beauvoir hizo con Sartre: no dejó nada de él sin narrar. Amores, combates intelectuales, trabajos, defecaciones, decrepitud: todo lo que ella supo de Sartre fue transfigurado en palabras.

Siempre me pareció sorprendente -y también terrible- que esa curiosidad casi enfermiza por la intimidad de los otros (o del otro) ocultara toda la curiosidad que Beauvoir debió de sentir por sí misma. En sus memorias no refiere ni uno solo de sus fracasos amorosos ni sus desbocamientos de placer. Así como es impúdica hasta el escándalo con sus parejas, es extremadamente pudorosa con su propia intimidad.

En ninguna obra fue tan nítido ese exhibicionismo del otro como en La ceremonia de los adioses , donde refiere sus últimos diez años junto a Sartre. El libro pretende ser piadoso: es implacable.

Allí se ve a Sartre declinar, perder la voluntad aunque no la lucidez, caer bajo el dominio intelectual de un par de advenedizos, entusiasmarse con la adulación de las adolescentes, advertir con indiferencia que ya no es capaz de controlar sus esfínteres, sucumbir a la gangrena (y a sus olores de náusea), esperar la muerte con torpeza. En cada línea, Simone de Beauvoir acecha la ruina de ese fantasma al que alguna vez amó.

Grandeza y orgullo

Si no se hubiera publicado A Transatlantic Love Affair , nada habría alterado esa imagen de supremo egoísmo. Las cartas a Nelson Algren cambian la historia, al descubrir una Beauvoir que era capaz de suplicar, sufrir, vivir el amor de manera irreflexiva y casi adolescente, con una ternura que casi inspira compasión.

Al menos en los cuatro años que van de 1947 a 1951 -los años en que escribió Los mandarines y El segundo sexo , sus dos obras maestras-, ella se mostró tan indefensa y torpe ante el amor como cualquier otro ser humano. En ese alarde de pequeñez está mucha de su grandeza. Lo demás es sólo amor propio herido, o tal vez orgullo.

Durante el verano de 1950, en la cabaña del lago Michigan, Algren le dijo sorpresivamente que ya no la quería más. Volvieron a encontrarse en el mismo sitio, al año siguiente, y casi no se tocaron.

"Sé feliz, mi querido -le escribió ella desde el aeropuerto de Nueva York, en la carta de despedida-. Sé feliz, y guárdame un lugarcito en el desván de tu corazón." Con esa frase, Beauvoir dejaba el reino de los sentimientos y entraba en el de la pura inteligencia, donde hay menos desdichas pero también mucha menos felicidad.

© La Nación

 

SARTRE VS CAMUS: LA LUCHA NO ACABA CON LA MUERTE

La eterna polémica entre Sartre y Camus renace después de que Onfray haya dedicado al segundo su nuevo libro. Y no oculta sus preferencias: Onfray se queda con Camus. Y la mayoría, también.

En mayo de 1951, Albert Camus se sorprendió al abrir la revista Les Temp Modernes, el órgano auspiciado por Jean Paul Sartre, y leer con incredulidad y depresión una dura crítica de su libro El hombre rebelde. Camus, tras el primer impacto, comprendió que todo diálogo había acabado con- Sartre y los suyos, una relación que duraba años. Sartre, por su parte, pensó que lo que acaba es que tiene que acabar.

La intelectualidad francesa, siempre atenta a todo contexto, se percató de inmediato de que una lucha imprevisible había estallado entre dos líderes de muy distinta naturaleza humana y, por derivación, de distintas corrientes ideológica. Francia, como la conocemos, es un polvorín con la pólvora esparcida por el suelo cuando se enciende la chispa de una controversia que va de lo ideológico a lo personal o a lo sociológico. Albert Camus murió el 4 de enero de 1960 y Jean-Paul Sartre, muchos años más tarde, el 15 de abril de 1980. No importa el paso del tiempo, la guerra sigue abierta.

El filósofo Michel Onfray (Argentan, 1959), quien recientemente escribió un libro desmitificador sobre Sigmund Freud (referenciado en el nº 8 de FH) acaba de publicar la biografía filosófica de Albert Camus, L’ Ordre Libertaire (Flammarion); 600 páginas dedicadas al pensamiento y la vida de un hombre con el que indisimuladamente se siente unido. La obra, sin embargo, servirá para que la guerra a muerte que iniciaron en 1951 Sartre y Camus siga abierta.

Camus, el ganador

Onfray asume la misión de reparar cualquier injusticia que las huestes de Sartre pudieron infligir en un temperamento humanista, apacible, como el de Camus. El biógrafo no quiere ser distante; coloca a Albert Camus como la figura estelar de la primera mitad del siglo XX. Onfray, quien se define como hedonista, tolerante, activo ateo, impulsor de corrientes anarquistas, libertario y realmente implicado con la ética de su tiempo, tiene todas las posibles aproximaciones al pensamiento de Camus. Biógrafo y biografiado, procedían de orígenes humildes, ajenos a la legitimidad parisina. Camus era hijo de un obrero –pied noire– en Argelia y una asistenta sorda, de origen menorquín. Onfray es hijo de unos humildes agricultores normandos. Los dos conocían la orfandad de llegar a la metrópoli sin otro aval que el hambre por incorporarse al escalafón intelectual. Los dos tenían en Nietzsche una primera iluminación, adecuada para abrirse paso en ambientes endogámicos. Para Onfray hay dos tipos de filósofos: el que reduce la vida a conceptos abstractos y se distancia de los mecanismos reales del espíritu y, por contra, aquel otro, representado por talentos como el de Sócrates, Epicuro o Camus, para los que “esculpirnos a nosotros mismos es una forma de dar sentido a la vida”. La verdad es que eso que llamamos posteridad está dando la razón a Albert Camus: sus dos obras emblemáticas –El extranjero y La peste-– han vendido un total de diez millones de ejemplares, lo cual tiene un significado cualitativo indiscutible. Camus hasta ahora está ganando la guerra abierta contra Sartre, tal como la entienden los intelectuales franceses. El curso de la batalla entre talentos y sus obras no se libra principalmente en una dialéctica teórica; son las ideas pero sobre todo las personalidades que las encarnaron las que seducen –en el caso de Camus– o suscitan desconfianza, en el caso de Sartre.

Camus hoy, con la clarificación del tiempo, sigue siendo un hombre que sigue fiel a su origen humilde, lo que le une a los desfavorecidos del mundo, por decisión reflexiva y, lo que es más importante, por empatía espontánea. Mientras, el tiempo sigue dibujando a Sartre dotado de tanto talento como de soberbia y distanciamiento de los seres humanos reales.

La odiosa comparación

Albert Camus descubre su tuberculosis en 1930, con 17 años, y esa enfermedad, disminuyendo sus condiciones físicas con fatigas y toses frecuentes, condiciona mucho su tiempo futuro acercándole al sentimiento trágico de la vida, probablemente de forma muy semejante al peregrinaje de Nietzsche llevando a cuestas su enfermedad. Camus hizo de las dificultades una forma de construirse y llegar a ser el adversario filosófico más temible que Sartre llegó a encontrar. Las dos vidas no podían ocultar cómo se enfrentaban a su entorno.

Sartre, a lomos de un talento que fascina con brillantes formulaciones, frivoliza, sin embargo, en ambiguas relaciones, con el nazismo que pudo ver desde Alemania, con el colaboracionismo y la Resistencia, actitudes que trataba de dotar de sentido, sin alterar íntimamente su conciencia. Camus, más coherente, se enrola en el ejército francés; ayuda a escolarizar niños judíos en Orán; entra en la Resistencia, publica revistas clandestinas. Es fácil de entender que, tras la guerra, dos trayectorias tan diferentes fueran calando en la sociedad francesa a pesar de la constante tarea de desconsideración de la obra de Camus por parte de Sartre y sus tropas. Para ellos, Camus era incapaz de comprender a los filósofos; era un lector de segunda división, en el fondo un pensador burgués o, peor, un filósofo para “clases terminales”. Todo había comenzado en 1951, con una crítica que quizá solo pretendía ejemplificar la sumisión que Sartre exigía a todo intelectual que reclamara un espacio propio.

El juicio final

Camus al fin ha sido comprendido. Decía: “En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio” o “La libertad no es nada más que una oportunidad para ser mejor”. En política, “son los medios los que deben justificar el fin”. Mientras, Sartre decía: “El infierno son los otros”, “Todos los medios son buenos cuando son eficaces”.

Albert Camus recibió el premio Nobel de Literatura, en 1957, cuando tenía 44 años. En 1964, siete años después que Camus, Sartre recibió el ofrecimiento del Nobel de Literatura; lo rechazó explicando que su aceptación implicaría perder su identidad como filósofo.

 

 


 


 


 


 


 


 


 

 

PALABRAS PROFANAS NTES, INCITACIONES Y ENSAYOS


domingo, 30 de octubre de 2011


Revisitando la polémica Camus-Sartre


Publicado en la revista Sudestada, octubre de 2011

Por Mariano Pacheco

 

Como en la guerra, en la polémica también es necesario que el agredido responda para que se den por iniciados los enfrentamientos. Eso, precisamente eso, sucedió cuando Jean Paul Sartre decidió responder a los ataques de Albert Camus.

Para cuando se desató este verdadero duelo intelectual, en 1952, ambos autores estaban entre los más reconocidos escritores e intelectuales de Francia. Camus ya había publicado sus novelas El extranjero y La peste, y sus principales obras teatrales: Calígula y El malentendido, Estado de sitio y Los justos. Sartre, todas las novelas que publicaría en vida: La náusea y los tres tomos de Los caminos de la libertad, su primer y único libro de cuentos, El muro, y gran parte de sus más importantes obras de teatro, como Las moscas, A puerta cerrada, Muertos sin sepultura, La mujerzuela respetuosa, Las manos sucias y El diablo y el buen Dios. Por supuesto, también era ya un reconocido pensador, en parte por su libro El ser y la nada y el ensayo ¿Qué es la literatura? Pero por sobre todo, Sartre era quien había pronunciado la célebre conferencia “El existencialismo es un humanismo” apenas terminada la segunda guerra mundial, de la que Camus fue un actor destacado, debido a sus importantes tareas desarrolladas en la resistencia antifascista.

 

La polémica

La ruptura entre ambos se produjo luego de que el célebre periódico Les Temps Modernes publicara un artículo escrito por Francis Jeanson, donde le reprocha a Camus (que había publicado recientemente El hombre rebelde), que reduzca su rebeldía al plano estético. Camus le contesta a Sartre, que dirige el diario, y no al autor de la nota. Escribe: “empiezo a estar cansado de ver cómo yo, y sobre todo antiguos militantes que nunca eludieron la responsabilidad en los problemas de su tiempo, reciben clases de eficacia de censores que nunca colocaron más que su sillón en el sentido de la historia”.

Frase que lidiaba con lo patético, dice uno de los biógrafos de Sartre (Annie Cohen Solal), que coloca a Camus en un lugar torpe y ridículo, que lo deja con su orgullo apaleado y sus llagas al descubierto, mostrando así su mayor debilidad. Algo que aun recordará Simone de Beauvoir varios años después, cuando redacte uno de los tomos de sus memorias (Las fuerzas de las cosas), y escriba que, más allá del rencor que sentía por alguna de las cosas escritas por Camus, sin embargo, la había conmovido saber “hasta qué punto le habían dolido algunos de los ataques dirigidos contra El hombre rebelde”.

Todo el alboroto se produce, básicamente, porque Camus le reprocha a Sartre que no denuncie los campos de trabajo forzado que funcionan en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). “Ninguna crítica de mi libro puede prescindir de este hecho”, afirma Albert.

Entonces Sartre se enoja, puesto que ante la deshonra que siente frente a un tono tan injurioso –dice– se ve obligado a no callar. Y de allí la carta, también publicada en el legendario diario, con la que replica los dichos de Camus y explica que hubiese preferido que la discrepancia entre ambos se hubiera dado por una diferencia de fondo, y no contaminada por “no sé qué tufillo de vanidad herida”. Y dedica extensas páginas en atacar a Camus en tres frentes, de manera simultánea: en primer lugar, por el dispositivo utilizado (atacarlo a él en vez de a quien ha escrito el artículo). En segundo lugar, por la acusación que realiza (que los integrantes del diario están de acuerdo con “los campos”). Por último, con relación a la posición que cada uno ocupa, en ese momento, dentro del campo cultural francés.

Veamos, entonces, cómo Sartre aborda cada uno de estos tres frentes de batalla.

En cuanto al dispositivo, Sartre desmenuza el escrito desde las primeras dos palabras. “En esta carta resulta difícil distinguir el procedimiento a secas, del procedimiento de mala fe. Me llama usted Señor Director, cuando todo el mundo sabe que nos liga una amistad de diez años; se dirige a mí, con el evidente propósito de refutar a Jeanson; éste es ya un procedimiento de mala fe”. Y lanza allí toda su artillería. Afirma que al no hablarle nunca al autor de la nota, Camus pone a Jeanson al margen de lo humano. “Por momentos llega usted a aniquilarlo del todo, y escribe tranquilamente su artículo, refiriéndose a mí, como si yo fuera el autor… Pero yo me pregunto, Camus, ¿quién es usted para imponer semejantes distancias?”. Y finalmente remata: “porque en resumidas cuentas, ¿a qué viene semejante alboroto? A Jeanson  no le gustó su libro, lo dijo, y usted se disgustó”. Claro, luego Camus utiliza un “hábil empleo del plural”, colocando a Sartre en dos incómodos lugares: como un criminal que está de acuerdo con “los campos” y como aquel que encarga los trabajos sucios a otros (en este caso criticarlo a él a través de la pluma de otro).

En cuanto a la acusación, Sartre expresa, en primer lugar, su disgusto por la forma en que Camus ha abordado el tema. Le dice que, como en las películas, se comporta como el polizonte que camina haciendo crujir sus zapatos (“Vamos hombre, te digo que ya lo sabemos todo. Te estás haciendo más sospechoso con tu silencio. Confiesa de una vez tu complicidad. Conocías esos campos, ¿no es así?”). Luego retruca que así como es justo que él pueda decir que Jeanson no ha hablado en su artículo de “los campos”, también lo es que el otro respondiera planteando que es ridículo que el escritor decida lo que el crítico debe decir. Por otra parte –remata Sartre– usted no se ocupa tanto de los campos en su libro, y no se entiende muy bien por qué exige de pronto que se los ponga sobre el tapete, salvo que algún informante mal informado le hubiera hecho creer que de ese modo nos colocaría en un aprieto”. Y en seguida aclara que el colectivo de Les Temps Modernes planteó el asunto y tomó partido ni bien la opinión pública francesa se enteraba del tema. Y más tarde, nuevamente, tanto en editoriales como en notas y artículos. “La existencia de esos campos puede producirnos indignación, puede causarnos horror, hasta es posible que nos obsesione, pero ¿por qué habría de ponernos en un aprieto? ¿He retrocedido yo alguna vez cuando se trató de decir lo que pensaba de la actitud comunista?”. Escribe finalmente Sartre: “Sí, Camus: convengo con usted en que esos campos son inadmisibles; pero también me parece inadmisible el uso que hace de ellos diariamente la llamada prensa burguesa”.

Por último, y con relación a la posición de los intelectuales en la historia, Sartre acusará a Camus de haber utilizado el sufrimiento que padecen quienes fueron a parar a esos campos para aplastar a un crítico que no le cantó loas, cuestión que le parece inadmisible. “Mi posición personal es muy distinta –refuta–, pienso que el único modo de auxiliar a los esclavos de allá es tomar partido por los de aquí”. Y derriba, como de un mazazo, todo el capital simbólico de su adversario, poniéndolo en jaque con su galardón político más preciado: su rol durante la resistencia. Sartre toma una frase de Cartas a un amigo alemán, donde Camus escribió: “durante años han querido ustedes hacerme entrar en la historia”. Y toma esa frase para decir que si en 1941 Camus ingresó en la Historia, fue un poco forzado por las circunstancias, porque entonces se trataba de impedir “que la locura hitlerista destruyera un mundo en que la exaltación solitaria era todavía posible para algunos”. Pero una década más tarde, cuando ya no se trata de defender el statu quo sino de cambiarlo, ahí sí, Camus, que se cree fuera de la Historia, pone condiciones para reingresar en ella: pide que se le ofrezcan las más seguras garantías. 

Sartre, por el contrario, sostiene que se quiera o no se está dentro de la Historia y, por lo tanto, hay que ser digno de participar en ella. “Puesto que estamos metidos hasta el cuello debemos tratar de darle el sentido que nos parezca mejor, prestando nuestra colaboración, por pobre que sea, a todas las acciones concretas que la necesiten”. Y luego remata: “para merecer el derecho de influir sobre los hombres que luchan, primero hay que participar en su lucha; hay que aceptar muchas cosas, antes de hacer lo posible por modificar algunas”.

Al parecer, ese es el momento en que Sartre está dispuesto a aceptar algunas cosas para poder ser, al menos coyunturalmente, un compañero de ruta de los comunistas.

 

El largo adiós

“Ignoro lo que será de nosotros: quizá volveremos a encontrarnos en el mismo bando, quizá no… La revista está a su disposición si quiere contestarme, pero yo no lo haré otra vez”, escribe Sartre hacia el final de aquella carta-polémica de agosto de 1952. “Espero que nuestro silencio hará que se olvide esta polémica” es la última oración.

Hasta que Camus murió en un accidente automovilístico, el 4 de enero de 1960,  Sartre se mantuvo encerrado en un profundo silencio respecto del tema. Pero tres días más tarde, bajo el título “Albert Camus”, publica una pieza conmovedora en torno a esa extraña amistad hecha trizas por el debate y olvidada por el paso del tiempo. Allí dice que durante los últimos meses suponían que Camus, como muchos de ellos, estaría cambiando, junto con el mundo. “Esto bastaba para que su presencia siguiera viva”. Y aclara: “Nos habíamos distanciado, él y yo. Un distanciamiento no significa gran cosa, aunque vaya a ser definitivo”.

La muerte, para Sartre, es ante todo imposibilidad de ser. De allí que no pueda conjeturarse que habría hecho, dicho, pensado Camus respecto al mundo convulsionado que se avecinaba. Sabemos, sí, algunas de las cosas que hizo antes de morir. Por ejemplo, que en 1956, estando en Argel, había intentado mantener una posición intermedia, pacifista entre los combatientes del movimiento independentista argelino y el ejército francés –recordemos que Camus nació en el seno de una familia de colonos franceses instalados en Argel y  que allí realizó sus estudios–, lanzando su “Llamada a la tregua civil”, por la cual fue abucheado por una multitud que pedía a gritos su muerte, en un contexto en el cual estar en el medio era mucho más que no posicionarse junto a las víctimas del desastre realizado por las fuerzas de ocupación (véase, a modo de ejemplo, el brillante film de Gillo Pontecorvo, La batalla de Argel). Sabemos, también, que al año siguiente recibió el Premio Nobel de Literatura. Premio que Sartre rechazaría en 1964.

En fin, de alguna manera extraña la polémica entre ambos ha sido leída muchas veces en una clave moralista. Se ha dicho, creo que injustamente, que Sartre se negaba a condenar los campos en la URSS, a diferencia de Camus, para quien los principios éticos primaban por sobre las oportunidades políticas. Injustamente –digo– porque como ya se ha señalado, en Les Temps Modernes había sido denunciado el tema en más de una oportunidad. Fue la pluma de Merleau Ponty, por ejemplo, quien expresara que si bien Rusia seguía siendo “incomparable con las demás naciones” y que no estaba permitido “juzgar  sino aceptando su proyecto y en nombre de éste”, también será él quien afirmará, en relación con los campos de trabajo soviéticos, que eran más criminales que los otros, “puesto que traicionaban la revolución”.

¿No podríamos pensar, acaso, que el acercamiento de Sartre al Partido Comunista Francés tuvo que ver con esa coyuntura tan particular, que implicaba una ofensiva conservadora no sólo en el país sino también en Estados Unidos y otros sitios del mundo? Acercamiento, por otra parte, que duró sólo dos años y medios, y que funcionó como una suerte de paréntesis a partir del cual Sartre dejaría de ser para los comunistas ese enemigo acérrimo (el que finalmente nunca dejó de ser), para pasar a ser un compañero de viaje, al fin y al cabo siempre un camarada crítico. Dicho de otro modo, ¿no tuvo que ver esa actitud con realizar un aporte para impedir que el partido fuera silenciado y se terminaran las persecuciones y encarcelamientos a sus militantes?

Porque lo que estaba en juego en la polémica con Camus, no era solamente la condena de los campos en la URSS, sino también la necesidad de preservar, al menos por algún tiempo, la imagen de un país socialista ante un contexto de macartismo en ascenso. Y en ese punto, tanto Sartre como sus camaradas del periódico, no estaban dispuestos a condenar aisladamente a Rusia, es decir, si no era en el marco de una denuncia más general de la opresión realizada por occidente en todo el mundo. Es que no podían dejar de concebir la necesidad de no caer en un anticomunismo indiscriminado, como el que ellos le reprochan a Camus. Anticomunismo que pretendía cerrar las bocas de cualquiera que protestara contra cualquier abuso, simplemente con la pregunta: ¿y los campos?

 

Sartre y Camus, ayer y hoy

Han pasado casi seis décadas desde aquella polémica. ¿Tiene sentido, entonces, volver sobre aquellos asuntos? ¿No es mera nostalgia, o peor aún, una reaccionaria idealización del pasado? Sospecho que no, en la medida en que entendamos que importantes elementos de aquel debate continúan estando –tal vez a modo de huellas– presentes en muchos de los debates estético-políticos de hoy en día.

Cabe destacar, a modo de cierre, que 1960, además de ser el  año de la muerte de Camus, es el año en que Sartre publica su Crítica de la razón dialéctica. Para entonces, Sartre ya había roto con los comunistas, producto de la invasión a Hungría por parte de la URSS. En uno de los dos tomos de aquel libro ejemplar, Sartre dice, entre otras cuestiones, que “el marxismo, lejos de estar agotado, es aún muy joven, casi está en la infancia, apenas si ha llegado a desarrollarse. Sigue siendo, pues, la filosofía de nuestro tiempo; es insuperable porque aún no han sido superadas las circunstancias que lo engendraron”.

Frase que en este nuevo siglo parece no haber perdido actualidad.

 

 

6. PREGUNTA CERRADA SOBRE LA ACTUALIDAD O VIGENCIA DEL FRAGMENTO: EJEMPLO HIPOTÉTICO: ¿CREES QUE LAS IDEAS DE SARTRE SOBRE LA RESPONSABILIDAD PERSONAL JUSTIFICAN LAS PROTESTAS EN LA PUERTA DEL SOL Y EN OTRAS CAPITALES ESPAÑOLAS (MOVIMIENTO "DEMOCRACIA REAL YA") ASÍ COMO EL PANFLETO "¡INDIGNAOS! DE STÉPHANE HESSEL?.

         

        Aclaración: Habría resultado hasta cierto punto fácil redactar una comparación entre el fragmento de SARTRE (El Existencialismo es un Humanismo) (1946) y el de ORTEGA y GASSET (1883-1955), Historia como Sistema (1935), pues la diferencia cronológica y temática es muy escasa. El alumno ya conoce ambos textos y confío en que captará por sí solo los paralelismos.

 

                 Otra forma de abordar esta cuestión de "la vigencia" habría sido hablar de la fenomenología existencialista -Edmund HUSSERL (1859-1938), Martin HEIDEGGER (1889-1976) y el propio Jean-Paul Sartre- y de su influencia sobre la TERAPIA GESTALT, el PSICOANÁLISIS Y LA PSICOLOGÍA HUMANISTA. Esto supondría hablar de lo que más me interesa ahora: de la Filosofía a la Psicología y a la Psicoterapia.

                

        Sin embargo voy a simpllificar y referirme solamente a la influencia en Stéphane HESSEL (autor del panfleto o libelo Indignez-vous! (2009) (¡Indignaos!)) de las ideas de Sartre acerca la responsabilidad personal, el proyecto existencial, la autenticidad, el compromiso político y la invención del hombre.

                

        Por supuesto que la respuesta a la cuestión que propongo es libre y probablemente la contestación menos dualista -ni un sí ni un no absolutos- , la más matizada, también sería la más inteligente. Ofrezco a continuación la pequeña entrada de wikipedia sobre el héroe de la Resistencia: Hessel, uno de los que firmaron la declaración de las Naciones Unidas de los Derechos Universales (Derechos Humanos) (1948) así como lo que creo que es el texto íntegro de ¡Indignaos!. Aunque la traducción y la edición contengan algunos defectos creo que hablan por sí solas. "Crear es resistir; resistir es crear".

 

STÉPHANE HESSEL

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Stéphane Hessel (Berlín, Alemania, 20 de octubre de 1917) es un diplomático, escritor, y militante político francés. Fue miembro de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, capturado y torturado por la Gestapo,[1] [2] y recluso de los campos de concentración de Buchenwald y Dora-Mittelbau. Fue uno de los redactores de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

Biografía

Tras la Segunda Guerra Mundial, como diplomático, Hessel participó en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos.[3] Asimismo, ha sido embajador de Francia ante la ONU.[3]

El 15 de marzo de 2009, durante la convención nacional de los comités locales de Europe Écologie en París, junto Cohn-Bendit y José Bové, Stéphane Hessel anunciaba su voluntad de apoyar las listas del partido para las elecciones europeas de junio de 2009, con "la esperanza de ver surgir una izquierda impertinente con peso". Desde entonces su compromiso con la formación continúa, apoyándola también en los comicios regionales del 2010.[4]

Publicaciones

Su libro, Indignez vous! (¡Indignaos!), de gran popularidad durante las navidades del 2010 en Francia,[5] con ventas de casi 1,5 millones de ejemplares,[2] ha sido traducido al español y publicado por el Editorial Destino, del Grupo Planeta, con prólogo de José Luis Sampedro, y al gallego, Indignádevos!, publicada por Faktoría k de libros, prologada por Manuel Rivas. Las Protestas en España de mayo de 2011 y el Movimiento de indignados 15-M se inspiran en sus ideas.[6]

Condecoraciones


·        Premio UNESCO/Bilbao para una Cultura de los Derechos Humanos, 2008[7]

Referencias

1.      «El héroe que escribió un 'best seller'» El País Consultado el 26 de abril de 2011

2.      a b (en inglés) «A Resistance Hero Fires Up the French» The New York Times Consultado el 26 de abril de 2011

3.      a b «Alegato contra la indiferencia» El País Consultado el 26 de abril de 2011

4.      Intervención de Stéphane Hessel para Europe Écologie 09/02/2011. (en francés)

5.      Reseña en La Coctelera Consultado el 26 de abril de 2011

6.      El País (sección: editorial); Indignados en la calle, 17 de mayo de 2011 (consultado el mismo día).


Bibliografía

·        Hessel, Stéphane: Hacia nuevas solidaridades. Diez diálogos sobre cooperación al desarrollo. Ediciones La Catarata, 2009. ISBN: 978-84-8319-438-6

·        Hessel, Stéphane (marzo de 2011) [2010]. ¡Indignaos! Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica (1.ª. 4.ª impresión edición). Barcelona: Destino. pp. 60. ISBN 978-84-233-4471-0.

·        Hessel, Stéphane; Helvig, Jean-Michel (2008) (en francés). Citoyen sans frontières. Conversations avec Jean-Michel Helvig [Ciudadano sin frontieras. Conversaciones con Jean-Michel Helvig]. París: Fayard. ISBN 978-2-213-63372-5.

Enlaces externos

·        Colabora en Commons.Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Stéphane Hessel. Commons

 

¡INDIGNAOS!
Después de 93 años, estoy cerca del final. El final para mí ya no está muy lejos. Pero todavía permítanme recordar a otros que actuaron basados en mi compromiso político. Fueron los años de resistencia a la ocupación Nazi -- y el programa de derechos sociales elaborado hace 66 años atrás por el Consejo Nacional de la Resistencia.
Es a Jean Moulin [miembro asesinado del Consejo] a quien le debemos como parte de este Consejo, la unidad de todos los elementos de la Francia ocupada -- los movimientos, los partidos, los sindicatos -- para proclamar su membresía en la Francia combatiente, y le debemos esto al único líder que lo reconoció, el general Charles de Gaulle. Desde Londres donde me uní a de Gaulle en Marzo de 1941, aprendí que este Consejo había completado un programa lo adoptó el 15 de Marzo de 1944, que ofrece para la Francia liberada un grupo de principios y valores en los que descansaría la moderna democracia de nuestro país.
Estos principios y valores los necesitamos más que nunca. Es hasta que nosotras lo veamos, todas juntas, que nuestra sociedad se vuelva una de la que estemos orgullosos, no esta sociedad de inmigrantes sin papeles -- expulsiones, sospechas respecto a los inmigrantes. No esta sociedad donde se cuestiona la seguridad social y los planes de pensiones y salud nacionales. No esta sociedad donde los medios masivos están en manos de los ricos. Son cosas en las que nos habríamos negado a ceder si fuésemos los herederos verdaderos del Consejo Nacional de la Resistencia.
Desde 1945, después de un horroroso drama [La 2ª Guerra] hubo una ambiciosa resurrección de la sociedad a la que el mismo remanente del contingente del Consejo de la Resistencia se dedicó. Recordémosles mientras creaban un programa de salud nacional y de pensiones tal como la Resistencia quería, como su programa estipulaba, "un plan completo de salud nacional y seguridad social, apuntado a asegurar a todos los ciudadanos y ciudadanas los medios de subsistencia cuando sea que estén incapacitados para encontrar un trabajo; una jubilación que permita a los viejos trabajadores terminar sus días con dignidad.
Las fuentes de energía, electricidad, y gas, minas, los grandes bancos, fueron nacionalizados. Ahora esto fue como el programa recomendaba: "... el retorno a la nación de los monopolizados medios de producción, frutos del trabajo común, fuentes de energía, riqueza de las minas, de compañías de seguros y de los grandes bancos; la institución de una verdadera democracia económica y social involucra la salida de los grandes feudos económicos y financieros de la dirección de la economía."
El interés general debe dominar sobre los intereses especiales. El hombre justo cree que la riqueza creada en la esfera del trabajo debe dominar sobre el poder del dinero.
La Resistencia propuso, "una organización racional de la economía asegurando la subordinación de los intereses especiales a los intereses generales, y la emancipación de los "esclavos" de la dictadura profesional que fue instituída en los estados fascistas," que había usado el gobierno interino [por dos años después de la guerra] de la república como un agente.
Una verdadera democracia necesita una prensa independiente, y la Resistencia lo sabía, lo demandaba, defendiendo "la libertad de prensa, su honor y su independencia del Estado, el poder del dinero y la influencia extranjera." Esto es lo que alivió las restricciones a la prensa desde 1944. Y la libertad de prensa está definitivamente en peligro hoy.
La Resistencia solicitó una "real posibilidad para que todos los niños y niñas franceses se beneficien de la más avanzada educación" sin discriminación. Las reformas ofrecidas en el 2008 van contra este plan. Jóvenes profesores y profesoras, cuyas acciones apoyo, llegaron al extremo de negarse a aplicarlas, y vieron sus salarios reducidos como forma de castigo. Se indignaron, "desobedecieron", juzgando esas reformas demasiado alejadas del ideal de una escuela democrática, muy al servicio de una sociedad de comercio y no desarrollando la mente inventiva ni crítica suficiente.
Todas las fundaciones de la conquista social de la Resistencia están amenazadas hoy.
EL MOTIVO DE LA RESISTENCIA: INDIGNACIÓN.
Alguno se atreverá a decirnos que el Estado no puede afrontar los gastos de estas medidas para ciudadanos nunca más. ¿Pero cómo puede existir hoy una falta de fondos para apoyar y extender estas conquistas si la producción de riqueza ha aumentado considerablemente desde el periodo de la Liberación cuando Europa estaba en ruinas? Al contrario, el problema es el poder del dinero, tan opuesto por la Resistencia y el gran hombre egoísta, con sus propios sirvientes en las altas esferas del Estado.
Los bancos privatizados de nuevo, han probado estar más preocupados de sus dividendos y de los altos sueldos de sus líderes que del interés general. Esta disparidad entre los más pobres y los más ricos nunca había sido tan grande, ni amasar fortunas y la competición tan incentivado.
¡El motivo básico de la Resistencia fue la indignación!
Nosotros, los veteranos de los movimientos de resistencia y de las fuerzas de combate de la Francia Libre, llamamos a la generación joven a vivir, transmitir, el legado de la Resistencia y sus ideales. Les decimos: Tomen nuestro lugar, ¡Indígnense!
Los líderes políticos, económicos e intelectuales y la sociedad no tienen que ceder ni permitir la opresión de una dictadura internacional real o de los mercados financieros que amenazan la paz y la democracia.
Deseo para todas las personas, para cada una que tengan sus propios motivos de indignación. Es invaluable. Cuando alguien te atropella como era atropellado por el Nazismo, la gente se vuelve militante, fuerte y comprometida. Ellos se unen a este momento histórico y los grandes momentos de la historia deben continuar gracias a cada individuo. Y este momento conduce a más justicia, más libertad, pero no a esa libertad ilimitada del zorro en el gallinero. Los derechos contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 son justamente eso, universales.
Si te encuentras con un desfavorecido, siente pena por él pero ayúdale a ganar sus derechos.
DOS VISIONES DE LA HISTORIA
Cuando trato de entender qué causó el fascismo, lo que lo hizo que tantos fueran dominados por Hitler y el régimen de Vichy, me digo a mí mismo que los propietarios, con sus egoísmos estaban tremendamente asustados con la revolución Bolchevique. Se les permitió liderar con sus miedos.
Pero si, hoy como entonces una activa minoría se levanta, será suficiente; debemos ser la levadura que hace que el pan suba. Ciertamente, la experiencia de una persona muy vieja como yo, nacida en 1917, es diferente a la experiencia de la gente joven de hoy en día. Yo a menudo le pido a profesores la oportunidad de interactuar con sus estudiantes y les digo: No tienen las mismas obvias razones para comprometerse. Para nosotros resistir era no aceptar la ocupación alemana, vencer. Esto fue relativamente sencillo. Simple como lo que siguió la descolonización. Entonces vino la guerra en Argelia.
Era necesario que Argelia fuese independiente, era obvio. En cuanto a Stalin, aplaudimos la victoria del Ejército Rojo contra los Nazis en 1943. Pero ya sabíamos de las atrocidades stalinistas de 1935, e incluso si era necesario mantener los oídos abiertos hacia el comunismo para compensar el capitalismo estadounidense, la necesidad de oponernos a esta insoportable forma de totalitarismo se había establecido como una perogrullada. En mi larga vida presencié una sucesión de motivos para indignarme.
Estas razones nacieron menos de una emoción que de un compromiso deliberado. Como estudiante de una escuela normal [una escuela de magisterio] fui muy influenciado por SARTRE, un compañero de estudios. Su "La náusea" [Una novela], "El Muro" [Un drama] y "El Ser y la Nada" [un ensayo] fueron muy importantes en el entrenamiento de mi pensamiento. Sartre nos enseñó "Ustedes son responsables como individuos". Ese fue un mensaje libertario. La responsabilidad de una persona no puede ser asignada por el poder o una autoridad. Al contrario, es necesario estar involucrado en el nombre de la responsabilidad de uno como ser humano.
Cuando entré en la French Ècole Normale Superieure, en la calle Ulm en París en 1939, entré como un ferviente adherente del filósofo Hegel, y adherí al pensamiento de Maurice MERLEAU-PONTY. Su enseñanza explora la experiencia concreta, la del cuerpo y sus relaciones con los sentidos, una gran sensación singular enfrentada con una pluralidad de sensaciones. Pero mi optimismo natural que busca que todo lo deseable sea posible, me llevó más bien a Hegel. El Hegelismo interpreta la larga historia de la humanidad como teniendo un significado: Es la libertad del hombre progresando paso a paso. La historia se hace de sucesivos choques y la toma en consideración de los desafíos. La historia de las sociedades y por lo tanto, de los avances, y al final el hombre ha alcanzado su plena libertad, tenemos en el estado democrático su forma ideal.
Este es ciertamente otro entendimiento de la historia. Dice que el progreso está hecho de "libertad", luchando por "siempre más"; esto puede ser como si viviésemos en un huracán devastador. Así es como se lo representaba a un amigo de mi padre, el hombre que compartió conmigo un esfuerzo por traducir al alemán "En busca del tiempo perdido" [novela] de Marcel PROUST.
Él era el filósofo alemán Walter BENJAMIN. Había elaborado una visión pesimista de una pintura de Paul Klee, un pintor suizo, el "Angelus Novus", donde la cara del ángel abre los brazos para contener y empujar una tempestad, que él identifica con el progreso. Para Benjamin, que se suicidaría en septiembre de 1940 para escapar del Nazismo, el sentido de la historia es la progresiva dominación de un desastre tras otro.
INDIFERENCIA: LA PEOR DE LAS ACTITUDES.
Es verdad que las razones para estar indignadas pueden verse hoy menos claramente relacionadas o el mundo se ha vuelto demasiado complejo. ¿Quién está haciendo el ordenamiento, quién lo decide? No es siempre sencillo diferenciar entre todas las corrientes que nos gobiernan. No estamos lidiando con una pequeña élite cuyas actividades pueden ser fácilmente visibles. Este es un mundo vasto, en el cual tenemos una sensación de interdependencia. Vivimos en una interconectividad como nunca antes. Pero en este mundo todavía hay cosas intolerables. Para verlas, es bueno y necesario mirar, buscar. Le digo a los jóvenes, busquen poco y eso es lo que van a encontrar. La peor de las actitudes es la indiferencia, decir "No puedo hacer nada contra eso. Ya me las arreglaré para salir adelante." Por incluirte a ti mismo en esto, pierdes uno de los elementos que hacen al ser humano: la facultad de indignarse y el compromiso que es una consecuencia de lo primero.
Ellos y ellas [las personas jóvenes] pueden desde ya identificar dos grandes desafíos nuevos:
1. La gran brecha que existe entre los más pobres y los más ricos y que no cesa de crecer. Es una innovación de los siglos 20 y 21. Los más pobres en el mundo de hoy ganan apenas dos dólares al día. Las nuevas generaciones no pueden dejar que esta brecha se vuelva mayor. Los reportes oficiales por sí solos deberían provocar un compromiso.
2. Derechos humanos y estado del planeta: Tuve la oportunidad después de la Liberación de participar en la escritura de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas, el 10 de Diciembre de 1948 en París en el Palacio de Chaillot. Fue como secretario privado principal de Henry Laugier, el Secretario General adjunto de la ONU, y como secretario de la Comisión sobre Derechos Humanos que yo con otros participamos en la redacción de esta declaración. No sabría cómo olvidar el rol en su elaboración de René Cassin, quien fue comisionado nacional de justicia y educación en el gobierno de la Francia Libre en Londres en 1941 y ganó el Premio Nobel en 1968, ni el de Pierre Mendès-France en el Consejo Económico y Social a quien le enviábamos los borradores que producíamos antes de ser considerados por el Tercer Comité (Social, Humanitario y Cultural) de la Asamblea General. Fue ratificado por los 54 estados miembros en sesión de las Naciones Unidas y yo lo certifiqué como secretario.
Es a René Cassin a quien le debemos el concepto de "derechos universales" en vez de "derechos internacionales" como lo planteaban nuestros amigos estadounidenses y británicos. Esto [universal en vez de internacional] fue clave porque, al final de la Segunda Guerra mundial, lo que estaba en juego era lo que iba a ser emancipado de las amenazas del totalitarismo que había pesado sobre la humanidad.
Para llegar a ser emancipado era necesario obtener de los estados miembros de la ONU una promesa de respetar estos derechos universales. Esto fue una forma de tratar de burlar el argumento de "soberanía total" que cada nación enfatiza mientras se dedica a provocar violaciones contra la humanidad en su propio suelo. Tal sería el caso de Hitler quien se sentía con un poder supremo y autorizó a provocar un genocidio. Esta declaración universal le debe mucho a la repulsión universal hacia el Nazismo, el fascismo y el totalitarismo -- y le debe un montón, en nuestras mentes al espíritu de la Resistencia.
Tenía la sensación de que era necesario moverse rápidamente para no ser engañados por la hipocresía que había en la composición de la ONU, algunos que reclamaban que esos valores ya estaban ganados no tenían intención alguna de promoverlos fielmente -- afirmaban que nosotros tratábamos de imponerles valores en la declaración.
No puedo resistirme al deseo de citar el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948): "Toda persona tiene el derecho a una nacionalidad." El artículo 22 dice: "Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad." Y si bien esta afirmación tiene un alcance declarativo y no legal, ha jugado un papel muy importante desde 1948. Esto llevó al pueblo colonizado a pelear por su independencia; esto sembró en sus mentes una batalla por la libertad.
Noto con satisfacción que en el curso de las últimas décadas ha habido un aumento en las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y en movimientos sociales como ATTAC (Asociación por una Tasa a las Transacciones financieras especulativas y la Acción Ciudadana) o como la FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos) y Amnistía Internacional que son activos y competitivos. Es obvio que para ser efectivos hoy es necesario actuar en red, usar todos los medios de comunicación modernos.
A la gente joven le digo: Miren alrededor, encontrarán temas que justifiquen su indignación -- hechos acerca del tratamiento de inmigrantes, de inmigrantes "ilegales", de gitanos. Encontrarán situaciones concretas que les llevan a fortalecer su acción ciudadana. ¡Busquen y encontrarán!
MI INDIGNACIÓN POR LO QUE OCURRE EN PALESTINA.
Hoy mi mayor indignación tiene que ver con Palestina, la Franja de Gaza y Cisjordania. Este conflicto es indignante. Es absolutamente esencial leer el reporte de Richard Goldstone, de Septiembre del 2009, en Gaza, en que un juez sudafricano y judío que afirmaba aún ser un sionista, acusó al ejército israelí de haber cometido "actos comparables a crímenes de guerra y quizás en determinadas circunstancias, crímenes contra la humanidad" durante su "Operación Plomo Fundido" que duró 3 semanas.
Volví a Gaza en 2009 cuando pude entrar con mi esposa gracias a nuestros pasaportes diplomáticos, para estudiar de primera mano lo que el reporte decía. La gente que nos acompañaba no fue autorizada a entrar en la franja. Allí y en Cisjordania. También visitamos el refugio de palestinos establecido por la UNRWA desde 1948, donde más de 3 millones de palestinos fueron expulsados desde sus tierras en Israel, esperando todavía un cada vez más problemático retorno.
En cuanto a Gaza, esto es como una cárcel sin techo para un millón y medio de palestinos. Una prisión donde la gente se organiza para sobrevivir. A pesar de la destrucción material como la del Hospital de la Media Luna Roja por la Operación Plomo Fundido, está el comportamiento de sus habitantes, su patriotismo, su amor por el mar y las playas, su constante preocupación por el bienestar de sus niños, que son innumerables y alegres, que permanecen en mi memoria. Estábamos impresionados con cuán ingeniosamente ellos enfrentaban todas las carencias que les han sido impuestas. Les vimos hacer ladrillos, por falta de cemento, para reconstruir las miles de casas destruidas por los tanques. Ellos nos confirmaron que hubo 1.400 muertos -- incluyendo mujeres, niños y ancianos en el campo palestino -- durante esta "Operación Plomo Fundido" llevada a cabo por el ejército israelí, comparada con tan sólo 50 personas heridas en el lado israelí. Comparto las conclusiones del juez sudafricano. Que estos judíos puedan, ellos mismos, perpetrar crímenes de guerra es insoportable. Ay, la historia no nos da ejemplos suficientes de gente que extrae lecciones desde su propia historia.
¿TERRORISMO O EXASPERACIÓN?
Sé que Hamás [partido de los luchadores de la libertad palestinos], que ha ganado las últimas elecciones legislativas, puede no ayudarlos que cohetes sean lanzados sobre ciudades israelíes en respuesta a la situación de aislamiento y bloqueo en que los habitantes de Gaza viven. Pienso naturalmente que el terrorismo es inaceptable; pero es necesario admitir (desde la experiencia en Francia) que cuando el pueblo está ocupado por fuerzas inmensamente superiores a ellos mismos, la reacción popular no puede ser totalmente pacífica.
¿Le es útil a Hamás lanzar cohetes hacia Sdérot [pueblo israelí al otro lado de la frontera con la franja de Gaza]?
La respuesta es no. Esto no sirve a sus propósitos pero ello puede explicar esto como una muestra de la exasperación de los gazanos. Bajo la noción de exasperación, es necesario entender la violencia como la lamentable conclusión de situaciones inaceptables a las cuales han sido sometidos.
Por lo tanto, ellos pueden llamarlo, terrorismo como una forma de exasperación. Y este llamado "terrorismo" es un nombre inapropiado. Uno no debería tener que recurrir a esta exasperación, pero hay que tener esperanza. La exasperación es una negación de la esperanza. Es comprensible, diría que es casi natural, pero aún es inaceptable. Porque esto no permite a adquirir resultados que la esperanza posiblemente puede eventualmente producir.
NO VIOLENCIA: EL CAMINO QUE DEBEMOS APRENDER A SEGUIR.
Estoy persuadido de que el futuro le pertenece a los no violentos, la reconciliación de diferentes culturas. Es por esta vía que la humanidad entrará a su siguiente etapa. Pero en esto estoy de acuerdo con SARTRE: No podemos excusar a los terroristas que lanzan bombas, pero podemos entenderlos. Sartre escribió en 1947: "Reconozco que la violencia en cualquier forma que pueda manifestarse es un revés. Pero es un revés inevitable porque estamos en un mundo de violencia. Y si bien es cierto que el riesgo de recurrir a la violencia es permanente, es también cierto que es el medio seguro para hacerla detenerse."
A esto añadiría que la no-violencia es una segura forma de hacer que la violencia se detenga. Uno no puede tolerar el terrorismo, usando a Sartre o en el nombre de este principio, durante la guerra de Argelia ni durante los juegos olímpicos de Munich en 1972, en el intento de asesinato contra los atletas israelíes. El terrorismo no es productivo y Sartre mismo se preguntaría al final de su vida sobre el sentido de la violencia y dudar de su razón de ser.
Sin embargo, proclamar "la violencia no es efectiva" es más importante que saber si uno debe condenar o no a quienes se dedican a esto. El terrorismo no es efectivo. En la noción de la efectividad, una esperanza no sangrienta es necesaria. Si hay una esperanza violenta, está en el poema de William Appollinaire "la esperanza es violenta" y no en la política.
SARTRE, en Marzo de 1980, a tres semanas de su muerte declaró: "Es necesario tratar de explicar por qué el mundo de hoy, que es horrible, es sólo un instante en un largo desarrollo histórico, que la esperanza siempre ha sido una de las fuerzas dominantes en revoluciones e insurrecciones y cómo todavía siento la esperanza como mi concepción de futuro.
Es necesario entender que la violencia se opone a la esperanza. Es necesario preferir la esperanza, esperanza por sobre la violencia. La no-violencia es el camino que debemos aprender a seguir. También los opresores.
Es necesario llegar a negociaciones para quitar la opresión; esto es lo que permitirá no tener más violencia terrorista. Por lo tanto no debemos permitir que se acumule demasiado odio.
El mensaje de Mandela y Martin Luther King encuentra toda su pertinencia en el mundo que ha superado la confrontación de ideología [p.e. Nazismo] y el totalitarismo conquistador [p.e. Hitler]. Esto es también un mensaje de esperanza en la capacidad de las sociedades modernas de sobreponerse a conflictos por medio del mutuo entendimiento y una paciente vigilancia. Para alcanzar este punto es necesario basarse en derechos, en vez de violaciones, quien sea el autor, debe causar nuestra indignación. No hay que transar estos derechos.
 
POR UNA INSURRECCIÓN PACÍFICA.
He apreciado, y no soy el único, la reacción del gobierno israelí cuando por la forma en que cada viernes los ciudadanos de Bil'in protestaban sin usar piedras ni la fuerza hasta el muro de separación. Las autoridades israelíes calificaron esto como un "terrorismo no sangriento". Esto es algo bueno... Es necesario ser israelí para calificar la no violencia como terrorista. Es especialmente necesario para ser incómodos [como le resultaba a los israelíes] por la eficacia de la no-violencia, que se encuentra para provocar apoyo, entendimiento -- el apoyo de todas las personas que en el mundo son adversarias de la opresión.
El pensamiento productivista, impulsado por Occidente condujo al mundo a una crisis de la que debe salir a través de una radical ruptura con el concepto de "crecer" no solo en el campo financiero sino también en el dominio de las ciencias y la tecnología. Ya es el momento de que las preocupaciones acerca de la ética, la justicia y el equilibrio duradero (económico y medio ambiental) prevalezcan. Porque son los riesgos más serios que nos amenazan. Ellos pueden poner fin a la aventura humana en el planeta, que puede llegar a ser inhabitable para los humanos.
Pero sigue siendo cierto que el progreso más importante fue hecho después de 1948 [año de la fundación de la ONU y la declaración de los Derechos Humanos]: descolonización, el fin del apartheid, la destrucción del imperio soviético, la caída del muro de Berlín. Por otro lado, los diez primeros años del siglo XXI fueron un periodo de degeneración. Esta degeneración es explicada en parte por la presidencia de George Bush, los eventos del 11 de Septiembre y desastrosas consecuencias que involucran a los Estados Unidos, tales como la intervención militar en Iraq.
Tenemos esta crisis económica, pero todavía no iniciamos una nueva política de desarrollo. Del mismo modo, la cumbre de Copenhagen contra el cambio climático no produjo una política real para la preservación del planeta.
Estamos en el umbral entre el terror de la primera década y las posibilidades de las décadas que siguen. Pero es necesario tener esperanza, es siempre necesario. La década anterior, la de los noventa, ha sido un tiempo de gran progreso. Las Naciones Unidas tuvieron la sabiduría de llamar a conferencias como la de Río sobre medio ambiente, en 1992, y la de Beijing sobre la mujer en 1995. En Septiembre del 2000, por iniciativa del secretario general de la ONU, Kofi Annan, los 191 miembros adoptaron una declaración con "8 objetivos del milenio para el desarrollo" de la que notablemente prometieron reducir la pobreza en el mundo a la mitad para el 2015.
Mi pesar está en que ni Obama ni la UE se han comprometido a lo que debiera ser su aportación por una fase constructiva, basada en valores fundamentales.
CONCLUSIÓN.
¿Cómo concluir este llamado a la indignación? Diciendo todavía lo que, en ocasión del sexagésimo aniversario del programa del Consejo Nacional de la Resistencia dijimos el 8 de Marzo del 2004 -- somos veteranos de los movimientos de resistencia y fuerzas de combate de la Francia Libre (1940-1945) -- que ciertamente "El nazismo fue derrotado, gracias al sacrificio de nuestros hermanos y hermanas de la Resistencia y a las Naciones Unidas contra la barbarie fascista. Pero esta amenaza no ha desaparecido y nuestra ira contra la injusticia sigue intacta". No, esta amenaza no ha desaparecido por completo. Convoquemos una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no propongan como horizonte para nuestra juventud otras cosas que no sean el consumo en masa, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición excesiva de todos contra todos."
A todas las personas que harán el siglo XXI, les decimos con afecto:
CREAR ES RESISTIR; RESISTIR ES CREAR.
 
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Comentarios

  1. Nietzsche fue un filosofo del siglo XIX .Opinaba que de la misma forma que el resto de dioses estaban muertos, Dios también debería estarlo. Los hombres aceptan esto una vez que maduran. Para él la moral va ligada a lo irracional y debe ser sustituida por la verdad para que de esta forma las personas alcancen su plenitud. Nietzsche era partidario de dejar atrás el cristianismo y evolucionar hacia una filosofía atea, evolucionar hasta convertirnos en “superhombres” sin fe y con valores que los humanos nos dictemos. Durante sus últimos años de vida empezó a mostrar signos de locura por lo que no fue consciente de la fama que estaba adquiriendo por los países europeos

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  2. Nietzsche fundamenta su pensamiento en la muerte de Dios; significa que el hombre ya es maduro, no está al servicio de la moral religiosa de la época sino de la verdad, de sí mismo. Esta acción conduce a la aparición de un superhombre (Übermensch) desprendido de cualquier doctrina moral (cristiana) de lo divino.
    No hay otro mundo que en el que vivimos y no hay más moral que la creada por nosotros.
    Nietzsche se opone a Sócrates y Platón por defender el mundo de las ideas, separado de las personas, el filósofo alemán quiere vivir para bien o para mal; lo que tiene sentido es la vida, no las ideas de un mundo externo.
    La muerte de Dios supone que el hombre viva, y vivir conlleva dominio, dominio del hombre más fuerte, que crea o impone sus valores y trata de vivir siendo consciente de que va a morir.

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  3. Nietzsche fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán el cual fue uno de los pensadores mas importantes del siglo XIX. Él opinaba que todos los dioses estaban muertos por lo que nuestro Dios tambien lo estaría. Este pensamiento de que Dios está muerto se obtiene según el cuando obtienes la madurez ya que es el momento en el cual dejas de necesitar que Dios establezca tu moral. Para él es importante que se abandone a la moral por la verdad y entonces seremos como el hombre al servicio de uno mismo. Nietzsche pretende que nos convirtamos en "superhombres" para lo que es necesario ser ateo y dejar atrás el cristianismo y otras religiones para así tener los valores que nosotros mismos creemos no los que nos impone Dios.
    Finalmente al final de su vida fue tratado como loco.

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  4. Nietzsche , importante filósofo del XIX , discrepaba en cuanto a que la vida depende de un mundo ideal o se rige por una religión o un Dios , por lo que el hombre al madurar ( o convertirse en "superhombre", como él dice ) , se centra únicamente en que la realidad y la existencia dependen y se rigen por la vida , lo que experimentamos y demostramos , para posteriormente morir.En Italia comenzó a padecer demencia , y finalmente murió en 1900.

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  5. Pedro Sánchez-Montañés Pérez 2ºH
    Nietzsche fue filósofo, poeta, músico y filólogo alemán y fue uno de los pensadores más influyentes del siglo XIX. Empezó a estudiar teología, aunque pronto abandonó esta carrera por la filología. Conoció al músico Wagner. Dio clases en la Universidad de Basilea. Durante casi toda su vida padeció muchas enfermedades lo que hizo que viajara a ciudades con climas más templados sobre todo en Italia. Sus últimos años de vida estaba inmerso en la locura hasta que murió.
    Pasó por varios períodos: romántico, ilustrado, crítico, tiene numerosas obras de las que destacan: Übermensch (superhombre) y Así habló Zaratustra.
    En su periodo romántico lo que más influyó en Nietzsche es la suplantación de la razón por lo irracional. La imaginación, la intuición, los sentimientos frente al racionalismo ilustrado.
    Para el filósofo el “superhombre” es el hombre fuerte, el hombre creador, el que no cree en nada sobrehumano, solo se respeta a sí mismo y se ríe de las verdades de la ciencia y la filosofía, entiende la vida como un juego, y desprecia el igualitarismo y la compasión, es anticristiano y ateo.
    Según Nietzsche, solo hay un mundo de apariencias. Los valores y las normas morales son las que los hombres crean. El mundo no tiene sentido, solo se puede creer en la vida y lo más valioso en la salud. En su periodo crítico, tuvo necesidad de destruir la religión, la filosofía y la moral.
    Para mí, Nietzsche piensa que el hombre es un error y que debe superarse alejándose de Dios. Cuando el hombre se supera llega “el superhombre”. Dice que Dios ha muerto. Critica la modernidad y cree que el hombre ha avanzado en moralidad y esta nos quita la libertad. No quiere poner al ser humano en el lugar del Dios cristiano, piensa que la divinidad supera la humanidad.

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